El número de autónomos ha crecido de forma constante en los últimos meses
El número de autónomos ha crecido de forma constante en los últimos meses - EFE

Los autónomos no hemos generado el déficit del RETA

«Si son culpables de algo, será de no quejarse en 2007, cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero decidió endosarles el Régimen Agrario al RETA y fusionar ambos»

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La superficialidad en las afirmaciones afecta, como el virus de la gripe, a muchos, sin pararse un instante a analizar de dónde vienen o por qué se han originado.

Es una injusticia y denota una falta absoluta de conocimiento decir que los autónomos son los culpables del déficit del RETA, es decir, del sistema de pensiones específico de los autónomos, o peor aún, de la Seguridad Social. Eso es desinformación, mala intención, o ambas cosas.

Nadie niega que el RETA soporta una diferencia negativa entre ingresos por cotizaciones y gastos por prestaciones de 6.000 millones de euros aproximadamente. Lo que muy pocos explican es que ese déficit no lo han originado los autónomos. Y si son culpables de algo, será de no quejarse en 2007, cuando el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero decidió endosarles el Régimen Agrario al RETA y fusionar ambos.

Vaya por delante que no estamos culpabilizando ni a los agricultores ni a los pensionistas. Los únicos culpables son aquellos que amparándose en un sistema que no está bien planteado no han sabido buscar soluciones óptimas.

Analicemos lo que sucedió y las consecuencias. En diciembre de 2007 había 1.022.400 pensionistas en el RETA y algo más de 3.150.000 cotizantes. ¡Un lujo! ya que arrojaba un ratio de 3,1 cotizantes por cada prestación. Es decir, el RETA ingresaba una media de 900 euros al mes por cada pensión que pagaba (un promedio de 700 euros mensuales). Era un sistema rentable y risueño al que nadie criticaba. De la noche a la mañana, el RETA tuvo que asumir las prestaciones de 1,8 millones de pensionistas -los propios más los 779.300 nuevos pensionistas agricultores- pasando del rentable ratio de 3,1 cotizantes por cada prestación a un exiguo 1,9, es decir, apenas se ingresaba 600 euros mensuales por cada pensión. O dicho de otra manera, mientras el número de cotizantes al RETA creció sólo el 7,7% (245.481 cotizantes del SETA), el de pensionistas lo hacía en el 76%. Un peso muy difícil de soportar.

La situación en 2016 es peor: el número de cotizantes agrarios ha bajado hasta 190.000, 55.000 menos, mientras que el de pensionistas ha crecido hasta los 830.000. El SETA aporta algo más de 684 millones de euros de ingresos al RETA (6%) frente a los 6.972 millones de euros de gasto en pensiones que ocasiona. Una cifra que curiosamente coincide con el déficit que se le atribuye al régimen de autónomos.

Por el contrario, si el RETA no incluyera a los agricultores, el régimen de autónomos disfrutaría en este momento de una evidente mejor situación con 2,8 cotizantes por cada pensionista, un ratio que envidiaría el Régimen General. Y eso que los autónomos hemos perdido 157.000 cotizantes desde 2008. Precisamente durante los años de crisis y, aunque los trabajadores autónomos sufrieron una merma del 20% en su poder adquisitivo, las bases medias de cotización del RETA crecieron un 18%, de 931 euros mensuales en 2008 a 1.100 euros en 2016. En el Régimen General, el incremento de las bases medias fue del 12%, desde los 1.582 euros en 2008 a 1.773 euros en 2016.

Pero hay que destacar otro dato que debería servir también para acabar con este cúmulo de despropósitos. Mientras que el número de jubilados del Régimen General (asalariados) ha crecido un 40% en el periodo 2008-2015, en el RETA apenas sí ha subido un 9%. El gasto que originan las prestaciones de los autónomos se ha contenido sobremanera. Algo sobre lo que reflexionar. Estamos hablando que, en esos ocho años, hay 1,1 millones más de jubilados provenientes del Régimen General frente a los 104.000 que han pasado al retiro en el régimen de los autónomos. ¿Dónde se produce entonces el gasto?

Por tanto, es cierto que existe un déficit, pero no surge de la manida baja cotización de los autónomos como dicen algunos. Porque, es cierto que el 80% de los autónomos cotizan por la base mínima, pero también es verdad que el incremento del gasto en pensiones de los autónomos es mucho menor que el de los asalariados. Y a esto se suma que los autónomos tardamos más en pasar al retiro. Por eso, precisamente, sería bueno que la Seguridad Social facilitara aún más la posibilidad de seguir desempeñando una actividad compatibilizándola con el cobro de una parte de la pensión. Eso sería apostar por la sostenibilidad del sistema.

El RETA necesita una reforma, que facilite, entre otras cosas, fortalecer la protección social de los trabajadores autónomos para hacerla equiparable a las prestaciones del régimen general, siguiendo el principio de que a igualdad de contribución debe corresponder igual grado de protección social. Porque los autónomos cada día de 2016 hemos generado 304 nuevos empleos, de los que 82 son por cuenta propia y 222 por cuenta ajena. Que no se nos olvide.

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