Acero inoxidable de Ponferrada para el museo del Louvre de Abu Dhabi
La multinacional española Acerinox ha suministrado 550 toneladas de acero para su construcción
El museo del Louvre inaugurado esta semana en Abu Dhabi tiene acento español , ya que la multinacional Acerinox ha suministrado unas 550 toneladas de acero inoxidable para la construcción de su espectacular cúpula.
En concreto, la fábrica de Roldán, en Ponferrada (León), ha proporcionado 250 toneladas de acero inoxidable corrugado. Este material presenta una resistencia óptima a la corrosión y al fuego y una alta ductibilidad. Esta planta leonesa se dedica a la fabricación de productos largos de acero inoxidable y su gama de productos incluye barras, alambrón, ángulos, pletinas y corrugado. Está certificada con la norma ISO 9001, que garantiza la calidad, tanto del proceso de fabricación como del producto final y sus aceros corrugados son líderes del mercado.
A este pedido hay que sumar otras 300 toneladas de acero inoxidable dúplex fabricado en Columbus, la planta que Acerinox tiene en Sudáfrica.
La cúpula, símbolo de la arquitectura islámica, tiene una superficie de 180 metros y está compuesta por la superposición de patrones geométricos diferentes que provoca una «lluvia de luz» que inunda todo el museo. Se trata de 7.850 piezas geométricas cuya estructura está formada, entre otros materiales, de acero inoxidable.
El taller de Jean Nouvel ha construido este museo que rinde homenaje a la ciudad árabe, a la madina, y que ha costado más de mil millones de euros. La cúpula cubre las dos terceras partes del museo y la luz y el agua, como no podía ser de otra manera en este lugar de clima desértico, donde lo primero es un regalo diario y lo segundo un deseo constante, tienen un papel determinante.
El grupo Acerinox que preside Rafael Miranda inició su andadura internacional hace 40 años y su acero inoxidable está presente, por ejemplo, en la One World Trade Center, el nuevo símbolo de Manhattan (Nueva York); en la madrileña torre Cepsa, de Norman Foster; en las bodegas Portia, del grupo Faustino, y en la de Marqués de Riscal, obra de Frank O. Gehry; en las torres y agujas de la Sagrada Familia de Barcelona; y en la terminal del aeropuerto de Bilbao, de Santiago Calatrava.
