Con el fin de caídas en Bolsa no se acaban los problemas
Con el fin de caídas en Bolsa no se acaban los problemas - reuters

Las tareas que tiene China por delante para salir del atolladero

Los expertos aseguran que ha de limpiar los excesos del pasado sin provocar una crisis financiera y cambiar de modelo económico sin llevarse por delante al resto del mundo

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Las autoridades chinas han logrado contener la sangría en los mercados de renta variable (¿momentáneamente?) gracias a la bajadas de tipos de interés y a la reducción de la exigencias de reservas en su sistema financiero. Con ello, sin embargo, no se acaban los problemas. Según Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, "el recorte de tipos, aunque útil, probablemente solo evitará impagos en lugar de fomentar la inversión en una economía asediada por la deflación, el exceso de capacidad y los altos niveles de deuda".

Precisamente, a juicio de José Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi en España, dos son los principales problemas de China: la elevada deuda privada y la sobrecapacidad. El primero, según este experto, se resolvería con medidas que incidieran en la apertura a la inversión extranjera en China; la segunda, acelerando el cambio de modelo económico de muy dependiente del exterior a apalancarse un poco más en la demanda interna.

El país se encuentra embarcado en esa transformación de una economía básicamente exportadora a otra con más peso del consumo interno desde hace ya varios años. Quizás debería darle un impulso, según comenta Rose Marie Boudeguer, de Banca March, con medidas fiscales que no busquen impulsar la producción sino el consumo doméstico. Precisamente por la renovada importancia del consumidor local en la economía del país, el yuan no debería devaluarse mucho más desde los niveles actuales. La pérdida de valor de la moneda propia provocaría una reducción del poder adquisitivo local.

Con vistas a la construcción de un nuevo modelo económico, hay que estar pendientes de la puesta en marcha del nuevo plan quinquenal que se desarrollará entre 2016 y 2020. En varias ocasiones se ha manifestado la conveniencia de establecer ciertos ajustes en él para que sea más efectivo. Pero lo que está claro es que la agenda de reformas, apertura y liberalización tiene que continuar.

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