El gobernador del Banco de España, Luis María Linde
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde - efe

El Banco de España coincide con el FMI y receta más flexibidad laboral e impuestos indirectos

El supervisor celebra el vigor de la recuperación de España y la achaca al proceso reformista de los últimos años, pero pide mantener y avanzar en la actual política económica

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Ni la Comisión Europea, ni el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni ningún otro organismo nacional o internacional duda de que la recuperación de la economía española se ha consolidado y es cada vez más vigorosa. Ahora bien, todos ellos advierten al país de la necesidad de mantener el impulso reformista para evitar que esa realidad pueda revertirse. Y el Banco de España, en su informe anual de 2014, publicado este jueves, incide en esa teoría. El supervisor bancario nacional destaca cómo el año pasado el PIB y el empleo crecieron de manera significativa y esa tendencia no sólo se ha consolidado en el arranque de 2015 sino que parece que se mantendrá a corto u medio plazo. En todo caso, el organismo detalla al Gobierno un conjunto de medidas y reformas que según su criterio aún están por tomar, como una vuelta de tuerca a la reforma laboral, elevar algunos impuestos indirectos y liberalizar comercio, transporte y servicios profesionales, en buena parte en línea con lo reclamado por el FMI esta misma semana.

«Los resultados conseguidos en crecimiento económico y creación de empleo son alentadores e indicativos de los frutos cosechados por los esfuerzos realizados, pero no se debe perder de vista que el proceso de ajuste y reequilibrio de la economía española no ha finalizado y que el impacto de la profundidad de la crisis sobre la situación del país no se ha disipado completamente», resume la institución dirigida por Luis María Linde, que achaca esa recuperación a las reformas implantadas desde 2012 y constata un fuerte dinamismo del consumo privado y una recuperación del crédito bancario.

considera por tanto que «las políticas económicas tienen que seguir desempeñando un papel primordial para asegurar que se completa el reequilibrio de la economía, se profundiza la solidez del crecimiento y se reabsorben los efectos duraderos de su pesado legado» como el nivel de endeudamiento público y, sobre todo, la elevada tasa de paro.

Moderación salarial y descuelgue

De hecho no es ninguna novedad que el Banco de España haga recomendaciones al Ejecutivo de turno en materia laboral. Las que esboza en este informe anual el equipo de Linde no difieren mucho de las que ya había hecho en el ejercicio anterior, ni tampoco de las que acaba de plantear el organismo dirigido por Christine Lagarde. Por ejemplo, el supervisor pide mantener la moderación salarial evitando que los salarios, como sucedía en el pasado, se vuelvan a ligar a indicadores como la inflación. «Resulta importante evitar el retorno a prácticas de indexación salarial ya superadas», dice.

En materia laboral el banco central nacional reclama un «impulso reformista que equipe a la economía española con los márgenes de flexibilidad necesarios para evitar que la elevada tasa de desempleo se convierta en estructural e impulsar la mejora de la productividad y la continuidad de las ganancias de competitividad». Y entre otras cosas pide abordar las políticas activas de empleo, revisando y reordando las bonificaciones a la contratación, al entender que suponen un gasto muy elevado para el «incierto», dice, resultado que tienen.

Además, y en línea también con el FMI, Linde avisa de que la elevada dualidad del mercado de trabajo pese a los avances alcanzados por la reforma laboral. En esta línea, el Banco de España pide avanzar en medidas de flexibilidad como el descuelgue del convenio sectorial para facilitar el ajuste en las empresas que lo necesiten, y en esa dirección reclama también reducir la brecha entre el coste del despido de un trabajador fijo y uno temporal.

Incentivos al ahorro finalista

Linde vuelve a llamar la atención además sobre los retos que el envejecimiento de la población plantean al sistema público de pensiones. Por un lado, y de una forma más o menos velada, el organismo reclamar al Gobierno que, como se comprometió y contempla la reforma de las pensiones, envíe información por carta a la población sobre la futura cuantía de su jubilación, proceso que se paralizó a finales del año pasado. Además, el Banco de España insiste en exigir incentivos fiscales que animen el ahorro pirvado como fórmula para complementar las pensiones públicas.

El supervisor es optmista respecto al proceso de consolidación fiscal del país. En todo caso, y ante los incumplimietos de los objetivos de déficit por algunas autonomías y el nivel de deuda pública alcanzado, el Banco de España avisa de que «los objetivos planteados son exigentes y, para asegurar su cumplimiento, puede ser necesario, si se materializan los riesgos de desviación, reforzar el plan de consolidación fiscal con actuaciones complementarias». En este sentido, y además de avanzar en la racionalización del gasto público, el organismo propone elevar las bases del IVA —lo que podría implicar reducir el número de productos sujetos a los tipos reducido y superreducido—, elevar los impuestos especiales y medioambientales y racionalizar deducciones, bonificaciones y reducciones.

El Banco de España, como el FMI, llama la atención sobre algunas medidas cuya impantanción o bien está siendo muy lenta o directamente se han postergado, como la ley de unidad de mercado y la ley de servicios profesionales, que estos organismos consideran esenciales para mejorar la competitividad del país. En la misma dirección, el Banco de España también pide eliminar algunas trabas a la competencia en sectores como el comercio minorista, el transporte y los servicios profesionales.

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