La duquesa de Alba en la Palacio de Dueñas
La duquesa de Alba en la Palacio de Dueñas - raúl doblado

Así se debería liquidar la herencia de la duquesa de Alba

Aunque se hayan beneficiado de una donación en vida, e incluso aun no existiendo bienes a repartir, es obligatorio realizar los procedimientos legales

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Aunque suelen ser momentos de tristeza, es también el periodo en el que se deben realizar unos trámites a los que nos enfrentamos pocas veces en la vida: el fallecimiento de un padre o una madre. En ocasiones, por desconocimiento o por errores de cálculo, los herederos no realizan las gestiones necesarias para liquidar por completo la transmisión de los bienes entre dos generaciones, con los consecuentes problemas legales y fiscales que se pueden originar. Por ejemplo, si en una familia se habían donado en vida los bienes de padres a hijos, como en el caso de la de la duquesa de Alba, estos suelen creer que no hace falta realizar ningún trámite al fallecimiento.

Se trata de un error común, porque, independientemente de lo que ocurriera en vida, de que ya se hubieran repartido, donado o transmitido por venta los bienes, los herederos «están obligados a tramitar la liquidación, aunque estén exentos de obligación de tributar, incluso aunque sea cero, pero tienen que hacerlo», explica Isabel Gozalo, letrada del Consejo General de la Abogacía Española.

Esta abogada recuerda que los herederos «disponen de un plazo de seis meses desde el fallecimiento, aunque prorrogables, siempre que se solicite en los cinco meses» primeros.

En principio, la herencia no iba a ser ningún problema para los hijos de la duquesa de Alba, fallecida el pasado día 20 de noviembre, a los 88 años. Cayetana Fitz-James Stuart y Silva había anticipado el reparto de sus bienes personales, valorados en unos 1.000 millones de euros, entre sus seis hijos, fruto de su primer matrimonio con Luis Martínez de Irujo. La Duquesa de Alba realizó una donación escriturada ante un notario de Madrid y sus hijos, mediante la cual recibieron 110 millones de euros cada uno. Además, pasaron a ser los titulares registrales de sus bienes. Eso ocurrió el 4 de julio de 2011. Es decir, aún no han transcurrido los cuatro años que marca la legislación para que medien entre una donación y una sucesión. Ahí reside el primer problema fiscal con el que podrían encontrarse los hijos de la duquesa.

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