El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy fue recibido por el primer ministro chino Li Keqiang
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy fue recibido por el primer ministro chino Li Keqiang - efe
Alibaba: Interés de la compañía de comercio electrónico para operar en territorio nacional

España busca inversores en China

El viaje de Rajoy a Pekín y Shanghái pretende captar capital del gigante asiático, que oficialmente solo tiene en España un 1,8% de su inversión en Europa

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Hace ya muchos años que las empresas extranjeras no vienen a China buscando solo su barata mano de obra. Gracias a su extraordinario crecimiento económico, la «fábrica global» se ha convertido en el mayor y más dinámico mercado del mundo. A su amparo han nacido además numerosas compañías con abundancia de liquidez y ansiosas por dar el salto al exterior para invertir en otros países.

Ya sea en mercados emergentes o en naciones desarrolladas que intentan salir de la crisis, como España, el capital chino encuentra atractivas oportunidades de negocio que, hace poco más de un lustro, eran impensables. Un claro ejemplo es la compra en junio del emblemático Edificio España de Madrid por parte del grupo Dalian Wanda por 265 millones de euros, bastante menos de los 389 millones que el Banco Santander pagó por él en 2005, en pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria española.

Con la adquisición de este rascacielos, el grupo Dalian Wanda, presidido por uno de los magnates más ricos de China, Wang Jianlin, ha marcado el camino a seguir a otras empresas de su país.

Precisamente para profundizar en su inversión en España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió con él durante su viaje de esta semana a China. En su primera visita a este país, que Pekín ha retrasado hasta que la mayoría del PP derogó en verano en el Congreso la ley de justicia universal que permitía encausar a sus antiguos dirigentes por genocidio en el Tíbet, Rajoy ha apadrinado la firma de 14 acuerdos por un valor superior a los 3.000 millones de euros. Entre ellos destaca el suscrito por la cadena hotelera española NH y el grupo chino HNA, que ya es su socio mayoritario con un tercio de su accionariado. Estrechando aún más su relación, ambas empresas han constituido una «joint-venture» (sociedad a partes iguales) para gestionar hoteles de HNA y de otras cadenas en China continental, Hong Kong, Taiwán y Macao. Para empezar, NH se hará cargo de seis establecimientos de HNA en Pekín, Tianjin, Haikou y Sanya, éstos dos últimos en la turística isla tropical de Hainan, donde nació la compañía.

«Ambas empresas planean diseñar un prototipo de hotel para China que opere bajo la marca NH», explica a ABC Ida Gutiérrez de Escofet, directora de Comunicación Corporativa de la cadena española, que tiene más de 360 establecimientos en 28 países de Europa, América y África. En su opinión, «esta alianza permitirá a NH dar sus primeros pasos en uno de los mayores mercados del mundo de la mano de un socio con un dilatado conocimiento» como HNA, que posee la compañía aérea Hainan Airlines y tiene intereses en el turismo, la logística, el sector inmobiliario y los servicios financieros.

«Ambos grupos ya pusieron en marcha una alianza comercial el pasado año con el objetivo de direccionar el negocio proveniente de los viajeros de las aerolíneas de HNA hacia los hoteles de NH y fomentar una mayor recepción de clientes procedentes del continente asiático en nuestros establecimientos», detalla Gutiérrez.

Entre otros acuerdos también hay grandes nombres como Repsol, Telefónica, que consolidó su alianza con el gigante de las telecomunicaciones Huawei, y Banco Santander, que selló su colaboración con el Banco de Pekín. Gamesa firmó el contrato de suministro de 150 megavatios en aerogeneradores para la construcción de un parque eólico en la provincia central de Hebei, mientras que Abengoa ratificó un proyecto de desalinización en la ciudad de Dalian. Y, en la industria nuclear, la firma española Enusa suministrará equipos ultrasónicos de inspección y detección de fugas al Instituto de Investigación de la Energía Atómica de Suzhou.

El autoritario régimen de Pekín se comprometió a permitir el estreno de películas españolas coproducidas, como mínimo, con un 20% de capital chino o un número determinado de profesionales de ese país. Todo un logro para la industria cultural española que le abre un inmenso mercado, ya que China, donde impera la censura, limita el número de películas extranjeras en sus salas, que fueron 34 este año y 38 el anterior.

Otro de los acuerdos más destacados consiste en la apertura del mercado chino de alfalfa, del que España es la segunda potencia mundial en exportaciones tras Estados Unidos. Durante tres años, 24 empresas españolas podrán exportar 200.000 toneladas de alfalfa al año, lo que les supondrá unos ingresos de 40 millones de euros.

Para captar más inversiones, Rajoy se reunió en Shanghái con un grupo de empresarios chinos entre los que figuraba la número tres de Alibaba, el gigante del comercio electrónico que ha batido récords con su reciente salida a Bolsa en Wall Street. Durante su encuentro, Maggie Wu, responsable de expansión internacional de Alibaba, le mostró a Rajoy su interés por operar cuanto antes en España, donde las pymes podrían promocionarse en sus portales de ventas por internet y tener acceso a un mercado de 200 millones de potenciales consumidores, según contaron fuentes diplomáticas.

Entre los empresarios chinos que acudieron al encuentro con Rajoy en Shanghái figuraban también responsables de Fosun, que en julio se hizo con el 20% de Osborne gracias a una ampliación de capital que muestra el interés de las firmas chinas por las españolas.

Tal y como consta en el informe «Inversión china en Europa 2014», elaborado por la profesora de Esade Ivana Casaburi, «los principales atractivos de España para la inversión china son la calidad de sus recursos humanos, su acceso a otros mercados, sus infraestructuras portuarias y su apertura a la inversión extranjera».

Aunque estas ventajas colocan a España como el cuarto país europeo con más proyectos de chinos (38), la inversión oficial china solo sumaba 409 millones de euros a finales de 2012. Dicha cifra no supone más que el 1,8% de la inversión china acumulada en Europa, que ascendía a 26.768 millones de euros. Pero la profesora Casaburi, directora del Esade China Europe Club, calcula que la inversión china en España se eleva hasta los 1.500 millones de euros porque buena parte de ese capital procede de Luxemburgo y otros paraísos fiscales como las Islas Vírgenes.

Buena prueba de ello es que el pequeño ducado de Luxemburgo es el principal destino de las inversiones chinas en Europa, seguido a mucha distancia por Francia, Reino Unido, Alemania y Suecia. Estos cinco países concentran el 85% de la inversión china en el Viejo Continente, que a su vez no representa más que el 5,8% del dinero que sus compañías tienen repartido por todo el mundo. Como bien advierte la profesora Casaburi, «la inversión china en Europa y España se ha incrementado a partir de 2011, pero aún queda mucho camino por hacer».

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