Faltaban cinco minutos para el final de la primera parte. Mandaba ya el Barcelona por 1-2 en el Allianz Arena en su choque contra el Bayern de Múnich, pero los bávaros apretaban en busca del empate antes del descanso. Y en ese escenario hizo Ter Stegen una de las paradas del torneo. A bocajarro, con el enmascarado Lewandowski en una posición inmejorable para hacer el 2-2, el guardameta alemán aguantó todo lo que pudo y sacó la mano izquierda para tapar el disparo del polaco. Increíbles reflejos los del portero azulgrana, que aún fue más allá y consiguió llegar al balón que, rechazado tras tocar en su guante, se encaminaba testarudo hacia sus redes.
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