Estaba Fernando Alonso contestando a las preguntas de las televisiones españolas, según prescribe el preceptivo contrato con la FOM, y se le veía incómodo al piloto. ¿Te pasa algo?, le cuestionaron. «Es que tengo mogollón de arena en los ojos», contestó el asturiano al tiempo que aprovechó su respuesta para frotarse con las manos y esquivar la molestia.
El circuito de Sakhir está incrustado en medio del desierto, a unos cuarenta kilómetros de la capital de Bahréin, Manama, y suele tener ese componente invitado: la arena.
El polvo afecta a las condiciones de la pista y también a la visibilidad de los pilotos. En el podio se vio a Hamilton, Rosberg y Raikkonen con las mismas molestias que Alonso.
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