Vuelta a España

Empate en el puerto-Tour

Froome, Contador y Nibali llegan juntos al alto de la Pandera, donde se impone el polaco Majka

J. CARLOS CARABIAS

Los fines de semana son calientes en la Vuelta a España. Vienen precedidos de sonido de tambores, pinturas de guerra y promesa de espectáculo. Este sábado se subió la Pandera, puerto de nivel Tour. De aspecto añejo, la carretera estrecha, el piso agrietado, un potente desnivel (doce kilómetros al 7,4 por ciento) y un paraje agresivo de roca caliza, la Pandera separa la paja del grano y decide carreras. En su quinta aparición en la Vuelta, quedó la imagen de su grandeza, pero nada más. Hubo empate sin goles en la cima. Ganó el polaco Majka, mientras Froome, Nibali y Contador llegaban casi de la mano a meta.

El Sky también anunció una sesión de Tour por los olivos de Jaén. Poels y Nieve le hicieron el traje a medida a Froome, su ritmo de watios, durante la subida a la Pandera, previo paso por la terrible cuesta de Valdepeñas de Jaén y su rampa de casas blancas al cielo.

Durante los seis kilómetros de escalada inicial a la Pandera, Froome se sintió en su envoltorio ideal. Nadie tenía gana s o fuerzas para arremeter contra su guardia. Y Majka saboreaba la victoria sin lucha atrás.

Se quitó la máscara el colombiano Chaves, harto de ser segundo o tercero en las grandes rondas. Y reventó el corsé del Sky. Apretó Nibali, le siguió Contador -«me he visto con chispa, pero sabía que Froome iría a su ritmo», explicó el madrileño-, pero el líder no se inmutó. Su cadencia, su relación kilos/watio , su ciclismo tecnológico.

«No le hemos podido dejar», resumió Contador , quien aceleró un par de veces con buen paso y piernas ágiles. Pero Froome siempre respondió, su molinillo en el pedaleo, la rodilla derecha vendada.

Nibali (segundo en la general, el más cercano a Froome) intentó contagiar a Contador y el español renunció a colaborar. No era su guerra robar unos segundos al líder. Tal vez su idea sea reventarle del todo en algún repecho de nombre desconocido aún.

«Voy tachando muchos segundos cada día, a contracorriente, recuperando tiempo y posiciones, me quedan siete días de ciclismo», dijo nostálgico el madrileño.

En la Pandera ganó Majka, triple vencedor de etapa en el Tour, rey de la montaña en Francia, podio en la Vuelta, un corredor muy bueno al que los galgos no echaron el guante.

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