Fernando Martín, junto a Larry Bird y Danny Ainge
Fernando Martín, junto a Larry Bird y Danny Ainge - Miguel Berrocal
NBA

El día que Madrid se rindió a Larry Bird

Celtics y Real Madrid, los dos equipos más laureados de Europa y Estados Unidos, medirán de nuevo sus fuerzas este jueves

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El Real Madrid podrá disfrutar este jueves de una revancha aplazada en el tiempo durante 27 años. Los que van desde que los Celtics visitaron Madrid en 1988 para disputar el «Open McDonalds» en el antiguo Palacio de Deportes. Un duelo que entonces como ahora enfrentó a los dos equipos más laureados de Estados Unidos y Europa.

El choque entre ambos será el segundo de la historia y, aunque los protagonistas nada tienen que ver con los de entonces, aquel partido sigue aún muy fresco en la memoria colectiva del aficionado al baloncesto español. El Madrid, que soñó aquel día con el triunfo, quiere devolverle ahora la moneda a los Celtics, cuya versión actual está mucho más alcance que la de finales de los 80.

Cuando Larry Bird aterrizó en Madrid en 1988, su carrera estaba cerca del final, aunque él aún no lo sabía. El genial jugador de los Celtics, uno de los iconos de la NBA en la década de los 80, era la gran estrella del equipo de Boston y venía de ser campeón por tres veces de la liga más importante. La estrella que más brillaba en la liga junto a Magic Johnson.

En el Madrid, aquel Real Madrid que buscaba su octava Copa de Europa tras años de sequía, Petrovic y Fernando Martín habían devuelto la ilusión a la afición. Ambos eran los puntales de un equipo con más trabajo que calidad, aspirante a todo en Europa y en España, pero lejos del brillo de la NBA. «El Real Madrid, frente a un rival claramente superior, forzó su maquinaria al máximo hasta entusiasmar a sus seguidores y, en alguna que otra fase del partido, tutear a sus rivales. Más no se le puede pedir al equipo de Sainz», resumía la crónica de ABC de aquel día.

El encuentro tuvo varios protagonistas, pero uno por encima de todos. Larry Bird se marchó de Madrid con 29 puntos en su casillero personal y dejó la sensación de que él solito acabó con la resistencia blanca. A pesar del buen marcaje de Pep Cargol (el técnico de los Celtics le nombró como el jugador que más le había llamado la atención), el alero terminó con una seire de 10 de 17 en tiros de campo y 12 asistencias.

El Real Madrid mantuvo aquel día la compostura hasta el tercer cuarto (que llegó incluso a ganar por 30-24), momento al que llegó con solo seis puntos de diferencia en el marcador (62-68). En ese momento, Bird asumió el mando, acabó con el conato de resistencia y, de paso, se llevó buena parte del corazón de la afición española al baloncesto.

Ahora, la distancia insalvable de entonces con la NBA no es tal. Aún sigue habiendo grandísimas diferencias entre los equipos de Europa y de la liga estadounidense, pero esa imbatibilidad de antaño se ha quebrado ya en varias ocasiones. El Real Madrid de los récords, el de la temporada perfecta, busca ahora saldar aquella cuenta pendiente. El reto entre los dos mejores equipos de la historia del baloncesto de clubes, que se pondrán el jueves frente a frente de nuevo para disputar una revancha añeja de 27 años. Tan lejos y a la vez tan cerca. Con Petrovic y Fernando Martín asistiendo al duelo desde el cielo. Con Larry Bird, disfrutando seguro desde el otro lado del Atlántico. Echando la vista atrás, cuando dominaba la NBA y Madrid se rindió a sus pies.

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