La piragua española se reinventa en el Mundial

Hace un año, España salía de los Juegos de Río con 17 medallas , su mejor botín desde Barcelona 92. Cuatro de ellas –tres oros y un bronce– llegaron impulsadas por una pala, convirtiendo al piragüismo nacional en el segundo deporte más laureado de la historia olímpica de España , solo superado por la vela. El buen estado de salud de la piragua española quiere repetir éxito a partir de hoy en el Mundial, donde la federación busca iniciar una renovación que ayude a repetir los éxitos en los Juegos de Tokio 2020.

Ha sido un año «tranquilo»para los piragüistas españoles que brillaron en los Juegos de Río . Después de meses centrados en un objetivo, 2017 les ha concedido una tregua activa en la que, sin dejar de lado la piragua, las vacaciones se han alargado más de lo normal y los excesos se han multiplicado con la indulgencia de los entrenadores. Algunos, como el capitán Saúl Craviotto , han alargado aún más ese descanso y ni siquiera están presentes en este Mundial de la República Checa en el que España apuesta por la juventud y el cambio de distancias para el nuevo ciclo olímpico. « Los éxitos de Río han supuesto una motivación enorme para los más jóvenes . Los veteranos como Saúl se han tomado con calma el inicio del ciclo olímpico, pero hemos traído un equipo muy prometedor al Mundial», señala a ABC Ekaitz Saies , coordinador técnico de la federación, nada más aterrizar en la República Checa.

Es consciente de que no todos llegan al cien por cien, pero no le da importancia. Es un campeonato para probar cosas nuevas y ver cómo se desenvuelven los más jóvenes en la alta competición. Nombres como el de Roi Rodríguez o Sara Ouzande , talentos en ciernes que quieren brillar ya. «Queremos demostrar que estamos listos. En las Copas del Mundo hemos hecho un buen papel y aquí queremos sorprender a todos los países», señala Ouzande, de solo 21 años, en conversación telefónica con ABC.

Aunque no esté Craviotto, sí que hay nombres ilustres en la expedición española del Mundial. Cristian Toro y Marcus Walz , oro en Río, probarán en Racice pruebas y compañeros nuevos para ellos. « Es una temporada de transición, marcada por la resaca olímpica , pero tenemos las expectativas altas», apunta Toro, que formará parte del K4 500 y el K2, donde no formará pareja con Craviotto. «Aun deportista con cuatro medallas olímpicas siempre se le echa de menos. Saúl es un referente para todos y se nota su ausencia en el grupo», reconoce el campeón olímpico.

El será una de las cabezas visibles de un equipo que cuenta con opciones de medalla en todas las pruebas del Mundial. «Queremos empezar a sentar las bases de los Juegos de 2020. Tenemos jóvenes con proyección y somos competitivos de nuevo en todas las pruebas. Hasta en la canoa, después del vacío que dejó David Cal, empezamos a regenerarnos de verdad con una generación muy interesante», indica Saies.

El campeonato actúa también de revancha interna para los que no tuvieron tanta suerte en los Juegos. «A los que Río nos salió mal, vemos este Mundial como una oportunidad para volver a brillar», señala Javier Hernanz , que liderará el K4 1000 en busca del oro. Asus 34 años, el palista asturiano quiere sumar un nuevo título a su palmarés. «Quiero ser campeón del Mundo». Un sueño que podría hacerse realidad este fin de semana, en el que España quiere atraer de nuevo los focos hacia la piragua.