GOLF

El huracán que cambió una vida

El paso de Matthew por Florida precipita la vuelta de Castaño al PGA Tour

Madrid Actualizado: Guardar
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El temperamento de Gonzalo Fernández Castaño siempre ha sido tempestuoso, para lo bueno y para lo malo. El golfista madrileño sacó partido de su furia española para ganar siete pruebas en el Circuito Europeo, pero también se hundió con la misma intensidad cuando las cosas le vinieron mal dadas hasta el punto de perder la tarjeta del Americano.

Los buenos resultados del de Puerta de Hierro a este lado del Atlántico le hicieron emprender en 2013 la aventura americana a lo grande, es decir, dando un giro completo a su vida. Con la tarjeta del PGA Tour en el bolsillo merced a sus buenos resultados anteriores, se trasladó a vivir a Florida junto a toda su familia con la idea de instalarse allí definitivamente.

«Esto es la NBA del golf -declaró entonces- y una vez que llegas ya nunca te quieres ir», Por eso aguantó la dureza de la vida americana durante dos duras temporadas en la máxima categoría.

Aunque el primer año lo salvó con decoro (acabó el 82 de la tabla), en el segundo los problemas sufridos (físicos, anímicos y de equipo de trabajo) le llevaron a quedarse sin esos derechos de juego para 2016. De modo que se encontró ante una tesitura complicada para un golfista de su calidad. Volver a Europa (donde ya no tenía la carta y solo podría jugar donde obtuvo victorias previas o con invitaciones) o pasar un año en el purgatorio del Web.com Tour, la segunda división estadounidense.

Lejos de verlo como un paso atrás en su carrera, Castaño afrontó ese peaje con la mayor dignidad. «Se trata de un circuito muy potente, en el que puedo mejorar y es donde me corresponde estar -reconoció sin tapujos-. Lo que nunca se me pasó por la cabeza era volver a Europa con el rabo entre las piernas. Me considero un hombre del PGA_Tour y no voy a parar hasta recuperar mis derechos, aunque pierda dinero este año».

Su campaña en esta categoría inferior no ha sido ser muy brillante (en 22 torneos solo logró dos top-10), pero se las apañó para llegar en su mejor forma a los cuatro «play-offs» finales. Allí se daban las 25 plazas para la primera división de 2017 y Gonzalo llegó duodécimo a falta de la gran final de Florida.

Esta vez no necesitó su carácter de huracán para conseguir el objetivo. El paso de Matthew por el Caribe obligó a suspender esa última prueba y le hizo matemáticamente jugador del PGA Tour sin más sufrimientos. «Lo siento por los compañeros que no han podido remontar, pero las cosas han venido así y hay que aceptarlas», comentó. Y sin más demora, hizo las maletas dispuesto a reaparecer la semana que viene en California, ante Tiger Woods y compañía. Todo un cambio de vida.

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