Misión Voyager, el viaje de 40 años que ha llevado al hombre a los confines del Sistema Solar

Dos pequeñas naves espaciales de los setenta han revolucionado los límites de lo conocido. Hoy siguen enviando datos a la Tierra, a pesar del «alzhéimer» y de estar a decenas de miles de millones de kilómetros de distancia

Vea en el cídeo la labor de las Voyager durante estas cuatro décadas.
Gonzalo López Sánchez

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Las sondas espaciales Voyager (que significa «viajero») son probablemente los artefactos humanos que han emprendido el viaje más increíble de todos los tiempos. Ambas son los objetos humanos más lejanos y en su historial está haber explorado por primera vez planetas gigantes y lunas exóticas, que hoy en día aparecen en cualquier libro de texto. Su incansable viaje las ha llevado hasta las afueras del Sistema Solar e incluso hasta el vacío insondable más allá. Desde 2012, y por primera vez en todos los tiempos, una nave, la Voyager 1, surca el espacio interestelar , el «hueco» que hay entre las estrellas de la Vía Láctea.

Desde este martes, la Voyager 1 es, junto a la Voyager 2, lanzada el 20 de agosto de 1977, una nave con 40 años de historia. En ese tiempo ha batido récords y ha hecho innumerables descubrimientos. Su épico viaje la ha convertido en un icono esencial de la exploración espacial, y su historia ha inspirado a generaciones de astronautas,científicos y apasionados . A pesar de su vetusta tecnología y de estar a decenas de miles de millones de kilómetros de la Tierra, las Voyager 1 y 2 siguen explorando y cosechando ciencia.

«Si alguien me hubiera dicho por entonces que, después de 40 años, las naves iban a estar funcionando, le hubiera dicho que estaba loco», ha reconocido a ABC Stamatios M. Krimigis , investigador principal de uno de los cinco instrumentos de las Voyager desde su lanzamiento.

Una nave con alzhéimer

Krimigis cree que es «excepcionalmente afortunado» que las Voyager hayan durado tanto tiempo en el espacio. Paradójicamente, detrás de su resistencia hay un ingrediente que queda fuera del alcance de las naves espaciales actuales. « Uno de los secretos de las Voyager es que no hay ningún ordenador real a bordo », ha dicho el investigador. «Nuestras naves modernas tienen cientos o miles de ordenadores. Son maravillosos, pero es imposible que podamos asegurarnos de que no acaben fallando».

Donald Gurnett - Tom Jorgensen/Universidad de Iowa

Dos vidas dedicadas al espacio: Donald Gurnett

Donald Gurnett lleva más de 50 años dedicándose a la exploración del espacio. Estudió Física en la Universidad de Iowa, ha publicado 450 artículos y participado en el proyecto de treinta naves espaciales.

Este científico está especializado en oír ciertas formas de radiación en el espacio y a través del teléfono reproduce algunas grabaciones conseguidas por las Voyager. También recuerda la importancia de la exploración de las lunas del Sistema Solar. «El 5 de marzo de 1979 estábamos acercándonos a Júpiter. Desde el descubrimiento de Galileo, sus lunas eran puntos de luz (...). Por la noche, vimos un punto anaranjado. Al cabo de horas, tuvimos increíbles imágenes de Ío. Parecía una pizza ». Nadie lo esperaba, pero acababan de descubrir los primeros volcanes activos más allá de la Tierra.

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