El erotismo de Juan Vidal

Candela, Victoria… ahora Linda, esos son los nombres que elige siempre Juan Vidal para sus colecciones. Son nombres de mujeres en las que busca la inspiración. “Me imagino a las mujeres que visto, que tienen que ser caprichosas, chic y sofisticadas para que entiendan las prendas que llevan”.

El diseñador alicantino hunde las raíces de su trabajo en el propio Balenciaga, al que admira, pero también siente debilidad por Enmanuel Úngaro y por María Ke Fisherman, tan diferentes del estilo lady de Balenciaga. Es un gusto eclético, pero siempre con un común denominador, la buena calidad de las prendas y de los acabados, algo que aprendió de su padre, pues Juan Vidal pertenece a la cuarta generación de sastres.

Lo lleva en la sangre.

La colección tenía un punto de erotismo, no era para menos inspirándose en la actriz porno Linda Lovelace y en el artista Allen Jones. “La noche, he buscado la noche con estas propuestas, donde la mujer se transforma, se hace libre”, nos dice el diseñador antes de entrar en pasarela. Y la libertad o la sensualidad se presentó en prendas confeccionadas en pailletes, en tafeta de seda y en crep de viscosa. Con un punto más erótico al dejar tiras sueltas, bien en el pecho, bien en la espalda, bien en las mangas. Y para el día, las camisas con grandes lazadas al cuello y con detalles en los brazos abombados (aires 80), y los plumones, eso sí, revestidos de lentejuelas o lamé. Los colores que utilizó son el azul tinta, el marino y el negro, salpicados de fucsia.

Hay que señalar el calzado, una colección cápsula que Juan Vidal ha hecho para Cuplé. Ya sea en zapatos, en complementos diversos o ropa, es de agradecer esta combinación de diseñadores con industrias importantes para salir adelante.