La paella que ofreció Del Río a los periodistas el pasado sábado junto a la sede del PSOE
La paella que ofreció Del Río a los periodistas el pasado sábado junto a la sede del PSOE - EFE

El paellero de Ferraz: «Cambiaría haber salido en los medios por un Gobierno para España»

Después de haber saltado a la fama por dar de comer a los periodistas que esperaban la dimisión de Sánchez, el propietario de la inmobiliaria reconoce que la maniobra le ha reportado beneficios a su negocio

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El sábado en la calle Ferraz olía diferente en cada número. Mientras que en el 70, sede del PSOE, el olor a dimisión se mezclaba con el del sainete, justo al lado, en una inmobiliaria, despuntaba la paella, algo que, a la postre, se convirtió en una de las imágenes, con permiso del adiós de Sánchez, del fin de semana. Ayer lunes, con las aguas igual de revueltas en el socialismo, pero con menos periodistas en la puerta, en la inmobiliaria comenzaron a recoger los frutos de un movimiento de marketing improvisado, barato y muy rentable. Los réditos empiezan a notarse pero, Jorge del Río, director y propietario de Remax Rosales, no lo duda: hubiera cambiado todas las entrevistas y apariciones en los medios de comunicación porque los políticos se hubieran puesto de acuerdo y España tuviera Gobierno.

«Yo hubiera preferido tener Gobierno después del 20-D que hacer la paella, porque a mí, en mi negocio, lo que me beneficia es que haya estabilidad», admite Del Río, quien también reconoce que ayer tuvo que posponer varias reuniones con su equipo debido a las constantes peticiones de periódicos y radios para entrevistarle. Sin embargo, su relativa fama no le distrae y remarca que lo suyo «no es el espectáculo»: «¿Que hay que hacer el show? Vale, pero lo mío es vender pisos y eso no hay que olvidarlo». Quizá por eso ya sea capaz de identificar los primeros beneficios que le ha reportado tratar bien a la prensa y ofrecerles, durante los días del cisma socialista, desde una botella de agua fresquita hasta un plato de paella cuando el futuro de Sánchez estaba en el suspenso, todo lo contrario que el hambre, que acechaba a los informantes.

«En Madrid ya me conocen, pero ahora fuera también saben dónde estoy»

«A mí esto me ha puesto en el mapa, sobre todo entre los profesionales del sector», subraya el propietario de la inmobiliaria, quien revela que, en estos últimos días, se han puesto en contacto con él para felicitarle numerosos colegas. Pero, más allá del reconocimiento profesional, estima que su negocio también va a recibir un espaldarazo después de que telespectadores y lectores de toda España hayan visto cómo allí cocinaron la paella más famosa del fin de semana. «A ver, a mí en el barrio y en la capital ya me conocen, pero fuera ya saben dónde estoy», avanza, para acto seguido continuar con su exposición: «Si una persona de fuera de Madrid quiere hacer alguna operación de este tipo —y ha visto la televisión estos días, claro— a la primera inmobiliaria a la que va a llamar va a ser a la mía».

Pero las ventajas de la operación, que apenas costó un puñado de euros, no se quedan ahí y, según confiesa a este diario, salir en la televisión entre fogones en medio de la crisis socialista también ha hecho que muchos antiguos clientes volvieran a recordar su nombre. «Como comprenderás, esto no es como una zapatería, aquí no se vende un par de pisos todos los días; igual hacemos negocios con una persona hoy y hasta dentro de 15 años no volvemos a vernos», recuerda Del Río, quien sin embargo ya ha vuelto a hablar con varios de esos viejos conocidos. «Me llaman otra vez clientes con los que ya he trabajado antes y eso también lo estamos notando porque contactan con nosotros para volver a hacer negocios», manifiesta el propietario de una inmobiliara a la que hoy se asoman más curiosos que habitualmente, quizá buscando reconocer alguna cara televisiva. «Sí que se quedan mirando y también ha venido más gente a preguntar o simplemente a decirnos que si somos los de la paella», explica entre risas Óscar Triana, uno de los empleados del negocio.

Emocionante

Esta fiebre que da la fama pasará y por eso, Del Río prefiere no levantar demasiado los pies del suelo para seguir trabajando porque, paellas aparte, es la mejor receta para que los negocios funcionen. «Llevo 20 años en esto y hubiéramos podido sobrevivir otros 20 años sin la paella», vaticina el broker inmobiliario que, sin embargo, sí que guardará un recuerdo imborrable de aquellos días en los que Sánchez cayó: «A nivel profesional nos ha venido muy bien, pero a nivel personal ha sido incluso mejor». Por si acaso y visto lo visto, mejor que no le pierda el toque a la paella.

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