opinión

Tradición sin decoro

Los jugadores del Cádiz CF van mejor vestidos y guardan mejor la compostura para recibir un premio en una peña o tras jugar un partido que para rendir visita a la Patrona y a Jesús Nazareno

Cádiz, la ciudad de las chanclas y los perros

El Cádiz CF, a los pies de su Patrona

El Cádiz CF en Santa María, con el Nazareno antonio vázquez

El Cádiz CF es el club de la gente. Una de las frases más usadas por la entidad que incluso aparecía o aparece en los autobuses del equipo en más de una ocasión hace honor a la verdad viendo las imágenes que se volvieron a mostrar en la tradicional, y felizmente mantenida y recuperada por Manuel Vizcaíno, visita a las dos grandes devociones de la ciudad de Cádiz.

Porque rendir honores a la Virgen del Rosario y a Jesús Nazareno es rendir honores a Cádiz. Tanto la Patrona como el Regidor Perpetuo representan a la ciudad, más allá de lo que cada uno crea o la fe que tenga. Ambos son Cádiz, y por tanto que el club cadista les visite cada año es una muestra de respeto, insisto más que agradecida.

Pero es cierto, el Cádiz es de la gente porque más allá de la tradición el club hace honor al 'chanclismo gaditano'. Dícese del fenómeno dado en la ciudad más antigua de occidente por el que desde junio a septiembre unas chanclas y unas bermudas valen para tirar la basura, ir al médico, pasear al perro, tomarse unas copas en el Paseo e incluso ir a cenar a un buen restaurante. Vestimenta 'made in Cádiz' y que te hace el avío para cualquier situación, a poder ser con un calzado de la talla 40, teniendo un 41 de pie, y con los deditos al aire.

Y el Cádiz CF, un año más, le dio fuerte al 'chanclismo' acudiendo a Santo Domingo y Santa María con la plantilla en bermudas y con los tenis de toda la vida. Y no es cuestión de que los jugadores y el cuerpo técnico tengan que ir de traje y corbata como los dirigentes y algunos miembros del club. No hace falta en absoluto. Pero no es menos cierto que es una falta de decoro total acudir a un acto social de esas guisas.

Ojo que tampoco tiene que ver con lo religioso, que la Iglesia es la casa de todos y mejor es el saber estar que una camisa de Armani. Pero llama la atención que a la entrega de premios de una peña el jugador de turno vaya más o menos bien vestido o que tras un partido no salga en chándal y sí con dos litros de perfume. Menos aún que en más de una temporada el club presuma de vestimentas de paseo con una conocida marca andaluza y que las luzca en los desplazamientos ligueros y no lo haga en un acto, insisto, social y de la entidad.

Se trata en definitiva de dar ejemplo, guardar el decoro y entender en qué lugar y para qué se está en un sitio. ¡Que hasta Kichi se compró un traje para oficiar bodas!

Dicho lo cual y para rematar, tampoco estaría de más guardar la compostura y no meterse las manos en los bolsillos en una foto de familia delante de la Patrona o haciendo la ofrenda floral, caso de Ontiveros y del propio Gaizka Garitano.

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