Athletic - cádiz

La pizarra del Athletic 3-0 Cádiz

Sin centro del campo, sin capacidad para cambiar el partido y totalmente sometido al rival, el cuadro de Sergio hace aguas por todos lados en San Mamés

Williams y Javi Hernández la voz
Rubén López

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Golpetazo de realidad

Un Cádiz totalmente irreconocible. Así lo definió en parte Sergio tras el horrible partido de su equipo en San Mamés ante el Athletic Club. En tierras gaditanas la expresión para resumir el partido sería bien sencilla: 'no hay por donde cogerlo'. Y es que el Cádiz hizo aguas por todas las vías del barco. Aguantó en igualdad unos quince minutos, el tiempo que el Athletic necesitó para adueñarse del choque y darse cuenta que con ritmo e intensidad se iba a llevar los tres puntos ante un Cádiz casi sin alma.

Y es que lo que más dolió de la visita amarilla a San Mamés fue precisamente su no comparecencia, no compitió. Y duele más que nunca viendo como llegaba el cuadro cadista, las sensaciones que transmitía y cómo todo se fue al garate con una primera parte en la que, afortunadamente o no, el fútbol le estaba dando otra oportunidad con el empate a cero en el marcador.

El partido fue un baño de realidad para un Cádiz que no va a ganar paseándose por Primera División. Aunque tenga mejor plantilla y más efectivos, va a tener que competir como nadie si quiere salvarse una temporada más. Los amarillos se llevaron un golpetazo con el que vuelven a tener los pies en el suelo.

1. Sobrino a escena

Sergio apostaba por dar la titularidad a Rubén Sobrino por un Darwin Machis que venía de un largo viaje y con un solo entrenamiento de amarillo. El resto del equipo seguía siendo el mismo, el idéntico equipo que había dado la talla en las cuatro jornadas previas y que salvo algunos minutos ante el Almería había rayado a un nivel bastante alto.

La clave del partido podía estar en el centro del campo y así lo entendió Valverde que con Galarreta, Vesga y Sancet por delante hicieron estragos todo el partido. El Cádiz aguantaba bien en el inicio, imprecisiones en los dos equipos y sin ocasiones de gol. Los amarillos trataban de robar pero entre una cosa y otra nadie se adueñaba del balón.

2. El rival hace justicia

Con el paso de los minutos, el Athletic se iba metiendo más en el partido y comenzaban a llegar las ocasiones con el balón parado. El Cádiz comenzaba a hundirse por detrás, dejando a rivales libres de marca que remataban a placer. Varios cabezazos, uno de ellos al larguero, eran el aviso de que o el Cádiz espabilaba o lo iba a pasar muy mal.

La idea cadista era hacer un partido largo, robar y correr pero por esa recta final de la primera parte los cadistas no daban dos pases seguidos. Alta presión del Athletic, todos los duelos para los locales y al final la casa sin barrer. Más aún cuando el comienzo de la segunda parte no dejaba cambios en nada. Una leve reacción que dio paso de nuevo al timón del Athletic que seguía siendo dueño y señor del partido.

Mal Escalante, desaparecido Alcaraz, los de arriba sin oler el balón y muchas facilidades atrás. Una galopada de De Marcos, más solo que la una, un centro al segundo palo y remate de Guruzeta para hacer un 1-0 más que justo hasta el momento. El despropósito iba a más con un tanto de patio de colegio. Un mal despeje de Escalante acaba en la cabeza de Villalibre para hacer el 2-0. El Cádiz por entonces ya estaba fuera del choque.

3. Cambios que no cambian el partido

Antes que ello Sergio había metido cambios viendo que el partido se le iba, pero ni por esas. La sorpresa fue que no se percatara de que el centro del campo lo tenía perdido, ¿por qué no entró San Emeterio? El caso es que con Robert Navarro el Cádiz ganó en desparpajo pero no era suficiente por entonces. Machis y Maxi también entraban en el campo por Sobrino y Roger. Las dos bandas y un punta fuera, pero el Athletic seguía ganando el partido desde la medular.

La tónica del choque no cambiaba en absoluto. El Cádiz seguía frenando internadas rivales y poco más. Jugadores rivales solos en el área y el tercero de Williams que confirmaba el desastre. Un 4-4-2 inamovible que quizás condenó al Cádiz en un partido necesitado de más solidez atrás que otra cosa. Así ha sido capaz el cuadro cadista de ganar en San Mamés, siendo fuerte atrás.

Negredo y Álex eran los últimos cambios del cuadro cadista que gozaba de algunas ocasiones claras en el descuento pero sin demasiada historia. Queda mucho camino por delante y quizás estos avisos no están de más, pero duele tanto ver jugar así al Cádiz...

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