Mauricio García - Cádiz CF

Cádiz CF: Pierde el fútbol

Con la muerte de Theo Vargas pierden Cádiz y el fútbol gaditano; con el autoimpuesto silencio de Cervera también sale perjudicado el balompié

Álvaro Cervera únicamente hablará cuando sea obligatorio. A. V.

Mauricio García

Lo odié y lo respeté a partes iguales. Sí, a don Theo Vargas. Lo odié por el simple hecho de que me ponía nervioso escucharlo narrar al Cádiz CF. Quizás porque mis propios nervios los proyectaba contra el narrador. Un narrador que ponía el corazón en cuanto la pelota empezaba a rodar. Un narrador que le ponía tanta pasión, que me superaba. Con el tiempo lo entendí. Y cuando lo conocí , aunque solo fuera efímeramente, lo respeté tanto como lo detesté algunas mañanas de domingo narrando por 'esos campos de Dios'.

La educación me gana. Y Theo era un tipo educado. Me sirvió solo llamar a la SER preguntando por algún compañero de informativos y que fuera él quien cogiera el teléfono para palparlo. Y me ganó simplemente por eso. Porque el tipo visceral en las ondas que narraba el Cádiz CF era un señor educado, sin una palabra más alta que otra y apreciado por su calidad humana en la redacción. Cuando todos hablaban bien de él, algo tendría. Y lo tenía. Coincidí con él efímeramente en pocas ocasiones, supongo que no sabría ni quien soy, por eso de ser él de deportes y yo de 'la otra parte', pero cuando lo veía moverse entre compañeros, lo miré desde la admiración hacia un tipo que hizo de su profesión pasión y viceversa.

Indudablemente, cuando se va alguien así, Cádiz pierde algo de su esencia. Gana la historia un capítulo más en su eterno libro, pero egoístamente para los que siguen, pierde Cádiz y pierde el fútbol gaditano.

Pero como lo que a él gustaba era esto de la pelotita con once de amarillos corriendo, hay que seguir hablando de fútbol y, por qué no, de sus extrañezas. Como la de sancionar a un entrenador cuatro partidos por unas declaraciones que no fueron ni mucho menos incendiarias, máxime si se tiene en consideración (esa palabra que tanto gusta al colectivo arbitral) en el momento que se hicieron.

Sin justificar a Cervera, que debió morderse la lengua, aunque entendiendo el momento, el enfado y que tampoco dijo ninguna barrabasada, con su autoimpuesto silencio pierde el fútbol. Siempre he defendido que es un entrenador que habla de manera 'normal', sin milongas y frases hechas. No le hace falta recurrir al 'peso de la ansiedad' o a la 'música del fútbol' para decir que su equipo ha estado mal un día. Y en un fútbol cada vez más edulcorado y remilgado hasta la soplapollez, que haya un Cervera que hable sin filigranas no solo es productivo, es hasta necesario.

Toca ser listos ahora y cuando comparezca, aunque sea por obligación, no tocarle el tema para no meterle en ningún charco. Porque en fútbol ganan los listos. Y por eso también toca ser listos el domingo. Se enfrentan lo que los cursis llamarían dos equipos de moda, con estilos antagónicos a priori. Cervera, que es listo, ya tendrá un plan. Esperemos que le salga y se pueda dar la campanada ganando el primer partido de casa contra el líder, aunque sea sin los dos delanteros titulares, porque el resto de la plantilla también cuenta, incluido Bobby, al que ya hay ganas de ver.

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