Elche - Cádiz CF
(1-1) Un punto de realidad
El Cádiz deja con vida a un rival directo tras jugar medio partido en superioridad numérica y solo poder empatar
Un punto de realidad y gracias porque después de como se había puesto el encuentro a la media hora más de uno presagiaba que el Cádiz CF podía encadenar su tercera derrota consecutiva. Pero no fue así gracias a la expulsión de un rival al filo del descanso que facilitó las cosas a un equipo que si bien tuvo la posibilidad de empatar también evidenció sus debilidades al no acabar de remontar un encuentro con todo a su favor.
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El punto frena en seco la dinámica lógica de derrotas ante Atlético y Real, pero no puede darse por bueno debido a lo que llega la semana que viene a Carranza, todo un Barça de Messi. La realidad es la que es y mucho está haciendo este Cádiz CF con lo que tiene en un momento delicado por el que pasa por culpa de tantos y tantos lesionados a los que después de este encuentro hay que sumar a dos titulares más.
Álvaro Cervera apostó en sus papeles por la ambición y su equipo lo demostró en los primeros minutos. A diferencia de hace una semana, el técnico del Cádiz articulaba un centro del campo más creativo y sacaba del mismo al gudari Garrido para retrasar la posición de un arquitecto como Álex y dejar una dupla atacante formada por los 'b', es decir, los suplentes Malbasic y Álvaro Giménez. Y con un once netamente ofensivo salió el once cadista, convencido de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Esas, al menos, eran las ideas ante un equipo de su liga , el Elche, también recién descendido.
Los contratiempos a Cervera le comenzaron bien pronto. Incluso antes del encuentro, donde Conan Ledesma se retiraba al vestuario al sentir unas molestias que fueron bien tratadas por los galenos para poder salir de inicio y hacer respirar al cadismo.
Y lo cierto es que el once planificado salió al campo mandando . Una buena prueba de ello es que a los ocho minutos el Cádiz CF ya había dispuesto de dos saques de esquina y su presión agobiaba por momentos a un Elche que había salido también con un claro 4-4-2 con dos tanques como referencia.
Si antes del encuentro ya sorteó un contratiempo Cervera, no pudo hacer lo mismo al cuarto de hora, momento en el que Gonzalo Verdú pisaba el tobillo de Jairo , que lo mandaba a la grada tras construir una buena contra que tuvo que ser parada, también en falta de Lucas Boyé, su primera tarjeta, sobre Jonsson. El pequeño extremo canario se lamentaba ya fuera del campo mientras el fisio le aplicaba hielo mientras el Elche se quedaba en el campo con once jugadores...
Salía Perea por el lesionado Jairo y el Cádiz CF siguió a los suyo, que no era otra cosa que presionar a un Elche que no se esperaba a un Cádiz CF tan adelantado y con tanta convicción.
Poco a poco se llegaba a la media hora de partido sin que los porteros hubieran recibido amenaza alguna . Las defensas se imponían a unos ataques nulos y el ritmo del encuentro se iba pausando en una hora peligrosa para la siesta. O no.
Es curioso que las primeras oportunidades llegasen cuando el encuentro más aburrido estaba , Y en parte se puso animado gracias a un error de Ledesma, que se confió con un disparo lejano de Pere Milla acabado en córner una vez que se le escurrió el balón húmedo en los guantes. Ese primer artificio abrió las hostilidades ilicitanas, que volvieron al minuto con un cabezazo a la salida del córner del chiclanero Diego González que tuvo que solucionar Ledesma poniendo su mano en la escuadra.
Aparentemente no había pasado nada y el Cádiz CF seguía tranquilo, pero sin percatarse de que su rival había puesto un piñón más. Fue otra vez Pere Milla el que descubrió las facilidades de la defensa cadista, que no operaba tan junta como en partidos anteriores. El mediocentro local asistió con precisión al Lucas Boyé, que recibió solo fuera del área para colocarse la pelota y con un zurdazo cruzado y raso sorprender a Ledesma, que nada pudo hacer con su estirada. Era el minuto 37 y al Cádiz CF se le ponía el encuentro muy cuesta arriba.
Expulsión de un rival al filo del descanso
Poco después, cerca estuvo de empatar el conjunto de Cervera, que veía como el VAR rectificaba un penalti muy riguroso sobre Jonsson y que ya Álex se disponía a materializar cuando el árbitro Del Cerro Grande era convencido por su ayudante Soto Grado en la sala VAR para que repasara una decisión que fue rectificada. Lo que no hizo al filo del descanso con la segunda amarilla al extramotivado Lucas Boyé, que caía en la trampa de Fali. El ariete argentino colocó su codo en la garganta del defensa valenciano y se iba a la calle más que por esa acción en cuestión, que también, por la cantidad de faltas realizadas en el primer tiempo.
Con esta buena noticia se dirigía el once amarillo a los vestuarios, donde Cervera, a buen seguro, derrocharía un sinfín de explicaciones para tratar de rescatar un partido que se había puesto muy desfavorable.
Le gustase o no, al Cádiz CF no le quedaba otra que hacerse con el dominio del balón, el que intentó llevar al área contraria gracias a los centros de Salvi , que con uno primero conectó con Álvaro Giménez, que remató muy forzado, y con uno segundo poco le faltó a Malbasic para llegar de no ser por la aparición de Gonzalo Verdú,
Esas parecían las bazas de un equipo entregado a las internadas y centros de Salvi, que en poco menos de cinco minutos ya había forzado dos saques de esquina.
Pero cuando más se volcaba por la banda derecha el Cádiz CF, apareció por la izquierda hasta el momento un desaparecido Perea, que no tuvo mejor manera de hacerse destacar que con un centro maravilloso con su pierna menos mala, la zurda, al segundo palo por donde aparecía con la caña preparada el ilicitano Álvaro Giménez , que con este gol callaba, por momentos, muchas de esas bocas que no lo ven apto para Primera. Era el minuto 55 y al Cádiz CF se le ponía la cosa de muy buen ver con más de medio segundo tiempo por delante.
El gol le dio más valentía a Cervera , que no tenía otra que cambiar a Fali, lesionado también, por Alcalá y aprovechaba para dar entrada a Pombo por Malbasic en una clara declaración de intenciones. Sí, el Cádiz CF quería más balón aún.
Tan centrado estaba el Cádiz CF en el manejo de la pelota que se relajó un poco en las obligaciones defensivas. Por culpa de ello llegó una ocasión desperdiciada por Fidel, que se equivocaba al cabecear hacia atrás cuando se encontraba solo ante Ledesma tras un centro mal defendido por Espino.
Le iban bien las cosas a Cervera, que hacía unos cambios un tanto inexplicables mediada la segunda mitad porque muy mal debía estar Salvi para retirarlo del campo por el debutante Bobby Adekanye. Además, el amonestado Álex le dejaba su sitio en la medular a Bodiger, que se aplicaría a defender para dar mayor libertad a los creativos. Repuesto de los cambios, Perea y Pombo cogieron la batuta de la elaboración.
Tocaba y tocaba sin arriesgar el Cádiz CF ante un Elche encerrado en su campo que si bien no pasaba apuros sí que concedía demasiados metros. Tantos, que a los diez minutos del final pudo ver como de nuevo Álvaro Giménez marcaba aunque en esta ocasión se le invalidaba el tanto por culpa de unas manos en el control.
Se desesperaba, y con razón, Cervera viendo como su equipo apenas inquietaba a un rival en inferioridad. Sus largas posiciones eran insignificantes y facilitaban la tarea defensiva del Elche, que con apenas hacer sombras siempre llegaba en superioridad a cubrir a los extremos cadistas. Tardaba el Cádiz CF un mundo en abrir el balón y sin la claridad y la velocidad de ideas de Álex en el centro del campo, los ataques casi que nacían sin vida. Tan sólo las apariciones de Bobby, zurdo cerrado, inquietaba a la zaga franjiverde.
El pitido final dejaba a Cervera algo cabreado e impotente después de ver como los suyos no fueron capaces, no ya de ganar, sino de solo agobiar un poco a un Elche que apenas sufrió para firmar un punto que celebró más que los gaditanos.
