Elche - Cádiz
Pues con lo de siempre, tampoco (3-1)
El Cádiz vuelve a caer por tercera jornada consecutiva ante un rival directo y abre el debate de la continuidad de Cervera
Ni con lo de antes, ni con lo de siempre, ni con nada. Este equipo, a día de hoy, parece un muerto. Lo parece en el banquillo y lo escenifica de maravilla en el campo. El Cádiz debe entrar en terapia, desde el utillero al presidente pasando por un entrenador que ya ni se cabrea cuando a los suyos le pitan un penalti en contra para enfadarse. Cervera y sus jugadores salieron a no encajar goles y lo primero que hicieron fue encajarlo. Más allá de que el penalti sea una broma, lo que no es broma es que en menos de diez minutos un rival directo en la lucha por la salvación te toque la carita hasta en tres ocasiones antes de que el árbitro le conceda un penalti. Luego estarán los del robo y esas cosas, pero lo primero es lo primero y lo primero es que el Cádiz entregó los estribos en el primer cuarto de hora.
Con esta derrota se abre el debate de la continuidad de un entrenador al que no se le ve cómodo en un club en el que ni comulga con el presidente ni hace comulgar de igual manera a sus muchachos con una metodología que además de aburrida, cansa y ya no gana.
No varió demasiado su equipo Cervera después de la homilia del pasado miércoles antes de partir hacia el Levante español aunque sí que desde luego cambió la mentalidad de cómo se saldría al campo a combatirle al Elche. Y la premisa era mut clara. Defender, defender y destruir, destruir. Ta lo dijo entonces el entrenador cadista al enmarcar en su relato que lo que desordena a su equipo es el balón. Y por eso no quiso ni olerlo el Cádiz en los primeros veinte minutos de partido ante un Elche que se sabía en la obligación de ir a por el partido desde el pitido inicial. Que sí, que el penalti pitado en contra de los amarillos en el minuto 13 fue más que riguroso de chiste, pero ojo que era la cuarta vez que el ataque franjiverde pisaba el área gaditana. Y claro, las cositas vienen porque se dejan venir...
Dos cambios de cromos hizo Cervera respecto al once que sacó ante el Atlético. Por Cala sacaba a Víctor Chust y por Salvi a Akapo, que se colocaba de lateral para dejar de extremo a Iza. Pero ni por esas. El Cádiz salió a verlas venir y así le fue.
Y eso que la primera ocasión la tuvo el once de Cervera después de una falta botada por Espino que Chust remató mal. Sería la antesala de lo que sucedería poco después. Concretamente en el minuto 4 en el que Lucas Boyé disparaba al palo después de que hasta cuatro jugadores ilicitanos se combinasen la pelotita dentro del área gaditana. Era el primer aviso serio porque a los diez minutos Víctor Chust entraba en la trampa de Lucas Pérez, que tan pronto se dejó notar un leve contacto del defensa cadista para irse al suelo y engañar al árbitro, que empeñado en su error ni quiso irse al VAR para comprobar como se la colaban. Desde los once metros Fidel adelantaba al Elche ante un Cádiz que en esos minutos no había presentado ni alma, ni corazón, ni ganas.
Pudo el Elche agrietar más la herida del Cádiz , pero Espino aparecía por los suelos para impedir que el disparo de Tete Morante probase a Ledesma.
El Cádiz salía como podía de su madriguera y tuvo que ser Iza el que lo intentase en el 21' de partido con un derechazo que Edgar Badía detenía aunque sin la fuerza necesaria para alejar el peligro. Al rechace acudía el Choco Lozano, que justo en el momento de rematar era obstaculizado en falta por el chiclanero Diego González. Penalti claro aunque en directo pareció compensatorio del anterior. Álex enviaba el balón al palo. Todo parecía salirle mal al Cádiz, que, eso sí, niveló el encuentro en cuanto a la iniciativa.
A la media hora, Akapo profundizó por su banda para acabar ganándole la partida a Enzo Roco aunque sin la potencia y puntería necesaria para sorprender a Badía.
Al término de los primeros 45 minutos el Cádiz había conseguido frenar un tanto el monólogo inicial de un Elche que disparaba menos a puerta aunque cuando lo hacía se dejaba notar infinitamente más que los timoratos ataques amarillos.
No salió muy espabilado el Cádiz tras pasar por los vestuarios. Eso provocó que el Elche pudiera haberle dado la puntilla si Fidel llega a estar más acertado con un remate de cabeza con Ledesma batido al centro espléndido de Morente.
Seguía en pie el Cádiz y más que pudo reanimarse, pero Sobrino, a los cinco minutos de la reanudación, remató de pena un centro por la izquierda de Espino. No se entiende el empecinamiento de Cervera con un muchacho que pierde crédito a cada paso que da...
Esta ocasión le dio moral al Cádiz, que en el 55' volvía a la carga con un disparo lejano del Choco que se encontraba con la parte superior del larguero. Lo intentaba el Cádiz a sus formas, que ya se saben que no son muy contundentes. Ir a la guerra con tirachinas no es lo más idóneo para permanecer en Primera y como cada vez que el once de Cervera se abre, se rompe por detrás.
Esa ruptura fue la que aprovechó el Elche para finiquitar a los amarillos, que veían como se autodestruían con un pase en largo de Gumbau a Tete Morente, que con solo dos toques se colaba en el área de Ledesma, al que sorteaba sin mucha complicación para marcar a placer la puntilla para el Cádiz .
Fiel a sus malas costumbres, el Cádiz bajó los brazos, lo que aprovechó Josan para adentrarse en el área de Ledesma y buscar el tercero, pero su disparo se fue ligeramente desviado. Moría el partido cuando casi que sin quererlo Álex metía al Cádiz en el partido en el descuento con un cabezazo perfecto a la salida de un córner provocado por un centro envenenado de Álvaro Jiménez.
Apenas quedaban dos minutos para la conclusión y el Cádiz no tuvo ni la oportunidad de poder oler el punto ya que en el 92', y tras una contra del Elche, Josan sentenciaba definitivamente a un equipo muerto y camino de una terapia.
