Girona - Cádiz

Como más duele (1-1)

El Girona y un exagerado descuento le sacan dos puntos al Cádiz en Montilivi

Stuani fue un dolor de cabeza para los centrales cadistas.

Alfonso Carbonell

El Pacha va a lo loco siempre. Para bien y para mal. A lo loco fue hace una semana a por un balón que Lucas Pérez convirtió en gol para empatar al Espanyol y a lo loco fue este sábado para detener a un Manu Vallejo que venía lanzado para rematar el rechace al paradón de Ledesma. Era el último minuto de un exagerado descuento que ya se había cumplido pero que le costó al Cádiz dos puntos y mucha resignación. La victoria se quedó en un empate que deja a los amarillos en zona de descenso. Un descuento eterno y exagerado noqueaba a los de Sergio, que siguen prosperando en su juego a falta de victorias.

Dos cambios hizo Sergio respecto al de la semana pasada en casa frente al Espanyol. Tal y como dijo en la previa del encuentro, el entrenador del Cádiz volvió a confiar en Iza tras su partido de sanción y lo devolvió al once titular en detrimento de Zaldua, que pese a su buen encuentro ante el once perico retornó al banquillo por culpa del empuje del portuense. Además del cambio en el lateral derecho, Sergio sorprendió otra vez con Bongonda, al que sí guardó en el once para asombro ed muchos contra el Espanyol pero al que sentó en Montilivi a pesar de que no pocos vieran detalles de calidad en el congoleño. Su puesto lo ocupó Álex, que se colocó en la banda izquierda recordando aquellos tiempos en los que Cervera, con tal de incluirlo en el equipo, le guardaba su rincón para que se aportase su granito de arena en la posesión.

Y no solo ese dato recordó a Cervera este sábado en Gerona, porque el Cádiz salió ante el conjunto catalán al más puro estilo cerveriano, ya que los primeros diez minutos de juego se los pasó el Cádiz atrincherado en su campo y a la espera de errores del contrario.

Sin ser aplastante, el dominio local fue continuo en esos primeros compases del encuentro. Diez minutos tardó el Cádiz en su salir de su escondite, aunque tampoco eso se tradujo en ocasiones. La primera del encuentro fue del Girona, pero el cabezazo de Bernardo acabó en las manos de Ledesma, bien colocado en el centro de la portería tras un centro profundo de Javi Hernández.

A los cinco minutos de esa oportunidad, en el 26 de juego, llegaría una nueva aproximación gerundense, pero de nuevo los locales se toparon con Ledesma , que sacó los puños al centro de Arnau para evitar el remate de Castellanos, que las tuvo tiesas con los defensas amarillos durante todo el encuentro.

Avisaba el Girona y el Cádiz no se inmutaba. Cierto era que el dominio no resultaba peligroso y que lejos de inquietarse, se acomodaba el once amarillo. Sin embargo, el Girona seguía a lo suyo. Esta vez fue el colchonero Riquelme el que se gustó en el centro del campo para acabar con un centro que se fue pasado.

A la media hora llegó un lance que recordó a los cadistas que a su equipo también le gustaba el balón, pero tras una eterna posesión no creó nada más que una contra no satisfecha del Girona.

Este clima soporífero de partido anestesió al Girona, que pudo irse al descanso por debajo del marcador si en vez de Sobrino hubiera sido otro el que se plantase ante Juan Carlos solo tras un pase de Alcaraz facilitado por la zaga rojiblanca. El tímido e infantil disparo del manchego acabó en las manos del portero local para alivio de la parroquia anfitriona.

Y del aburrimiento se pasó en la reanudación a la diversión que trajo del vestuario el Cádiz, que en el 46' marcaba tras un centro de Iza del que Negredo sacó petróleo al prolongar el balón para desde la línea de fondo y forzado meter un pase atrás con la derecha para que apareciera de la nada Álex y rematase en semifallo que despistó a Juan Carlos para adelantar al Cádiz en el día de su cumpleaños. ¡Qué regalo!

El gol ahogó al Girona y le dio alas al Cádiz, que pudo sentenciar si Negredo lleva a aprovechar el error de bulto de Bernardo, pero el cabezazo del vallecano no encontró puerta.

Con 0-1, Míchel no se lo pensó y metió a Stuani , que de ahí en adelante se convirtió en la pesadilla amarilla. Lo primero que hizo el uruguayo fue cabecear fuera un saque de esquina. Ese cambio modificó un tanto la dinámica ascendente del Cádiz, que siguió intentándolo por mediación de una conducción de Sobrino, que tras recorrer varios metros envió hacia atrás sin encontrar a Negredo.

Introdujo un triple cambio Sergio, que senataba Negredo, San Emeterio y el lesionado Iza para meter a Lozano, José Mari y Zaldua. Este parón, que se alargó tras una disputa entre Chust y Castellanos, benefició al Cádiz para frenar el empuje local. A pesar de ello, el Girona volvió a la carga en el 66' tras un disparo al laguero de Tati Castellanos tras una gran asistencia de Stuani.

Temblaba el larguero y temblaba el Cádiz. Más lo haría en el 73 después de que el recién entrado Cala se metiera en su portería un balón centrado al área. Para fortuna cadista apareció el VAR y anuló el tanto por agarrón de Castellanos al central sevillano , que confirmó no estar para muchos trotes.

Pudo sentenciar Ocampo, pero se mareó de tanto regate y no acertó a disparar entre los tres palos. El mareo le duró varios minutos porque no atinó en ninguna de las contras que tuvo a su merced.

No aprovechó el Cádiz esas oportunidades y el Girona seguía acechando. De nuevo le anulaban un gol, este a Castellanos, por offside del delantero para lamento de un estadio que se quedaba perplejo cuando el cartelón del cuarto árbitro señalaba ocho minutazos. No estaban pasando apenas cosas pero como dice el dicho, hasta el rabo todo es toro. Y así fue para cabreo de la hinchada gaditana, que volvía a respirar tras un paradón de Ledesma a cabezazo de Bernardo. El rechace le llegó a Manu Vallejo, que tras rematar se vio en en suelo tras la embestida del búfalo Espino, que desde el suelo sabía de sobra que había arrollado al gaditano. Desde los once metros, en el 101 de partido, Stuani no falló.

Un punto fuera de casa que valdrá para el futuro pero que en el presente pesa bien poco. Y es que perder casi todo el botín cuando ya se están haciendo las maletas para volver a casa es un palo gordo del que seguro se levantara un equipo que sigo en alza a pesar de los empates. Tres seguidos que no sirven para salir del descenso.

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