Cádiz - Girona
(2-0) La compra es buena
Los goles de los fichajes Escalante y Guardiola le dan los tres puntos al Cádiz para volver a salir temporalmente del descenso
La compra es buena. Los productos tardaron en llegar pero en cuanto se han usado están dando resultado. Estos y los otros, los que ya se hicieron y no funcionaban al principio. Estos son los de enero y los otros son los del verano. Escalante y Guardiola marcaban a pase de Bongonda en un nuevo encuentro en el que Brian Ocampo volvió a crecer mientras a su presidente se le dibujan en los ojos el signo del dinero. Contundente y señorial victoria de un equipo que vuelve a salir de manera temporal del descenso ante un Girona al que mete en la lucha por la salvación en una temporada que se avecina larga.
Victoria clave, la segunda consecutiva en casa. Tres puntos de oros tan bien labrados como los que se obtuvieron ante el Mallorca. No, no fue un espejismo, era la realidad de un Cádiz que ha mejorado con los nuevos y que sólo se chocó en Bilbao por culpa de un error defensivo del que se debe aprender desde el banquillo.
Dos novedades introdujo en su once Sergio , que castigó con el banquillo a Momo tras sus grosero error en Bilbao retrasando a Fali al centro de la defensa. Guardiola entraba supliendo a Lozano mientras que Alcaraz recuperana su lugar en el centro del campo en detrimento de Álex. Y así, con un 4-4-2 salía un Cádiz decidido a pisar campo contrario desde el primer minuto de juego apoyándose en una defensa que venía empujando desde atrás recordando a aquella que transformó Sergio en su llegada al banquillo gaditano.
A pesar de ese empuje inicial gaditano, la primera oportunidad la puso el Girona, que tras un saque de esquina botado por Álex García cabeceaba Bernardo para calentar a Ledesma, que felinamente despejaba de puños hacia delante.
Esa ocasión no amilanó al Cádiz, que al minuto se ponía por delante gracias a una excelente salida de balón comandada por Iza , que, tras apoyarse en Guardiola, echaba a correr a Brian Ocampo para que el charrúa driblase hasta a dos defensores para adentrarse en el área y desde la línea de fondo centrar al segundo palo donde esperaba Bogonda, que en su intento de controlar le servía a Escalante un balón de oro para que el argentino, con la colaboración de un defensa, adelantase a los amarillos en el 5 de partido.
Explotaba Carranza con los suyos y hasta las ráfagas de viento que soplaban con fiereza se aliaban con un equipo que iba decidido a dar muerte rápida a un rival superado por todos lados. El siguiente pudo caer de no ser por el meta Gazzaniga, que se sacaba como podía enviando a córner un balón que Iza recogía en el borde del área tras la salida de un córner y que voleaba con la destreza que tiene en esas lides.
Seguía el Cádiz aprovechando el tirón del gol de Escalante para encerrar en su área a un Girona que se las veía y se las deseaba para sacarse de encima las envenenadas catapultas de Luis Hernández. En una de esas, Roger tocó con la levedad necesaria para inquietar a Gazzaniga, que se hacía con el balón no sin problemas al cuarto de hora de partido.
Pasados los 20 minutos, el Girona entraba en campo contrario aunque solo inquietó de la misma manera que lo hizo antes, es decir, tras un saque de esquina cabeceado en el segundo palo por Bernardo que desbarataba la defensa amarilla, bien replegada y juntita durante todo el primer tiempo.
No le dio continuidad a su breve dominio el Girona y eso lo aprovechó de nuevo el Cádiz, que se frotaba las manos cada vez que sus rivales se ponían a tocar y a tocar en el centro del campo sin ningún riesgo salvo para ellos. Así fue como se originó el segundo del partido tras una perdida en la medular de los catalanes que recogía el congoleño Bongonda, que atravesó el campo rival sorteando las tarascadas de dos rivales y acabar cediendo a Guardiola. El balear esperó paciente en la línea de fuera de juego, controló, se sirvió y armó su zurda para cruzarle el balón al meta visitante y estrenarse como goleador cadista de la mejor manera posible. Era el 33 de partido y a pesar del desapacible tiempo que hacía en Carranza, el cadismo entraba en trance.
Poco o nada pasó de ahí hasta el descanso si se obvia dos tarjetas amarillas que vieron Luis Hernández y Espino motivadas expresamente para parar dos contras que pudieron ser peligrosas pero que quedaron en nada.
No tenía más remedio Míchel que hacer cambios en el descanso e hizo hasta tres por ninguno de Sergio, que seguía confiando en los mismos que habían encarrilado de categoría la que estaba siendo la segunda victoria consecutiva en casa tras la del día del Mallorca.
Pero los cambios del Girona no varió apenas el guion del partido , que continuaba siendo controlado por un Cádiz que hasta se permitió el lujo de desconectarse un par de minutos que no fueron aprovechados por el ataque catalán.
Reactivados por Ledesma, los amarillos volvieron a lo suyo, que no era otra cosa que plantarse en el área rival a base de triangulaciones entre Ocampo, Bongonda, Guardiola y Roger, no sin gustarse en algunas jugadas que de tanto buscar la escuadra encontraron la grada.
Tocaba y tocaba el Cádiz con rapidez y con las ideas claras y con la lección tan bien aprendida que en cuanto se perdía una entrega había falta para frenar a un Girona ahogado. Pero no siempre se podía derribar al contrario y en una de esas pocas veces que el rival se zafaba de la marca llegó un testarazo de Iván Martín tras el centro de Miguel Gutiérrez que asustó a Ledesma en el 68'.
Espero al 75 de partido Sergio para refrescar a su once dando entrada a San Emeterio, Lozano y Sobrino para que se sentasen Escalante, Guardiola y Roger. Poco más adelante, Alejo sustituía a Ocampo y Álex suplía a Bongonda para terminar de amarrar una victoria que vuelve a dar la razón a un presidente que ha podido volver a arreglar en enero lo que jorobó en verano. Mientras funcione, bueno será.
