Cádiz - Espanyol

Cádiz - Espanyol (2-2) Sergio y el abismo, presentados

Enésimo mazazo en el descuento para un equipo que remontó un gol y que se quedó golpeado en el suelo tras el empate en el último segundo del descuento

Lozano volvió al once un mes después de su lesión en el Bernabéu. Francis Jiménez

Alfonso Carbonell

Todo está siendo muy duro, demasiado. Tanto que no es ni merecido. Palo fuerte en el último suspiro del descuento a un equipo y a una afición que ha notado un cambio sustancial de manos de un entrenador que debe alegrar el clima de un vestuario nuevamente golpeado por el fútbol.

El Cádiz de Sergio dio dos caras. Una, la de la primera parte, en la que fue bailado y perdonado por el Espanyol. Y dos, en la segunda, en la que supo arrimarse al vértigo de un partido que debió ganar pero que regaló otra vez por culpa de su fragilidad defensiva. Hay que mirar hacia delante y hacerlo con el optimismo y las buenas vibraciones que siempre trae un entrenador que se presentó en su nuevo estadio a la par que el abismo con el que deberá convivir el Cádiz de aquí a final de temporada.

Lógica y pragmatismo. Bajo estos dos parámetros se están dejando llevar Sergio González en sus primeros días como entrenador del Cádiz. En Gijón tiró de la coherencia de los menos habituales bajo un estilo algo más animado que el de Cervera y en Liga operó desde la sensatez, es decir, poniendo a los que desde fuera y, por lo que se ve, desde dentro, son en estos momentos los mejores del grupo. Y todos ellos, en su posición, que no es baladí. A excepción de San Emeterio, Sergio sacó un totalmente renovado al de Copa en El Molinón e hizo seis cambios respecto al último en Liga sacado por Cervera en Pamplona.

Sin renunciar a lo mucho y bueno que ha dejado su antecesor, Sergio salió con un claro y personal 4-4-2 con la dupla Negredo-Lozano arriba respaldada por detrás con un prometedor doble pivote formado por San Emeterio y Álex, que a su vez se apoyaban en dos centrales como Fali y Cala. Iza y Espino eran los laterales y Perea y Salvi en los costados. Todo muy clarito, muy sencillo. Sólo quedaba esperar de qué eran capaces ante un Espanyol muy superior sobre el papel.

Desde muy prontito se apoderó el Espanyol del balón y del campo a pesar de los vanos intentos del Cádiz por hacerse presente ante un rival que en apenas diez minutos ya había pisado hasta en tres ocasiones el área de Ledesma. Y fue a la cuarta que llegó el primero después de que Darder se fijase en un tremendo boquete dejado por los centrales amarillos para meter un pase filtrado que dejó solo a Morlanes ante Ledesma, al que batió con facilidad.

Diez minutos de juego habían pasado y a Sergio se le ponía más cuesta arriba aún su estreno en Carranza. Como podía, intentó levantarse el Cádiz a través de Perea, que forzaba un córner en una de las jugadas que con más fe buscaban sus compañeros. Se estiraba el Cádiz sin apenas resultados beneficiosos, que sí perjudiciales puesto que los espacios que dejaba eran abismales para confortablidad de los pericos. Y es que el Espanyol tocaba el balón sin problemas y se encontraba muy cómodo originando ocasiones casi sin querer, como una de Darder que si no es por Iza hubiera conseguido el segundo de cabeza.

La distancia entre un equipo y otro era sideral, insultante casi . Consciente de ello, Sergio agitó un poco el árbol cambiando de banda a Perea y Salvi. Y lo primero que llegó fue una oportunidad del sanluqueño tras una buena jugada del equipo que acabó en las manos de Diego López al quedarse el centro del capitán amarillo en un centro demasiado blando.

A los diez minutos ya encajó el gol el Cádiz. Francis Jiménez

Y si Salvi tuvo una, la siguiente sería para Perea, pero el manchego no se atrevió a chutar con la zurda tras driblar a un rival y su lanzamiento con la punterita acabó demasiado centrado para regocijo del veterano Diego López.

Lo cierto es que el Cádiz acabó acodándose durante una serie de minutos en el área de Diego López, que tuvo que salir a los pies de Lozano para hacerse con un balón que Negredo prolongó al área para que Salvi y el hondureño no acertasen en una acción en la que muchos quisieron ver penalti.

Pasado ese peudo dominio gaditano, el Espanyol volvió a la carga y si no sentención es porque quiso alargar el encuentro. Primero fue Embarba el que disparó forzado a las manos de Ledesma tras sortear a tres amarillos, después fue Puado el que se entretuvo más de la cuenta tras error garrafal en una entrega de Cala que tuvo que solucionar San Emeterio y por último fue De Tomás el que quiso elevar el balón por encima de Ledesma sin éxito para alivio de na afición que despedía a los suyos con pitos camino de las vestuarios .

Cala se queda en el vestuario

Tampoco es que estuviera jugando muy bien, pero unas molestias sacaron del once a Cala, que dejó su lugar a Víctor Chust.

Dejar al Cádiz con vida, con o sin Cervera, siempre es un peligro y a los diez minutos de la reanudación el Espanyol dio buena cuenta de lo que supone tras ser empatado. Perea dio carril a Iza por su banda para que el portuense metiera un balón que lo prolongó Salvi en el primer palo y que ensució lo justo Lozano para que le llegase a Negredo, que con metió su punterita con maestría para mandar el balón a la cepa del palo y al fondo de las mallas.

Cuando más apagado estaba el estadio, llegó el tiburón para encenderlo lo necesario para creer en lo que fuera que creyese Salvi en el 60' para colarse dentro del área espanyolista tras una buena acción entre Álex y Lozano que el sanlqueño no pudo culminar tras vérselas con el gigante Diego López.

Veía Vicente Moreno que su equipo se le caía por la banda derecha y la cambiaba con un doble cambio en el 65'. Y sí, el partido se ponía todo lo serio que se tenía que poner porque el Espanyol volvió a ponerse las pilas y, por consiguiente, a someter al Cádiz.

Jugaba con criterio el Espanyol, de banda a banda, alimentaba sus jugadas hasta cercar el área de Ledesma, que fue quien salvó a los suyos con su manopla tras un cabezazo de Raúl de Tomás a centro de Puado. A los cambios de Moreno le respondía Sergio sacando a Perea y metiendo a Arzamendia.

El guion de lo que quedaba venía a ser un suplicio para el Cádiz, que bien sabía lo que le esperaba. Y esto no era otra cosa que sufrir cada posesión del Espanyol y atinar con algunas de las que se buscase con dos refrescos como Alejo y Sobrino, que suplieron pasado el minuto 70 a Salvi y Lozano.

Goles anulados a Negredo y mazazo final

El Cádiz estaba muy vivo y más que pudo estar de no anular el árbitro un gol por manos de Negredo después de otra llegada por banda izquierda de Arzamendia. La misma por la que llegó el segundo tanto anulado al madrileño por falta previa al remate de Sobrino sobre Diego López.

Entre revisión y revisión el partido se adentraba en la recta final con una grada crispada y un ambiente muy tenso sobre el campo. Y lo supo gestionar más que bien el Cádiz. Negredo seguía como podía sobre el campo y ya que a él no le dejaban le sirvió un gol a Iván Alejo tras forzar uns saque de banda y sacarlo rápidamente para sorprender a la defenza blanquiazul. Alejo batía por bajo a Diego López en el 91' y Carranza explotaba de una felicidad que apagó en el últimos suspiro Raúl de Tomás con el enésimo mazazo que recibió un cadismo que aunque quiera levantarse ve como las circunstancias se lo están impidiendo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación