Cádiz - Betis

Y sin saber por qué (1-2)

El Cádiz se ve remontado tras los cambios de Pellegrini y la aparición del VAR, que no hay quien lo entienda o si se entiende es peor

Juanmi y Ledesma apuran un balón.

Alfonso Carbonell

Las peores guantás son las que no se ven venir. Y eso le ha pasado al Cádiz, que se las prometía felices con el gol de Alejo pero que dejó tejer al Betis una remontada facilitada por la aparición del VAR, que se vio una patada más que inocente y contra el espíritu de la norma de Alcaraz sobre Borja Iglesías, que sabedor de los defectos del maligno se fue al suelo como si le hubiera disparado un francotirador. Esta vez ha sido el Cádiz, pero el que sale perjudicado de todo esto es el fútbol.

La derrota ante el Betis no debe marear más de la cuenta al Cádiz, que hizo un buen partido hasta que apareció esa jugada desafortunada. Lo peor no es la sensación, sino lo que viene. Barcelona, Athletic y Sevilla en el horizonte es lo primero que se imaginó Sergio, que acabó el encuentro con la mirada perdida de lo que pudo ser y no fue. Bien sabe el técnico de Llobregat que este sábado era muy importante ganar. Y más, si estaba en la mano. Que lo tuvo. Sergio dejo hacer, mejor dicho, rehacer al ingeniero mientras él pecaba de optimista dejando pasar el crono ante un Betis que se fue creciendo con los cambios sin él hacer nada. Una pena, sin duda.

Y eso que la derrota el viernes del Granada en el Pizjuán, una plaza donde aún tiene que torear el Cádiz, le daba al encuentro ante el Betis mayor importancia aún ya que servía en bandeja poder adelantar al cuadro nazarí antes de unas jornadas de miedo para los amarillos, que la semana que viene van a casa del Barcelona, recibe al Athletic y visita al vecino rico, el Sevilla. Por tanto, el derbi suponía para el Cádiz una bala que no debía desaprovechar pese a la enjundia del rival. Es lo que tiene el Tourmalet, que te exige cosas que hace tiempo y con gafas resultaban impensables.

Su tiempo le ha llevado, pero qué bien lo ha aprovechado. Diez partidos, más dos de Copa, le han servido a Sergio para irse debatiendo, meditando y finalmente descartando opciones -no sin haberlas usado previamente- hasta pulir un once que ya puede llamarse su equipo de gala, el que sacó ante el Valencia en Mestalla en el encuentro más redondo que ha jugado hasta el momento el nuevo Cádiz pese al empate. Renovaba la apuesta el técnico cadista con la intención de no dejar al Betis sentirse cómodo desde el principio y lanzaba, en los primeros minutos, a Negredo y Lucas Pérez para tratar de ensuciar la salida de balón de la zaga verdiblanca, la línea más débil de los sevillanos.

Dos equipos en estado de gracia se daban cita sobre el tapete de Carranza con una grada de Champions en la que el acento gaditano se imponía a los no pocos béticos que coloreaban a su manera la grada. Pellegrini y Sergio colocaban sus respectivos 4-2-3-1 con intenciones similares pero estilos diferentes. Los amarillos, más directos. Los verdiblancos, más pausados.

Y a pesar de que era el Betis el que quería mandar y llevar el control del juego, lo cierto era que fue el Cádiz el que más rápido se presentó en área contraria tras un centro de Akapo rematado a la primera por Idrissi pero rechazado por la defensa rival.

Empujaba y empujaba el Cádiz hacia delante consiguiendo así que los Canales, Fekir y compañía no aparecieran tanto como deseaban. Hasta que aparecieron, al cuarto de hora, en una jugada en la que Espino se comió un balón aprovechado por Sabaly que se metió hasta la cocina para ceder atrás a Canales, que chutó sin el tino necesario para salvar a Akapo y San Emeterio, que bajo palos no acierta a despejar aunque apareció en el momento idóndeo Fekir para que el VAR dictase sentencia. Offside y a jugar.

El Betis toma el control tras el gol anulado

Ese gol anulado no le sentó bien al Cádiz , que se percató de que tanta alegría le podía costar muy caro. Pasados los primeros 25 minutos de juego y el arreón inicial tanto de Carranza como de su equipo, podía decirse ya que el Betis tomó el control.

Y claro, cuando el Betis se siente bien pasan cosas y no muy buenas para sus rivales. Álex Moreno y Fekir se asociaron por su banda para que a última hora Akapo enviase a córner de manera providencial. A los pocos minutos, de nuevo la misma sociedad volvía a colarse en el área de fondo pero esta vez el balón acababa en las manos de Ledesma después de que Moreno llegase muy forzado a la línea de fondo.

Pagaba el Cádiz, y el partido, los excesos de unos primeros minutos eléctricos y el ritmo cesaba para alivio de Sergio, que veía como el Betis comenzaba a salirse del guión establecido durante la semana. Las peores noticias para los cadistas no eran otra que la regularidad con la que comenzaba a entrar en juego Fekir , que forzaba una falta a veinte metros de la portería que malgastaba William José enviándola por encima del larguero.

Tomaba aire el Cádiz y su parroquia en la recta final de una primera parte en la que los de Sergio dieron un inesperado paso adelante con el que cerca estuvo de inquietar a Bravo, que vio como los amarillos merodeaban por sus dominios sin atreverse a apuntalar las jugadas. Solo un remate de Alcaraz llegaba llorando entre los tres palos a las manos de Bravo tras una carrera por banda de Alejo que buscaba a Negredo.

El caso es que esas llegadas provocaron que el Cádiz adelantase su presión y acabase el primer tiempo conteniendo al Betis y acechando la portería de Bravo con dos disparos desviados de Idrissi y Alcaraz ya en el descuento.

Al larguero para empezar

Sin cambios salían Cádiz y Betis, que fue el primero en avisar y de qué forma. El mejicano Guardado recibía libre fuera del área y armaba su zurda para con un potente disparo mandar el balón al travesaño de Ledesma, que se daba por enterado.

Salió decidido el Betis, que de nuevo volvía a gozar de una oportunidad tras una falta de Alcaraz a Fekir, que estrellaba el franco-argelino en la barrera. Y de un franco-argelino a un marroquí con pasaporte holandés como Idrissi, que tras sortear a dos rivales hacia dentro enviaba un balón a Negredo para que el vallecano intentase conectar sin éxito con Lucas Pérez.

Más clara la tuvo después Idrissi, que afortunadamente para él estaba en fuera de juego después de rematar al exterior de la red un gran centro de Alejo. Así contestaba el Cádiz a los primeros avisos béticos. A base de rachas, los de Sergio eran capaces de neutralizar a los de Pellegrini para estar bien presentes en campo contrario sin necesidad de tener la posesión.

Y como las cosas ocurrían en el área de Bravo, lo más lógico es que el Cádiz la tuviese. Y vamos si la tuvo. Un saque de banda kilométrico de Luis Hernández era prolongado de cabeza por Negredo para que Juanmi, en su intento por echar un cable a la defensa, asistiese a Alejo, que en boca de gol abría el regalo y le daba a Carranza alas para volar con su gol.

A los 60 minutos, Pellegrini movía el banquillo para meter a Borja Iglesias por un desacertado William José. Respondía tres minutos después Sergio quitando a un acalambrado Alejo por Sobrino.

Se reponía el Betis, que veía como el linier anulaba un gran servicio de Bartra a Sabaly poco antes de la entrada de Joaquin y Bellerín para reforzar la banda derecha. Pero el Cádiz seguía a lo suyo y lo suyo era estar concentrado y no dejar de ver puerta contraria. Negredo cerca estuvo de sentenciar tras un cabezazo en el segundo palo, ¿dónde si no?, que era sacado bajo palos por un central bético.

Siguió agitando el árbol Pellegrini y los suyos jugando a lo mismo. Seguían tocando y tocando hasta que Joaquín contactaba con Fekir para que el internacional francés se buscase sitio para disparar sin conseguirlo pero dejándosela de tacón a Tello para que el recién salido, con el interior y desde el vértice del área, chutase raso a la cepa del palo donde no pudo llegar Ledesma.

Entra el VAR y saca al Cádiz

El empate no cambió el panorama ya que el Betis seguía en busca de la victoria mientras al Cádiz le entraba los nervios. Y para colmo, una acción de Alcaraz fortuita con Borja Iglesias dentro del área era interpretada por Gil Manzano como pena máxima para que el propio Panda remontase a seis del final.

Los cambios de Pellegrini le dieron la vuelta al marcador y Sergio, ya tarde, metía a Lozano y Álex, que en la primera que tuvo dejó claro que lo suyo no es el juego aéreo tras rematar fatal un buen centro de Lucas Pérez.

A lo loco casi, el Cádiz se fue arriba sacando Negredo una falta a Bartra que era lanzado por Alcaraz para que enviase a córner Bravo. Pero el gol del empate no llegaría para lamento de una afición que sigue viendo a los suyos fuera del descenso pero inmersos en un Tourmalet donde pueden aparecer unas pájaras, letales en estos momentos del calendario.

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