Cádiz - Barcelona

En caída libre (0-4)

El Barcelona sale a medio gas para subir el ritmo en la segunda y hacer desaparecer a un Cádiz sin alma ni ideas

Infarto de un aficionado durante el partido

Frankie De Jon celebra el primero del Barcelona en Carranza

Alfonso Carbonell

La salud es lo primero y este Cádiz está en coma. Sin duda, este Cádiz, que sigue sin marcar en Liga y ya suma 14 goles en contra, se la juega el próximo viernes ante el Valladolid.

Sin alma, casi que sin ganas cada vez que encaja un gol, lo cierto es que pocos pueden imaginar que de aquí a seis días este equipo de Sergio cambie el rictus tan rápido. Es verdad que ha recuperado a Alcaraz, pero habrá que ver si le da la titularidad al mediocentro catalán en el duelo de Pucela, que se antoja determinante en el caminar de este equipo en esta Liga.

Poco o ninguna historia de este 0-4 deja este partido, que pasará a la historia por el triste incidente de un aficionado del fondo sur. Pero si se habla de fútbol, esta nueva goleada encajada recuerda mucho a otra ante el Baça en lo que fue el último año del Cádiz dorado de Primera allá por los 90.

Sorprendía Sergio y haciendo debutar a Momo en Primera y ante todo un Barça, con el que volvía a su 4-4-2 con Sobrino y Lucas como hombres más adelantados respaldados por un doble pivote formado por Alex y San Emeterio. Por su parte, y como en parte estaba cantado, Xavi daba descanso a muchos de sus titulares con la vista puesta en martes en Munich.

Puede que las ganas por ver a un estadio volcado hiciera que el Cádiz saliera valiente y despreocupado porque en apenas un minuto Sobrino recordó el poco gol que sigue teniendo cuando marró un disparo desde dentro del área con el que ni siquiera pudo probar a Ter Stegen, que veía alertado como el Cádiz se le acababa de subir a las barbas desde la banda derecha de Alejo.

Avisado ya el once culé, no tardó en aparecer Memphis con una acción con la que desarboló a una afición cadista que muy pronto quedaba por amenazada. Así fue como a los diez minutos más de uno tragó saliva después de que el Barça volviera a conectar una jugada de ataque que finalizó con un zurdazo seco de Raphinha que golpeó en la base del palo de Ledesma, que nada más levantarse del susto se enfrentó a otro con el disparo de Ferran, que se iba fuera por poco.

Diez minutos dio el once de Xavi para poner las cosas en su sitio. Pero lo cierto es que pasaban los minutos y el Cádiz aguantaba las pausadas embestidas blaugranas a base de corazón y pundonor que no frenaban del todo las aproximaciones desde la banda de Raphinha o por la izquierda de Balde aunque sin que la sangre llegara al río.

Pasado el tiempo muerto, el Barça volvía al ataque a medio gas y cerca estuvo de poner tierra de por medio tras un centro de Bellerín que cabeceaba Araujo para mandar a Memphis en el segundo palo, que con su zurda remataba mal fuera.

La dinámica seguía siendo la misma pero con mayor avance culé. De hecho, el canterano Balde no paraba de subir su banda y cerca estuvo de ser objeto de penalti tras un derribo de Alejo, muy mal en una primera parte en la que desquició al público.

Del Cerro Grande señalaba el túnel de vestuarios, y no el penalti de Alejo , tras 45 minutos sosos y aburridos que, siendo honestos, es lo mejor que le puede pasar ahora mismo al Cádiz para seguir en los partidos.

La sensación venía a ser que si al Barça le daba por cambiar el piñón a un plato más el Cádiz desbarraba.

Como en el primer tiempo, salió el Cádiz impulsivo y producto de ello volvió a tener una opción de gol que de nuevo Alejo volvía a hacerse el enésimo lío.

Sin embargo, se vino arriba Alejo a los pocos minutos al salir encarar bien una contra que finalizó en falta tras ser derribado por Busquets. Fue al saque de la misma cuando San Emeterio, tras un rechace, dispuso de la mejor hasta el momento pero su volea la mandó a los músicos.

Ya se sabe que el que perdona, lo acaba pagando y eso le cobraron al Cádiz, que en el 54’, y tras una desconexión de Espino, veía como Gavi profundizaba para meter un pase de la muerte que repelía Ledesma con tan mala suerte de que dejaba el balón a merced de Frenkie de Jong para que adelantase a placer al Barcelona.

Por si no fuera poco, Xavi aprovechaba el gol para poner en órbita al tridente formado por Dembelé, Pedri y Lewandowski.

A estos temibles cambios Sergio respondía sacando del campo a Alex y Alejo por Alarcón y Bongonda.

Si ya de por sí el partido era un monólogo con el balón del Barça, con Pedri en el campo esta superioridad se aumentó más aún. El clavo al Cádiz se lo puso, quien si no, el polaco, que remataba a bocajarro el balón tras un remate a la limón de De Jong que salvó Ledesma para que llegase desde atrás Lewandowski para sentenciar en el 65’.

Discurría el partido ya anestesiado, momento que Sergio aprovechó para dar minutos dentro de un triple cambio a Alcaraz, que se llevó la segunda ovación de la tarde, la primera fue para el Mago. Así está el cadismo, encomendado a un jugador al que quizás se le haya cargado de demasiada responsabilidad. Eso sí, lo poco que estuvo sobre el verde antes de que el mundo se detuviese levantó más que esperanzas tras un gran control, un mejor giro y un pase, algo que no se veía con tanta claridad desde el final de la temporada pasada.

Una vez retomado el encuentro tras el gran susto que aún quedaba en los cuerpos de los gaditanos, el Barcelona redondeó su faena con un regalo de Lewandoski a Ansu Fati para poner el tercero y Dembelé hacía el cuarto y definitivo tras guisárselo él solo y comérselo Ledesma, que bastante mala tarde había tenido ya.

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