Alavés - Cádiz
(Previa) La permanencia pasa por Mendizorroza
El Cádiz puede acercar su salvación en Mendizorroza con una victoria ante otro rival al que dejaría descolgado
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La victoria del pasado sábado ante el Eibar en Carranza ha dado la tranquilidad necesaria para tomar aire después de un Tourmalet que llegó a hacerse muy largo y tenebroso. Sin embargo, otra vez el once de Cervera supo responder en el peor momento y salir a flote de un trance que prometía llevarle a las escaleras del cadalso. Con saber estar, tesón y una experiencia impropia de un recién ascendido, el Cádiz facturó con responsabilidad y aplomo una situación nada proclive a los nervios, esos que se podían vivir en la afición después de ver a su equipo en las últimas jornadas desfallecer ante equipos de superior categoría.
El caso es que Cervera y su banda supo aprovechar con efectividad la visita de otro equipo que pasaba por similar momento, un Eibar negado y que acumulaba ocho jornadas sin ganar y que se convirtieron en nueve en Carranza, donde apenas Enrich y Bryan Gil inquietaron de vez en cuando a un Ledesma inconmensurable que detuvo el penalti marrado por Dmitrovic. El triunfo ahogó en puestos de descenso al conjunto de Mendilibar e hizo mucho mejor la derrota del Alavés en el Benito Villamarín. Los del Pitu Abelardo dieron muestras de su impecable rutina de descenso al dejarse remontar un 0-2 en el segundo tiempo por el Betis, que en ningún momento del partido fue inferior al cuadro babazorro.
Y a este equipo en ruinas , que ya demostró su precariedad en Carranza en el que fue el último partido de Machín en el banquillo, es el que volverá a encontrarse el Cádiz de Cervera, que ya ha dejado caer que el principal inconveniente para este duelo es dejarse llevar por el sosiego y la calna que da la victoria tranquilizadora ante el Eibar.
El Alavés ha empeorado si cabe con el Pitu Abelardo y así, en plena zozobra, se medirá a un Cádiz renovado por el último resultado y, sobre todo, por la vuelta al once de dos jugadores claves como Jens Jonsson y José Mari, un doble pivote con el que el conjunto gaditano tiene números de Europa.
A seis puntos de los gaditanos , los vitorianos no pueden permitirse el lujo de seguir en su caída libre. Cuatro derrotas seguidas son demasiadas en uno de los equipos de la parte baja que cuenta con mejor delantera tal y como demostró en Valdebebas, donde como el Cádiz, también se llevó la victoria tras ser muy superior al conjunto blanco de Zidane.
Pero cada partido es una película distinta y hoy por hoy el Alaves está hasta arriba de fango. Además, Mendizorroza no es un sitio esta temporada que se le dé muy bien a los pupilos del Pitu Abelardo ya que el cuadro vitoriano sólo ha vencido tres veces, ha sido derrotado en seis ocasiones y ha empatado en cuatro ocasiones en trece partidos jugados hasta ahora. Y esas horas bajas es la que debería aprovechar el Cádiz, que se encuentra en pleno cambio de marcha después de salir de la crisis de resultados que le metió su paso por el ‘Tourmalet’.
Para este encuentro Cervera pierde a un hombre fijo en sus equipos como es Iza, que no pudo acabar el encuentro ante el Eibar después de sufrir una sobrecarga en sus isquiotibiales. Ante esto, el técnico es probable que apueste por Fali en el lateral diestro y formar una defensa de cinco con Salvi a la hora de defender y de cuatro cuando toque atacar. Así, quedaría una zaga completada por Cala, Marcos Mauro y el Pacha Espino. La sala de máquinas será para los indiscutibles José Mari y Jonsson mientras que la banda zurda será para Álex Fernández. Arriba volverán a repetir Rubén Sobrino y Álvaro Negredo.
Un paso casi definitivo
Sin duda alguna, sumar tres nuevos puntos ante otro rival directo sería poco más que dar un paso casi definitivo en la lucha por la permanencia. Dos golpes en la mesa en dos fines de semana consecutivos ante dos equipos a los que, además de descolgados, se dejarían también tambaleándose sobre la lona significaría un martillazo tremendo.
No hay agobios en Vitoria. Los hay, pero no son amarillos. Y es eso precismente lo que debe gestionar bien el cuadro de Cervera, que llega con la calma necesaria para poder hacer un partido a su medida, es decir, sin prisas pero con pausas y al quite de hacer daño cuando más se abra un rival al que no le vale el empate.
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