Aislar al régimen sirio

Por fin la Liga Árabe denuncia la sangrienta represión en Siria y lo hace en coordinación con un gesto de mucho calado: Arabia Saudí, en un tono severísimo, ha denunciado la matanza y pide su fin y un desenlace pactado a la crisis antes de que sea demasiado tarde. Su gobierno, acompañado de los de Kuwait y Bahrein, como había hecho ya Catar, ha llamado a sus embajadores en Damasco. Washington y la UE no habían dejado de implorar un gesto árabe que, por fin, llega y es inequívoco y contundente. No es inevitable una expedición militar para ayudar a quien genuinamente lo merece, como la oposición siria. Se puede aislar a un régimen represor y cortar la relación económica con él, como amenaza hacer Turquía, cuyo ministro de Exteriores está en Damasco con un mensaje muy claro al respecto. Que tome o no nota el régimen de lo que se avecina, su conversión en un proscrito internacional, es otra cosa. Y no sería raro que siguiera en su cruel error e ignorara el clamor internacional en su contra.