Club de Campo Mediteráneo, diseño original de Ramón Espinosa
Club de Campo Mediteráneo, diseño original de Ramón Espinosa
CASTELLÓN

Así es el campo de golf en el que «nació» Sergio García

Visita al Club de Campo Mediterráneo, donde trabajaban los padres de Sergio y donde el campeón del Masters aprendió el juego

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Si hay un hombre fiel a sus raíces, ese es Sergio García. La historia del reciente ganador del Masters está ligada al Club de Campo Mediterráneo de Castellón desde antes de nacer, incluso. Su padre, Víctor, trabajaba allí como profesional de golf y su madre, Consuelo, era la encargada de la tienda. Así que, desde siempre, ha pisado la hierba de este coqueto diseño de Borriol. «No voy a decir que aprendiese antes a jugar al golf que a caminar -rememora su progenitora-, pero sí que es verdad que le recuerdo desde bien pequeño con un palo en la mano».

En ese entorno de naturaleza y deporte, era lógico que los pasos de Sergio estuvieran encaminados hacia esta actividad.

Tenía al mejor maestro en su propia casa y le faltaban horas del días para practicar y seguir mejorando. Fue todo un niño prodigio, con triunfos internacionales como adolescente, y a los diecinueve años comenzó su espectacular carrera internacional. En su primera campaña ya acumuló dos títulos europeos y hoy en día suma veintiocho por todo el mundo, con la chaqueta verde de Augusta incluida.

Sergio García, en el Club de Campo Mediterráneo
Sergio García, en el Club de Campo Mediterráneo

Pero, a pesar de su ajetrada vida (juega en los cinco continentes y tiene residencias en Suiza y Estados Unidos), nunca deja pasar la ocasión de regresar a casa para retomar esa vida familiar que tanto necesita. Y para reencontrarse con esos hoyos que podría jugar a ciegas y aún así terminarlos bajo par. El pasado martes fue uno de esos días. Reunió a los medios de información para una multitudinaria rueda de prensa y recordó algunos de los pensamientos que se le pasaban por la cabeza cuando empezaba en esto. «Cuando era pequeño, a lo mejor estaba en el ‘putting green’ y pensaba ‘a ver si gano esto o lo otro’, o que tenía un putt para ganar el British o el Masters… Son sueños de chavalines. Luego las cosas se dan como se dan, nada es fácil, todo el mundo practica duro. No todos pueden ganar. Ya dije en su día que estaba muy orgulloso de mi carrera por la consistencia. De dieciocho temporadas, llevo unas dieciséis entre los quince o veinte primeros del mundo. Este dato a veces se mira un poco por encima, quizá no se valora, pero yo siempre lo hice antes de ganar el Masters, y sé que los profesionales lo consideran también».

Además de sentir la necesidad de volver a casa en el plano personal, García está plenamente involucrado en la vida deportiva y social del club. Así, no ha dejado de promover torneos profesionales tanto a nivel nacional (Cuatro Tours) como internacional (Castelló Masters, Open de España Senior y Open de España Femenino), lo que ha conllevado diversas modificaciones en el diseño original de Ramón Espinosa. Ahora conserva todo su sabor añejo y se ha convertido en un campo moderno, exigente y muy divertido de jugar.

Luego está una labor más callada, totalmente filantrópica, que permitió que el club saliera de la peor etapa que ha atravesado desde su estreno en 1978. A raíz de la reciente crisis económica la entidad no conseguía cuadrar las cuentas y entró en quiebra. Afortunadamente, ahí Sergio dio un paso adelante y realizó una inyección económica que les permitió superar el bache y afrontar con optimismo el futuro. «No fue una compra del club con la idea de controlarlo, ni nada de eso -comentó-. Simplemente había que echar una mano y lo hicimos». De bien nacidos es ser agradecidos.

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