Snapchat rasca espacio a Facebook: más de 6.000 millones de vídeos diarios

La batalla está en el vídeo más que en el texto. Las velocidades de internet alcanzadas en la actualidad han permitido que el teléfono móvil inteligente se convierta en la principal puerta a la Red. Y YouTube o Facebook han intentado llevar a este terreno la reproducción de los contenidos audiovisuales, aunque no contaban con un competidor «fantasma».

Snapchat, la popular aplicación de mensajería efímera, ha anunciado que acaba de superar el umbral de los 6.000 millones de vídeos compartidos por sus usuarios, todo un logro teniendo en cuenta que Facebook, rey de la comunicación en internet, suma unos 8.000 millones de reproducciones.

La datos alcanzados por la «app» son sorprendentes, a tenor del gran crecimiento protagonizado en tan solo nueve meses.

La firma americana ha multiplicado por tres el número de vídeos compartidos por su plataforma, que ha hecho de los mensajes que se desaparecen su seña de identidad.

Uno de los problemas, sin embargo, que tiene Snapchat viene, precisamente, por su filosofía. La incapacidad de rentabilizar los vídeos enviados dado que estos desaparecen al cabo de un tiempo -muchos de ellos con una naturaleza morbosa hasta el punto que raya lo ilegal- eclipsa las cifras cosechadas.

Otras plataformas como Facebook o YouTube -filial de Alphabet y rey de los vídeos en internet- sí que han comenzado a obtener dinero de sus actualizaciones. Su permanencia en página, además, garantiza un recorrido mayor.

Sin embargo, el logro obtenido por Snapchat, lanzada en septiembre de 2011, tiene un trasfondo mayor. Muchos usuarios principalmente en edades jóvenes han sucumbido a los encantos de un servicio basado en una sencilla idea: rápida desaparición de los mensajes, privacidad absoluta.

Uno de los caminos explorados por la empresa son opciones premium por las cuales los usuarios pueden pagar, entre otras cosas, para revisar los mensajes durante más tiempo o las llamadas «historias», que permanecen hasta 24 horas en el buzón de destino.