Benzema y Ramos, frente a González
Benzema y Ramos, frente a González - reuters
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Apacible paseo nocturno del Madrid en Basilea

El equipo de Ancelotti se impone a medio gas (0-1) con una gran jugada de Benzema y el gol de Cristiano

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Basilea901Real Madrid

El Real Madrid se dio un apacible paseo nocturno por Basilea. Sin despeinarse un pelo, derrotó al conjunto suizo en la penúltima fecha de la fase de grupos de la Champions. Una gran jugada de Benzema y el gol de Cristiano Ronaldo sirvieron para rellenar el formulario y dar pasaporte al partido. Lo intentó el Basilea ante un enemigo muy superior.

Decidido a perpetuar una secuencia infinita de éxitos para asombro general, Ancelotti no modificó la hoja de ruta. Con todo hecho, la clasificación como primero de grupo con dos fechas por delante, expuso la pasarela de estrellas ante el Basilea. Equipo base y solo dos modificaciones en los laterales por obligación.

El partido amaneció con el Madrid amodorrado, carente del aliciente extra que supone defender la camiseta.

El Basilea parecía poca cosa para un equipo en fase creativa y arrolladora. Nada sucedió en el tramo de juego hasta el minuto treinta. El grupo suizo, agazapado como una liebre temerosa de que soltaran al galgo.

Algo de esto se vio en una contra madridista, que fue como soltar a los morlacos en San Fermín. Patada a seguir y al menos tres madridistas aparecieron por la pantalla para capturar el rechace en plan búfalo. Cristiano, Bale y Ramos frente a adversarios más lentos y probablemente débiles.

El encuentro cogió otro tono con una filigrana pinturera de Benzema. Lo hizo bonito el francés, cambio de ritmo que recordó a Cruyff, y asistencia suave a Cristiano. Aquello solo podía acabar en gol y el Basilea comenzó a temerse lo peor.

No se despertó de golpe el Madrid, sino que fue desperezándose. Estaba el asunto más pendiente de la tarjeta provocada de Ramos o del triplete de Ronaldo que de otra cosa. Sergio Ramos consiguió lo suyo en el minuto 42 (ya no jugará contra el Ludogorets) y descansó en paz.

Con mucha timidez, el Basilea trató de hacer algo con el partido. Sacudirlo, al menos, para evitar que también los espectadores suizos se apoltronaran en sus butacas y echaran una cabezada. Lo hizo sin mucha fe, temeroso de recibir una cornada en la ingle en alguno de los contragolpes centella que montan Cristiano y compañía.

Intervino un par de veces Keylor Navas, la segunda haciendo gala de una agilidad felina al levantarse del suelo para tapar un tiro de González. Pero el partido era del Madrid al contragolpe. Bale casi destruye el larguero en un zapatazo violento. Y Cristiano desvió un tiro al palo derecho de Vaclik en otro contraataque. Rondó el gol el Madrid y percutió el Basilea, aunque el resultado no varió.

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