Bocadillo de albóndigas de la abuela, en Bolero Meatballs
Bocadillo de albóndigas de la abuela, en Bolero Meatballs - ABC

Bolero Meatballs: Bocadillos de albóndigas con toque ruso y filipino en el centro de Madrid

Un pequeño local para disfrutar de un plato inspirado en la serie «Friends» del que se pueden degustar varias variedades

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con salsa de tomate y albahaca, con queso parmesano o con leche de coco y cacahuetes. Las albóndigas combinan con todo. O al menos eso es lo que Nina Lashchenova, de 30 años, y May Nocon, de 27, intentan demostrar. Hace casi tres años que las dos jóvenes —la primera rusa y la segunda española de origen filipino— abrieron un local de comida en pleno centro de Madrid: Bolero Meatballs (calle de las Conchas, 4). No es un bar normal al que poder ir a comer o cenar cualquier cosa, ya que el plato principal es a la vez el único: la albóndiga. Eso sí, de varios tipos y con diferentes presentaciones, pues no solo se sirven en el plato, sino que lo más común entre los clientes es pedirlas metidas en un bocadillo.

El amor por la buena comida hizo que los destinos de estas jóvenes, ahora amigas y socias, se entrelazasen. «Nina trabajaba como intérprete y yo, en una tienda de ropa. Nos conocimos hace doce años porque las dos teníamos blogs de cocina y por una amiga en común. Luego, nos fuimos a vivir juntas y nos dimos cuenta de que queríamos hacer una cosa distinta a lo que estábamos haciendo en ese momento», relata May Nocon echando la vista atrás. La idea, recuerda, surgió de una manera curiosa y divertida: «Un día de junio llegué a casa y estaba todo oscuro, con las persianas bajadas. Encontré a mi compañera con el iPad, tirada en el suelo, con una manta en la cabeza, un montón de dibujos de albóndigas y muchas recetas para cocinarlas. "Tenemos que montar un sitio de albóndigas", me dijo. Yo le contesté que se fuera a dormir, que al día siguiente hablaríamos. Tardamos ocho meses en encontrar el local».

Bolero Meatballs, en la calle de las Conchas, 4
Bolero Meatballs, en la calle de las Conchas, 4 - ABC

Precisamente la idea de que las albóndigas fueran en bocadillo fue el detonante que les impulsó a poner en marcha el negocio. Su pasión por la serie «Friends» y las escenas de Joey Tribbiani —interpretado por Matt LeBlanc— comiendo bocadillos de albóndigas les llevó a probarlo. Para ello, May Nocon cocinó un alimento típico en los desayunos filipinos, el pan de sal, y lo rellenó de albóndigas. Buscaron un obrador que pudiera hacerles el pan para cada día, y a partir de ahí empezó todo. Ahora, no solo conquistan al público joven, sino que ya se han acostumbrado a recibir a familias enteras. «Los fines de semana se llena de familias y de niños pequeños con sus abuelos. Sorprende, porque te viene una persona de 65 años a la que le podría parecer una aberración lo que hacemos, pero que sin embargo les encanta», asegura May Nocon.

Lo que tienen de especiales estas albóndigas es, además de sus variedades, la manera en la que se cocinan. No llevan miga de pan mojada en leche, como suele ser habitual, sino que son de trigo. «Son más sanas. Tienen la textura de albóndiga convencional, pero es más el concepto de meatball de Estados Unidos o de Rusia», explica Nocon. Hay cuatro tipos: las de la abuela, las orientales, las de pollo con queso parmesano y salsa de champiñones o las veganas. Esta joven explica que diariamente suelen cocinar unos diez kilos de albóndigas, lo que en fines de semana suele aumentar: «De las albóndigas de la abuela, un sábado se consumen siete kilos».

El éxito del negocio es indudable. Pese a ser un local pequeño, aunque muy céntrico, a dos pasos de Gran Vía, cada día recibe más clientes. La decoración es acogedora y divertida, con varios cuadros y letreros en los que se puede leer «Eat my balls» (Come mis bolas) que, de forma graciosa, invitan a probar las albóndigas. Como siempre está lleno, estas jóvenes se están planteando incluir un servicio de «take away» a través de la aplicación Glovo para que los clientes puedan disfrutar también desde casa de los bocadillos de albóndigas.

Cuadros de «Eat my balls» en las paredes de Bolero Meatballs
Cuadros de «Eat my balls» en las paredes de Bolero Meatballs - ABC

Sin embargo, que el negocio arrancara no fue nada sencillo, tal como explica May: «Al ser las dos menores de 30 años, fuimos a la Asociación de Jóvenes Empresarios y no nos dieron información de nada. Acudimos a la Asociación de Mujeres Empresarias, y tampoco. Nuestro objetivo no era que nos dieran financiación, sino orientación. Pero nos cerraban la puerta y ahí nos quedamos. No teníamos ni idea de nada y todo eran piedras en el camino. Abrimos el local y lo levantamos las dos solas. Ahora también tenemos la ayuda de mi padre».

Bolero Meatballs cumplirá tres años el próximo mes de abril, suficientes para que el negocio se haya consolidado. La mayoría de clientes que reciben son españoles, puesto que, al parecer, a los turistas les parece una combinación un poco rara. Sin embargo, esta joven empresaria asegura que últimamente están visitando con frecuencia el local ciudadanos chinos. De momento, este bar es el único de Madrid especializado únicamente en albóndigas, aunque restaurantes con renombre y tradición han comenzado a añadir el bocadillo de albóndigas en sus cartas. Tal es el grado de satisfacción de las propietarias que se plantean abrir otro local a finales de año e incluso con el tiempo, convertirse en franquicia, aunque ellas prefieren ser prudentes e ir «paso a paso».

Ver los comentarios