Javier Veiga, Marta Hazas y Carlos Sobera protagonizan la obra
Javier Veiga, Marta Hazas y Carlos Sobera protagonizan la obra - ABC
Teatro

«5 y... ¡Acción!», comedia con televisión al fondo en el teatro Reina Victoria

Marta Hazas, Carlos Sobera y Javier Veiga protagonizan la obra, acompañados por Ana Rayo y Marta Belenguer

MADRID Actualizado: Guardar
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La historia no es nueva: productor se encapricha de una jovencita y para acceder a sus deseos accede a todos sus caprichos con el consiguiente ridículo y descalabro económico. Javier Veiga ha tomado este antiguo argumento, lo ha agitado en la coctelera del mundo televisivo y el resultado es «5 y... ¡Acción!», que el próximo miércoles 23 levantará el telón en el teatro Reina Victoria. Marta Hazas, Carlos Sobera y el propio Veiga protagonizan la comedia, acompañados por Ana Rayo y Marta Belenguer.

Los caminos de Sobera y Veiga se encontraron hace algo más de un par de años. Con el deseo mutuo de trabajar juntos, buscaron textos y, al no encontrar ninguno que les satisficiera, el actor gallego decidió escribirlo él mismo.

Le envió un esqueleto de la obra a Sobera, y éste decidió ponerla en pie. «Yo sabía que Javier es brillante escribiendo, y dialogando especialmente. Y era una manera de trabajar juntos».

«5 y... ¡Acción!» presenta a un productor televisivo que, para satisfacer a su amante, la chica del tiempo del canal -que sueña con ser actriz-, decide financiar una película en la que ella sea la protagonista. Para ello contrata a un mediocre aspirante a director de cine. «Este es el arranque, y al final de lo que se habla es de lo que cada uno quiere en la vida, de lo que intenta conseguir y de la manera de conseguirlo; habla del ansia por triunfar, y cómo cada uno a su manera pacta con el diablo, que es diferente para cada personaje».

El mundo televisivo

«La historia de sueños frustrados y de gente que hace cualquier cosa por conseguirlo -tercia se podía haber llevado a cualquier sector y tendría el mismo sentido, pero Javier lo ha ambientado en el mundo de la televisión; no es una historia endogámica, pero sí hay una autocrítica de este mundo, y eso tiene un punto interesante». «Mi gran empeño al escribir el texto era no hacer una historia de cine y televisión; podría suceder en unos grandes almacenes o en una cadena de ferretería. La función va de gente que maneja sus emociones, sus pasiones y su poder y juega con ello. El entorno es el mundo de la televisión porque es el que mejor conocemos, y nos ayuda a hacer la sátira».

Los personajes están hechos a medida. «Javier me conoce muy bien, y ha construido un personaje en el que yo me encuentro muy cómodo -dice Sobera-. Esperemos que ningún hacendado y potente director de cadena se sienta identificado, porque si no igual me despiden...»

La rubia

Marta Hazas interpreta a «la rubia» que, además «ejerce de tal –dice–; pero al final, es la que mejor parada sale. A veces, la inocencia, de la que otros se ríen, tiene su recompensa, igual que ser coherente con uno mismo». También está escrito el papel pensando en ella (Javier Veiga es su marido). «Sabe que me gustan las comedias de los años cincuenta y mujeres como Katharine Hepburn, Marilyn Monroe o Lauren Bacall». Ha buscado, sin embargo, más una referencia como Jennifer Tilly en «Balas sobre Broadway». «Interpretaba a una actriz desagradable, muy engreída y con la voz chirriante». Aun con este arquetipo en mente, Marta Hazas busca «decir las cosas con verdad; aunque sepa que lo que está diciendo el personaje es una tontería muy grande, pero hay que decir las cosas siempre con corazón y convicción, con verdad».

Asegura Javier Veiga que «5 y... ¡Acción!» es una comedia pura, que busca la carcajada del espectador. No le preocupa, sin embargo, que haya cierto «desprecio» hacia los comediantes: «Es ya una cosa histórica. Hace tiempo que dejó de preocuparme. Creo que es parte del oficio; no optas a premios, a reconocimientos, pero así son las reglas del deporte: si juegas al baloncesto, no le puedes dar con el pie; si haces comedia, no vas a recibir un Max. Pero ningún tipo de comedia, da exactamente igual cómo sea. Pero lo más curioso -y empobrecedor- es ese rechazo al teatro “comercial”... Se supone que todo el teatro debe ser comercial, todo el teatro pone entradas a la venta para que la gente las compre».

Drama y comedia

Interviene Carlos Sobera. «Hay una frase en la obra en la que se dice que el cine está sobrevalorado. Parafraseándola, yo diría que a veces “el drama está sobrevalorado”. Se piensa que la obra dramática tiene más enjundia y es más interesante desde un punto de vista literario... Y no siempre es así. ¿Qué hacemos con Mihura y con tantísima gente que ha escrito comedia? ¿Qué hacemos con nuestros clásicos? La comedia es un género literario de primera magnitud».

«El público se dejó engañar por esta creencia hace unos años -concluye Veiga-, pero ya no se traga esta patraña; lo que no quiere son comedias mal escritas ni comedias tontas que no hablen de nada. Lo que quiere es sentarse y ver un buen espectáculo, pero no diferencia el género».

Otro tópico es el que estigmatiza en el teatro a muchos actores que se han popularizado en la televisión. Marta Hazas es una de ellas. «Creo que ya se ha quitado la tontería de diferenciar entre actor televisivo y actor de teatro; son disciplinas y técnicas distintas, como para un artista pintar al óleo o a la acuarela... Y si alguien me marca por haber hecho televisión, yo no querría trabajar con ese tipo de gente, porque tiene una escasez de miras que no me interesa...»

Proyectos

En todos los proyectos teatrales en los que se ha embarcado, dice la actriz, lo ha hecho porque le encantaban. «Y algún otro que me han ofrecido y no he podido hacer por fechas, pero que me hubiera gustado». Su deseo es «poder compaginar televisión, cine y teatro siempre que pueda, que fuera una constante. En el teatro siento que es donde voy creciendo como actriz; tiro más de recursos en la televisión, por la inmediatez, pero crezco más como intérprete sobre las tablas».

Las del Reina Victoria, un teatro adquirido recientemente por Carlos Sobera, van a estar llenas de comedia. «Como empresarios nuevos estamos en proceso de búsqueda, pero no tengo ninguna duda de que el Reina Victoria tiene que ser el teatro de la comedia. Esto no quiere decir que de vez en cuando no haya funciones un pelín diferentes, pero creo que la esencia del Reina Victoria tiene que ser la comedia, sin duda. Hay varias razones: históricamente, este teatro ha sido siempre un teatro de comedia. Segundo, porque, para mí, es el género por excelencia; yo creo en el humor como vehículo de comunicación más que cualquier otro, siempre ha funcionado muy bien. Además, creo que el humor es necesario; el público demanda cada día más productos donde pueda pensar y reflexionar, sí, pero donde se divierta. No quiere discursos, peroratas ni filosofía: quiere pasarlo bien. Por otra parte, yo me encuentro muy cómodo en la comedia; eso no quita para que hagamos la “Gata”, de Tennessee Williams, como vamos a hacer en mayo, y otro día hagamos “La traviata”».

«La comedia -se apunta Marta Hazas- es lo que más satisfacción me da en el teatro. Oír las carcajadas de la gente y ver cómo sale el público de la sala me encanta, me da “vidilla”».

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