Los perros tienen una incidencia de cáncer superior a la de los humanos
Los perros tienen una incidencia de cáncer superior a la de los humanos - UCM

Cáncer en perros y gatos: su incidencia es muy elevada, pero en la actualidad no es sinónimo de eutanasia

Los tumores cutáneos y linfáticos son los tipos más comunes en España en canes y mininos, respectivamente

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Las medidas preventivas (vacunaciones), la alimentación de buena calidad y los avances en medicina veterinaria han conseguido que la edad media de las mascotas aumente, con lo que la aparición del cáncer resulta mucho más probable al tratarse de una enfermedad geriátrica (que incide, sobre todo, en animales de más de nueve años).

«Es necesario concienciar a los propietarios de que deben acudir al veterinario de inmediato cuando detecten abultamientos o deformidades sin esperar a ver si crecen o no. No todos ellos serán cáncer, pero sí lo es, cuanto más pequeño sea, más posibilidades de curación tendremos», aconseja la doctora Elena Martínez de Merlo, del Departamento de Medicina y Cirugía Animal del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid

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Los veterinarios recomiendan un chequeo al año para las mascotas, sobre todo a medida que cumplen años

Sin embargo, puntualiza la experta, la detección temprana es difícil en medicina veterinaria: «Los cánceres internos manifiestan síntomas muy inespecíficos (pérdida de peso o apetito, cansancio, menor actividad, apatía) que solo se evidencian en fases muy avanzadas de la enfermedad o que pueden considerarse “variaciones normales” propias de la edad avanzada», explica Martínez, que aconseja chequeos anuales para minimizar el riesgo.

Factores genéticos

Cada vez se descubren más factores genéticos que predisponen al cáncer, lo que influye en que determinadas razas caninas (Rottweiler, Mastín Napolitano, Bóxer o Golden Retriever, por citar algunas) muestren mayor incidencia del cáncer en general o de algún tipo en particular. Asimismo, la exposición al humo, la radiación ultravioleta o los contaminantes ambientales ejercen efectos similares en humanos y animales, favoreciendo también la aparición del cáncer.

Los estudios sobre tumores de hueso en perros están resultando muy valiosos para el desarrollo de la medicina humana

El cáncer de mama (debido a que la esterilización temprana en perras no está tan generalizada en España como en otros países de Europa y en Estados Unidos) y los tumores cutáneos son los casos más frecuentes en perros. Los gatos, por su parte, padecen muchos tumores linfáticos (relacionados, la mayoría, con la exposición a virus). «Hay tumores muy comunes en humanos que afectan al aparato digestivo o respiratorio que apenas inciden en las mascotas porque el impacto de los carcinógenos (tabaco, alcohol, dieta) es irrelevante. Los tumores de hueso, en cambio, que son más habituales en perros de razas grandes o gigantes que en personas, están permitiendo la realización de estudios de oncología comparada muy valiosos para el desarrollo de la medicina humana».

Según distintas encuestas americanas, cuyos resultados pueden extrapolarse a España, continúa Martínez, el 50% de los perros mueren como consecuencia de algún tipo de cáncer. Los gatos presentan una tasa menor; no obstante, en general, suelen padecer variedades de cáncer más agresivas.

La cirugía es la única modalidad de tratamiento capaz de curar el cáncer

La cirugía es la única modalidad de tratamiento capaz de curar el cáncer, aunque solo en aquellos tumores localizados, de malignidad limitada y que no tengan tendencia a diseminarse, subraya. «Algunos tumores (como los linfomas o tumores de células defensivas o sanguíneas) son muy sensibles a la quimioterapia y conseguimos porcentajes de respuesta de hasta el 80%». «Lograr que un paciente con un tumor incurable sobreviva, aunque sea unos pocos meses con una buena calidad de vida, se considera un éxito terapeútico», manifiesta la veterinaria.

Creciente demanda social

En la actualidad, el cáncer no es sinónimo de eutanasia: «Esta es una clara diferencia con la oncología que realizábamos hace 25 años. Contamos, además, con excelentes profesionales por toda España que atendemos esta creciente demanda social y que, a la vez, formamos a compañeros menos especializados para que conozcan los avances que se van produciendo», subraya la doctora.

Desde el punto de vista diagnóstico, sin ir más lejos, la posibilidad de realizar pruebas de imagen avanzada (TAC, Resonancia Magnética) ha permitido determinar tumores en zonas poco definidas por radiografías convencionales (como la cavidad nasal o el cerebro) y valorar de forma más detallada la extensión de las lesiones: «Los cirujanos pueden, de este modo, planificar mejor las intervenciones quirúrgicas».

En materia terapeútica, la implantación en España de instalaciones para administrar radioterapia, inexistentes hasta hace dos años, ha posibilitado la ampliación del espectro de tumores tratables. También se han diseñado nuevos fármacos (los mismos que para humanos) para el tratamiento oncológico. «Nosotros administramos dosis menores para limitar los efectos secundarios –pérdida de peso, vómitos, disminución de defensas-, pues en oncología veterinaria valoramos más la calidad de vida que la cantidad de vida», señala Martínez.

En el último lustro han prosperado el uso de terapias antiangiogénicas (tratamientos que no tratan de destruir las células cancerígenas sino los vasos que las mantienen) y específicas frente a algunas alteraciones genéticas, «con unos resultados muy esperanzadores en tumores con poca respuesta a la quimioterapia».

El manejo de un paciente oncológico con un tumor agresivo y/o diseminado, exige tiempo y dinero

El manejo de un paciente oncológico con un tumor agresivo y/o diseminado, exige tiempo y dinero: «Son necesarias consultas frecuentes, métodos diagnósticos avanzados y administración de tratamientos que pueden resultar caros (como la radioterapia o algunos fármacos anticancerígenos). Sin olvidar que hay que tener en cuenta que, en ocasiones, el presupuesto depende del tamaño del animal (no es lo mismo tratar a un gato que a un perro de 50 kilos)», insiste la profesora de la UCM.

«El mejor consejo que podemos dar a los propietarios de pacientes con cáncer es que confíen en las recomendaciones –dentro de sus posibilidades económicas- de los oncólogos que atienden a su mascota, implicándose, ambos, en el objetivo final de hacer que ésta viva lo máximo y feliz».

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