Turbina que aprovecha la energía de las olas del mar
Turbina que aprovecha la energía de las olas del mar - BIOMIVAL

El modelo económico que el Planeta azul necesita

Agua, alimento, energía, vivienda, salud... Las empresas que se preocupan por el bien común también son rentables económicamente

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«La economía azul responde a las personas con lo que necesitan y en términos de felicidad». Así se expresa Guter Pauli a propósito de este nuevo modelo económico. El economista, empresario y escritor belga es el principal impulsor de la denominada economía azul, que «responde a las necesidades básicas con lo que se dispone», desarrolla innovaciones inspiradas en la naturaleza y crea «múltiples beneficios», así como empleo y capital social.

La Fundación Biodiversidad (FB) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ofreció a cuarenta de los miembros que integran su Red emprendeverde la posibilidad de conocer a Pauli. La cita tuvo lugar a principios de mes en la sede madrileña de la FB. Y permitió, además, a siete de los asistentes participar a posteriori en una sesión de micro-mentoring con el experto. Los responsables de los negocios verdes Iberfunghi, Biomival, Modulab, Ecocuadrado, Feltwood, Ecologing y Agree Biosolutions se dejaron asesorar por Pauli, que les brindó consejos e información útiles para seguir al frente de sus empresas, afrontando los desafíos económicos y medioambientales actuales, tan influenciados por el cambio global y sus efectos sobre el clima y la biodiversidad.

Iberfunghi vende kits de autocultivo de setas obtenidas a partir de posos de café. Biomival, por su parte, ha fabricado una turbina inspirada en el pico del flamenco que extrae energía de las olas del mar.

Modulab desarrolla productos de edificación industrializada con criterios de sostenibilidad mientras que Ecocuadrado. Ecologing proporciona servicios de consultoría y comercialización de subproductos a partir de residuos.

Feltwood pone en el mercado materiales ecológicos a partir de fibras vegetales y Agree Biosolutions produce fertilizante 100% ecológico.

Actuar con inteligencia

La economía azul evita que se corran demasiados riesgos y se incurran en más costes empresariales

Las ventajas de la economía azul, según Pauli, son básicamente tres. En primer lugar, se corren menos riesgos: «Casi siempre la materia prima con la que trabajas es gratis, con lo que hay menos costes». En segundo lugar, este nuevo paradigma económico resulta más sencillo de implementar: «Tienes problemas de demanda si quieres competir para vender determinados productos, pero si te centras en lo que realmente es necesario (agua, alimento, energía, vivienda, salud), no hay ninguno». Y por último, la economía azul piensa en el planeta y sus habitantes: «La Tierra ha sufrido una minería salvaje durante muchos años, por ejemplo; y ha llegado el momento de que nos comportemos como seres inteligentes».

«Lo que nos falta hoy es la capacidad para imaginar que algo que nos parece un desecho representa, en realidad, un producto que sirve para mucho». Pero la economía azul, subraya Pauli, no consiste solo en reciclar, sino también en generar valor añadido porque «todo se integra en un mismo sistema». «Nos falta ver que se puede ganar dinero haciendo cosas que repercuten en el bien común».

Oportunidad didáctica y recicladora

Lara Bedincho estudió Biología y después Óptica: «No encontraba una oportunidad laboral relacionada con mi primera opción». Pero nunca perdió de vista sus ganas de emprender un negocio relacionado con la protección del medio ambiente. De modo que empezó a consultar un buen número de tesis doctorales disponibles y conoció que en Colombia, por ejemplo, empleaban los restos vegetales del café para producir setas. Le pareció una idea estupenda y decidió experimentar en casa. Tras comprobar que se trataba de un planteamiento sostenible tanto desde el punto de vista económico como medioambiental, surgió Iberfunghi en 2013.

Tan solo se aprovecha un 0,2% al elaborar una taza de café. El 99,8% restante pasa a convertirse en basura; un desecho considerado orgánico en España, «pese a ser altamente contaminante», que acaba su ciclo de uso en los vertederos generales, aclara Bedincho. «En su descomposición, los restos de café generan millones de toneladas de gas metano que contribuyen al cambio climático», explica la joven emprendadora.

En su descomposición, los restos de café generan millones de toneladas de gas metano

Iberfunghi utiliza los posos de café de seis bares de Zaragoza (adscritos, además, al movimiento Slow Food) para confeccionar distintos productos que permiten el cultivo de setas en el propio hogar tan solo añadiendo agua, dado que las variedades empleadas aprovechan al 100% ese sustrato que se las facilita, con el ahorro energético que esto supone.

«Se trata de una oportunidad única de ver crecer a un ser vivo mientras se recicla», manifiesta Bedincho. Por eso, los Funghipacks son demandados por distintos públicos. Por un lado, aquellas personas concienciadas con los productos innovadores y con el respeto al medio ambiente. Y, por el otro, las familias que quieren regalarles a sus hijos «una experiencia didáctica de 12 días» que puede culminar con la elaboración de un exquisito plato. La seta de ostra se puede encontrar fácilmente en los supermercados. La de ostra amarilla, en cambio, no. Sin embargo, ambas son muy sabrosas y aromáticas. Pero, sin duda, lo mejor de todo es que ambas degradan la cafeína y otros componentes del café para su propio crecimiento. «Los beneficios derivados de este proceso se los explicamos a los niños a través de un cuento que acompaña al pack. Dado que la micología es una ciencia que apenas se aborda en los colegios, ni casi en la carrera de Biología», reconoce Bedincho.

Iberfunghi ha lanzado un proyecto crowfunding para conseguir financiación con la que acometer la adquisición de materias primas y la planificación de futuras iniciativas, como proporcionar solo la semilla y las instrucciones para su cultivo u ofrecer otros productos alimentarios como setas deshidratadas y liofilizadas, aceites aromatizados o setas en polvo «para evitar echar tanta sal a las comidas».

Biomimésis

El flamenco rojo es una especie emblemática de la Albufera de Valencia; por eso, es también una especie protegida. La observación de su forma de alimentarse ha servido a un grupo de enamorados de la biomimésis para desarrollar una innovadora tecnología que podría, en un futuro, emplearse para conseguir que los coches eléctricos, por ejemplo, se alimenten al 100% de energía procedente de fuentes limpias; dado, que, en la actualidad, solo el 20% de la energía que consumen procede de fuentes renovables. Ese es el objetivo a largo plazo que se han marcado desde BIOMIVAL, una asociación sin ánimo de lucro que trabaja en el marco de la biodiversidad y la economía azul.

La energía de las olas no solo es limpia sino muy competitiva. Precisamente, el flamenco rojo ha contribuido a apuntalar esta idea. El análisis del pico de esta ave filtradora ofrece conocimientos muy útiles para el avance de la hidrodinámica. «Lo más difícil fue estudiar a los ejemplares desde la distancia, para no perturbarlos, y trasladar los datos a programas de ingeniería para extractar lo más significativo de esta especie en relación con la producción de energía de las olas», comenta Rafael Aparicio, CEO fundador de BIOMIVAL. El flamenco rojo al comer hace olas y no solo eso, es capaz de aún enviándole dos olas opuestas hacer que éstas giren en la misma dirección.

Pico flamenco rojo
Pico flamenco rojo - BIOMIVAL

El proyecto de la turbina inspirada en el pico del flamenco ha obtenido distintos reconocimientos nacionales e internacionales. Y cuenta con el apoyo y la asesoría de distintas universidades y administraciones de la Comunidad Valenciana, donde Castellón y Valencia, por ejemplo, constituyen interesantes bancos de pruebas, dado que son Smart Cities que apuestan por la movilidad sostenible. «Empezaremos con pequeñas estaciones de carga y luego seguiremos con estaciones en puertos, aprovechando la cercanía de la región al mar», comenta Aparicio.

La energía undimotriz es limpia y muy competitiva

«No tenemos la genialidad de Da Vinci, Gaudí o Dali, pero tenemos la tecnología que a ellos les faltó para conseguir un desarrollo sostenible que puede, además, generar beneficios millonarios», se congratula el ingeniero. «En Alemania se ha introducido una norma en la que un sello indicará qué productos o ingenios han surgido de la inspiración de la naturaleza, que constituye el mejor ejemplo de economía circular», concluye Aparicio.

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