Siguiendo la pista de la deforestación en Brasil gracias al GPS

Durante agosto y septiembre de 2014, Greenpeace ha usado localizadores GPS para monitorear los camiones de madera que han transitado por el norteño estado brasileño de Pará con el objetivo de documentar la tala ilegal que se está produciendo en el Amazonas.

Durante el día, los camiones de madera se adentran en las profundidades del bosque tropical. Cuando la noche cae, viajan desde los campos ilegales de madera hasta los aserraderos situados en Santarém (ciudad de Pará), el epicentro de la industria maderera en la Amazonia. Estos aserraderos usan certificados oficiales obtenidos de manera fraudulenta, dado el «imperfecto» sistema de control forestal que existe en Brasil, subrayan desde la ONG. «La madera procedente de estos aserraderos es regularmente exportada hasta Europa, China, Japón y Estados Unidos, pese a que las leyes de estos mercados prohíben la venta de madera ilegal», denuncia Greenpeace.

El Amazonas es el bosque tropical más grande del planeta. Su extensión representa el 5% de la superficie total del globo terráqueo: nueve países de Sudamérica cuentan con un pedacito de él. Algo menos de dos terceras partes del mismo se sitúan en Brasil, donde, hasta 2009, 700.000 kilómetros cuadrados de arbolado ya han desaparecido. La deforestación, lejos de disminuir en la nación carioca, «se está incrementando en las últimas tres décadas; sobre todo, desde 2006», explica en un informe (pdf; inglés) la organización ecologista.