BMW

Caprichos hipervitaminados

Si la factura no importa, y la de gasolina aún menos, elegir entre un modelo u otro suele depender solode la utilidad que busquemos

Madrid Actualizado: Guardar
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  1. Los superdeportivos más espectaculares

    Súper deportivos hay para todos los gustos, sobre todo cuando el bolsillo acompaña. Ahí está si no lo último de Bugatti, el Chiron, que se va a unos tres millones de euros. Pero, sin pensar en tanto, contar con un modelo prestacional de, al menos, 350 caballos de potencia obliga a un desembolso medio en el entorno de los 80.000 euros. Por ejemplo, el catálogo de BMW contempla un compacto sedán como el M3, de cuatro puertas, 431 CV y tracción trasera, por 89.950 euros. Su motor, de seis cilindros turbo, es el del M4 de estas páginas, una declinación coupé visualmente más dinámica de prestaciones realmente contundentes.

    Y es que, como pasa en ejemplos equiparables, son automóviles que exigen dotes al volante para apurar sus posibilidades, sobre todo si optamos por desconectar parte o toda de su electrónica de apoyo (controles de tracción y estabilidad…)._Sin ir más lejos, para explrimirlos a placer en un circuito.

    De hecho, es habitual que los propietarios de coches así hagan cursos de conducción periódicos y específicos (a veces ofertados por el propio fabricante, con tarifas que rondan los 600 euros por joranada), sean pilotos o ex pilotos de alguna clase de competición, o pertenezcan a clubes especializados. También que acudan a concentraciones y, de cuando en cuando, que conduzcan sus modelos en pista cerrada.

    Dicho esto, hay propuestas prácticas pero radicales, como las de los todocamino AMG de Mercedes-Benz o los BMW X de la serie M, que en parte permiten circular campo a través si el trazado no revista grandes dificultades. De igual modo, existe un buen número de grandes berlinas de altísimo rendimiento, al estilo de los Audi S8 y Maserati Ghibli y Quattroporte, sin ir más lejos.

    Son comunes a todos ellos números de impresión, como velocidades punta que acarician o rebasan los 300 km/h. Para hacerse a la idea, sólo el seguro a todo riesgo del súper deportivo de los aros, el Audi R8, no se apea de 2.500 euros para conductores con buen expediente y unos 40 años de edad. Además, cada una de sus ruedas traseras sale por un mínimo de 320 euros, y yendo rápido (como invita a hacerlo de continuo un coche así) no duran más de 15.000 kilómetros. No extraña: a fin de cuentas la versión más económica de la gama supone 191.000 euros con motor V10 de 520 CV (hay otro, llamado Plus, que rinde 610 CV y salta a 215.000 euros). En fin, puede que no sea tan exclusivo como el más barato de los Lamborghini (el Huracan, que parte de 204.000 euros), pero sin duda es tan llamativo como aquel, y con tracción total quattro, incluso más eficaz.

    En Porsche las cosas no son menos deslumbrantes. Dejando a un lado la faceta todocamino, sus deportivos más asequibles parten de 60.000 euros, como en el flamante descapotable 718 Boxster, de 300 CV. Sobre esto, un estudio del instituto CAR Center, perteneciente a la Universidad de Duisburg-Essen, revela que es el fabricante automovilístico más rentable del planeta, con un beneficio medio de 17.000 euros por vehículo vendido. Por ejemplo, hacerse con su modelo de «toda la vida», e l reputado 911 Carrera, obliga a un desembolso mínimo de 107.653 euros (motorización de 370 CV bóxer turboalimentada). Y ahí no acaba la cosa, porque algunas de sus opciones, como los interesantes frenos cerámicos, salen por 10.000 euros, los faros LED se acercan a 3.000 euros y la elevación neumática del frontal, para no dañarlo con los bordillos, supone 2.900 euros más.

    ¿Y el Jaguar F-Type? Digno rival del 911 con motor de 550 CV, y heredero de una saga legendaria (la de los Jaguar E-Type y D-Type), tiene un tanque de gasolina que admite 90 euros para, según la conducción, recorrer no mucho más de 300 kilómetros. Biplaza puro, brama y corre como el Porsche sin necesidad de pagar lo que Aston Martin o Ferrari exigen por sus «asequibles» V8 Vantage (123.999 euros) y California T (215.000 euros), respectivamente.

  2. Audi R8: sólo le faltan «sirenas»

    Dejando a un lado los Ferrari y Lamborghini, hay pocos coches tan llamativos como el radical Audi R8. Su motor, central trasero, un V10 de 540 CV, va a la vista «provocando» a propios y ajenos. Y eso que es incluso fácil de llevar, teniendo clara su capacidad. Adoptar la posición ideal de marcha es fácil: los asientos agarran como guantes y todo queda a mano, aunque dejapoco sitio para el pie izquierdo por el espacio reservado a sus enormes ruedas. Arranca bramando tras pulsar un botón rojo del volante, y su mando Audi drive select varía su personalidad para ir a ritmo tranquilo o exprimirlo en posición Dynamic, aderezado por un ronquido mecánico y una imperceptible transición de marchas tipo coche de carreras. Y cuenta, claro, confunción de máxima aceleración Launch Control.

    Ahora, los «lunares»: conducirlo en ciudad es una agonía, el sentido práctico brilla por su ausencia (dos asientos y un mini maletero, más un hueco detrás de los asientos donde cuesta meter un paraguas), llama tanto la atención que la gente lo fotografía sin piedad y gasta unos 15 l/100 km. Pero, sí, es un divertido y efectivo «juguete» para fin de semana.

  3. Porsche 911 Targa: incombustible

    Un punto más convencional que un R8 o un F-Type es el duro y «eterno» Porsche 911. Lo hay coupé, Cabrio e intermedio Targa, como la unidad probada. Llama la atención, pero no como los anteriores. Y es que Porsche deportivos hay muchos, todos de parecido innegable. Eso sí, técnicamente es un alarde. Ahora lleva turbo en todas sus variantes para lograr motores más pequeños, rápidos y eficientes, aunque un Targa 4S de 420 CV ronda medias reales de 13 l/100 km. Sorprende que su antinatural arquitectura, con el motor «descolgado» detrás del eje trasero, no condicione la dinámica: va de cine hasta rápido, con la electrónica de apoyo activada.

    En curva entra como un vector: basta apuntar que obedezca al milímetro. Su bramido gana «voz» pulsando un botón, el cambio automático PDK actúa con precisión y el mando Sport Response modulala respuesta del motor hasta transformarlo en «Mr Hyde».De paso, la opción Sport Chrono incluye medidor de tiempos por vuelta y sistema de máxima aceleración desde parado Launch Control. Y eso que el 911 tiene sentido práctico: entrar no exige «tirarse al suelo», sus mini asientos traseros dan juego para niños o equipaje, el maletero es profundo... En suma, un súper deportivo para usar a diario.

  4. BMW M4: deportivo «casi racional»

    Contar con 431 CV de potencia en un tracción trasera y hablar de un coche «racional» parece un contrasentido. Pero lo cierto es que, si tenemos las debidas precauciones a la hora de conducir prestando atención al comportamiento del coche en curva, el BMW M4 Coupé puede llegar a pasar incluso desapercibido entre el tráfico normal de la ciudad. Su estética es deportiva, sí, pero no tan radical como para ser el centro de atención de los viandantes, que solo se girarán hacia nosotros si nos atrevemos a dar un «pisotón» al acelerador haciendo que el rugido del motor suene a kilómetros a la redonda.

    Además es un «cuatro plazas» real, en el que las personas que viajan en la parte trasera del vehículo puedan hacerlo con comodidad. También el maletero es «más que digno», con 455 litros y unas formas regulares que permiten una gran capacidad de carga.

    Pero quien compre un vehículo de estas características también busca otro tipo de cifras, como la de la velocidad máxima, que llega a 250 km/h, la aceleración de 0 a 100 en 3,3 s, y el consumo de solo 8,8 litros a los 100 si hacemos lo imposible y conducimos tranquilamente

  5. Mercedes GLA AMG: un capricho para disfrutar

    La saga AMG de Mercedes es sinónimo de emociones fuertes y el GLA, el pequeño de la familia, no defrauda. Veloz, ágil, potente y presto a responder al más mínimo deseo del piloto, ya sea para realizar una conducción deportiva, para desplazarse de forma habitual al trabajo o para sentir de verdad todo lo que es capaz de dar en las reviradas curvas de un puerto de montaña. Su motor de 381 CV no entiende de pendientes y su cambio automático de siete velocidadades y doble embrague transmite seguridad en todo momento. Desde el mimso momento en el que arranca, su sonido te transmite la potencia que se esconde bajo el capó. El GLA 45 AMG tiene detalles en la carrocería y en el habitáculo interior que lo distinguen del resto de versiones del GLA. En el interior domina el color gris oscuro con detalles rojos en los pespuntes de los asientos y en los cinturones de seguridad, lo que acentúa su aire deportivo. Los asientos delanteros, cuyo respaldo y apoyacabezas forman una sola pieza y te recogen el cuerpo a la perfección.

  6. Jaguar F Type: elegante y muy veloz

    «Elegancia» es la palabra que mejor define al deportivo británico. Y todo ello sin renunciar a una mecánica potente que permitirá disfrutar de la carretera a los amantes de la velocidad.

    La gama cuenta con tres opciones que arrancan en los 340 caballos de la versión llamada F-Type Coupé. Las otras dos opciones más potentes son el F-Type S Coupé, de 381 caballos, y los 550 CV del F-Type R Coupé. Las dos primeras versiones llevan un motor V6 de 3,0 litros de cilindrada, mientras que la tercera tiene un V8 de 5,0 litros. A partir del verano se podrá a la venta el F-Type SVR, el primer Jaguar desarrollado por «Special Vehicle Operations» (SVR), la división de operaciones de vehículos especiales del grupo con la intención de ser más ligero, más rápido y más potente, a la vez que manejable y adaptable para el uso del día a día. Eso sí, teniendo en cuenta que puede superar los 320 km/h y que se trata de un «biplaza».

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