Pese a su diseño de corte coupé, el Kia pro_cee'd no penaliza la habitabilidad. Eso sí, las puertas pesan, y mucho.
Pese a su diseño de corte coupé, el Kia pro_cee'd no penaliza la habitabilidad. Eso sí, las puertas pesan, y mucho.

¿Por qué elegimos el pro_cee'd diésel de 110 CV y no de 128?

Amplio y habitable, bien hecho por donde se mire, prácticamente al nivel de la clase Premium del segmento C, el pro_cee'd aúna un innegable aspecto deportivo con una funcionalidad fuera de dudas para uso cotidiano. Nos hemos fijado en sus diésel de 110 y 128 CV, porque la marca no lo vende con el de 90 que sí ofrece para la berlina cee'd de cinco puertas. Ya anticipamos que el funcionamiento de ambas variantes es muy, muy parecido.

e. cano
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Kia produce el compacto coupé pro_cee'd en su planta eslovaca de Zilina (donde también hace el exitoso SUV medio Sportage que hace poco comparábamos en estas líneas), alternativa de tres puertas a la berlina cee'd de cinco (véase detalles de ésta pinchando aquí) con un diseño que no solo varía respecto al de aquel sobre todo en las vistas lateral y trasera, sino hasta ligeramente en el frontal (antinieblas, parrilla...)

El pro_cee'd, nombre un tanto complejo (todo sea dicho) y del que se pueden apreciar detalles accediendo a esta galería de imágenes, mide 4,31 metros de largo y 1,42 de ancho, con una distancia entre ejes de 2,65 metros. Es, de paso, 40 mm más bajo que el cee'd, lo que le da un aire más asentado.

Pese a ser un 3 puertas ofrece espacio suficiente para 4 adultos (o bien para dos y tres niños) y un aprovechable maletero básico de 380 litros, que son 1.225 litros con los asientos traseros plegados. Eso sí, las puertas, grandes y largas, son pesadas y aparatosas de mover, sobre todo si aparcamos en cuesta. La accesibilidad a la zona trasera, con desplazamiento integral de los asientos delanteros (buenos por firmeza y sujeción), es correcta, en línea con la de rivales como el Opel Astra GTC o el Renault Mégane Coupé.

Calca del cee'd su excelente calidad percibida interior o el panel de mandos orientado al conductor, en el que todo queda a mano y a la vista, muy ergonómico, como la posición de conducción (volante y butaca ajustables en altura y extensión). El recubrimiento del habitáculo presenta numerosas superficies blandas al tacto, pequeños y precisos mandos y botones como los de elevalunas e intermitentes/limpiaparabrisas, multitud de huecos para objetos... Eso sí, lo elevado de su cintura determina unas ventanillas traseras pequeñas y ascendentes que apenas permiten mirar hacia afuera. En fin, una silueta llamativa, sí, pero que también penaliza hasta para recular o maniobrar.

Motor exclusivo en la gama

Al margen de los pro_cee'd Kia de gasolina 1.4 CVVT y 1.6 GDi de 100 y 135 CV, y del tope deportivo GT de 204 CV, nos hemos centrado en sus turbodiésel 1.6 CRDi VGT de 110, que curiosamente no ofrece el cee'd, y de 128 CV.

Ambos aportan cambio manual de 6 velocidades de funcionamiento preciso y convincente, aún con un desarrollo final de 56,1 km/h un tanto alargado para aquilatar gasto. Como opción, el pro_cee'd CRDi de 128 CV puede solicitarse con caja automática, pero entonces se va a 23.717 euros, 3.398 euros más que el manual, cifra que se antoja excesiva.

Desde el acabado intermedio Drive analizado,el pro_cee 'd aporta dirección Flex Steer (ajuste de la asistencia) con tres modos a escoger desde un botón sobre el volante: confort, normal y deportivo. A su vez, audio con tomas USB/Aux-in, mandos de control sobre el volante y ordenador de a bordo, pantalla TFT de alta resolución en la instrumentación principal, climatizador bizona, botón de arranque con llave «inteligente» en el tope Emotion, control de crucero con limitador de velocidad, techo panorámico practicable (agrupado con sensores de lluvia y luces por algo más de 1.000 euros en el Drive), navegador con cámara de retrovisión (solo en el Emotion), y hasta aparcamiento asistido o haz direccional de alumbrado (de cruce xenón), como opción por 2.000 euros en el tope de gama, son de una u otra forma accesibles al pro_cce'd.

A la última

Y junto a ello, y de serie, desde seis airbags hasta ABS con EBD, BAS, ESP, VSM (gestión de estabilidad), HAC (ayuda al arranque en pendiente) y ESS, o parpadeo de las luces de freno en caso de frenada de emergencia.

Como decíamos, nuestro análisis se ha centrado en sus motores de gasóleo más enérgicos. Parten de un mismo bloque de 1,6 litros y cuatro cilindros turbo, y comparten hasta par límite: 260 Nm, constante en uno y otro entre 1.900 y 2.750 rpm.

El resultado es un funcionamiento tan similar que, en la práctica, podemos tener la sensación que llevar cualquiera de ambos sin saber cuál es. Según nuestras mediciones, el de 110 CV ha exigido una media real de 5,8 l/100 km en circulación ordinaria, mientras que el de 128 CV se ha ido levemente por encima de 6; es decir, básicamente lo mismo y coherente para el peso y dimensiones del modelo.

Es innegable que las prestaciones (velocidad máxima y aceleración, esencialmente) favorecen al CRDi más potente (en la ficha técnica sobre estas líneas, con datos entre paréntesis), algo que sobre todo apreciaremos cuando viajemos muy cargados o quizá al adelantar (reprís). Pero, a nuestro juicio, la diferencia no justifica un desembolso extra que se va a 4.000 euros en números redondos, en parte porque el pro_cee'd de 128 CV se reserva al tope de acabado Emotion, más equipado pero sin soluciones que resulten definitivas para la mayoría.

Por lo demás, el pro_cee'd, un coche bien hecho a todos los niveles beneficiado por una garantía de siete años (aunque no sea completa), ofrece tanto aplomo como confort, en línea con referentes de su tipo como el codiciado Volkswagen Golf. Es decir, mucha facilidad de conducción, en parte por lo preciso y comunicativo de su dirección o la calidad y potencia de su frenada. Solo una red post-venta no tan amplia como la de marcas de mayor implantación nacional al estilo de Citroën, Seat o Renault, puede retraer a más de uno.

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