Patio Maravillas, en la calle Divino Pastor, 9
Patio Maravillas, en la calle Divino Pastor, 9 - maya balanya

Manual del okupa: falsas despedidas de soltera, fugas de gas y averías de coche

El colectivo que apoyan Carmena y sus ediles maneja un nuevo libro de instrucciones para usurpar edificios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando el pasado 24 de junio, festividad del patrón de la Policía Municipal, el edil del ramo en Madrid, Javier Barbero, fue cuestionado sobre su postura acerca de la okupación de edificios, dio dos respuestas: «Como concejal de Seguridad, no lo apoyo; pero como ciudadano, entiendo que la sociedad debe tener espacios y territorios en los que desarrollar actividades». Y tanto. Más de media docena de integrantes del equipo de Gobierno de Manuela Carmena tiene como principal «hito» en su trayectoria previa la participación activa en la usurpación de inmuebles. Algunas, tan polémicas como la del Patio Maravillas, en Malasaña. Hasta el programa electoral de Ahora Madrid, en su batiburrillo de propuestas, establece el apoyo a este tipo de iniciativas

ilegales.

El fenómeno okupa de Madrid vive una segunda edad dorada desde la eclosión del 15-M. Ya en 2011, ABC dio cuenta de un manual interno de estos antisistema para hacerse con el control de inmuebles buscando la mayor impunidad. Han redactado una «segunda edición revisada y ampliada» de este libro de instrucciones, que por cierto cuesta 2 euros y supera el centenar de páginas.

En él, se narran experiencias que bordean lo surrealista, pero que dan buena cuenta de cómo se las apañan estos colectivos para hacerse con sus objetivos: «Una despedida de soltera es otro modo de cortar una calle grande y muy concurrida durante algunos minutos, sobre todo si es una zona de bares. Si se es amable y divertido, nos daremos cuenta de que los taxistas no son tan malos. De nuevo, mientras el teatro de la okupación está en marcha, otros se cuelan por la ventana del primero...».

Los usurpadores no dejan nada al arbitrio. Realizan investigaciones previas sobre edificios, con visitas al Registro de la Propiedad, análisis de las notas del catastro, de los datos de la Delegación de Urbanismo o simplemente hablando con vecinos del barrio. También hacen visitas previas a su objetivo: «Cuanta menos gente nos vea, mejor. Es aconsejable imprimir un plano de la zona, en el que se indique el sentido de la circulación del tráfico y tener en cuenta la videovigilancia de las tiendas, bancos y Policía, cámaras de tráfico e infinidad de personas con sus teléfonos móviles».

También, dicen, «puede ser útil elaborar algún tipo de maniobra de distracción. ¡Imaginación al poder!»: «En cierto caso, un coche averiado con el capó abierto sirvió como tapón para el tráfico y para entretener a los barrenderos, figuras solitarias que suelen estar por las noches recorriendo las calles y pueden aparecer en el peor momento. Mientras nos aportaban sus conocimientos de mecánica imaginativa, tres compañeros aprovechaban para trepar por una escalera hasta un segundo piso».

No todas estas técnicas vandálicas terminan bien para los okupas: «Menos suerte tuvieron otros compañeros. Seis horas para reventar la cerradura desde dentro, sin poder salir...».

Una de las situaciones más llamativas que relata este manual es la siguiente: «Si vas a entrar desde otro edificio, ten cuidado como accedes a él. En una ocasión, unas personas entraron diciéndole a una mayor que venían a arreglar una fuga en el edificio de al lado; esta persona se sintió engañada al darse cuenta de lo que pasaba, y decidió llamar a la Policía, que intentó acusar a quienes habían entrado de fraude».

Otro de los consejos es una suerte de «kit» del okupa. Concretamente, una mochila en la que no falte nada para la usurpación y posibles incidentes: «Destornilladores, martillos, cortafríos, frontales, cerraduras FAC, alicates, tornillos de rosca-chapa, comida, agua, ropa de abrigo si es necesaria, saco de dormir, papel higiénico, tampones o compresas, el móvil cargado y el DNI».

Ver los comentarios