Cientos de ganaderos se concentran contra el cese en la recogida de leche

Más de trescientos ganaderos se concentraron este domingo en la localidad coruñesa de Curtis para denunciar lo que califican como «la muerte de un sector estratégico para Galicia como es el lácteo». El conflicto se encendió la pasada semana cuando un total de veintidós granjas recibieron la noticia de que Leche Río dejaría de recoger el producto alegando una bajada en los índices de grasa que repercutiría en su calidad. Los afectados niegan tal extremo y aseguran que se trata de una «excusa» para forzar al cierre de las ganaderías.

Ante lo ocurrido, la conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, se reúne este lunes con la industria para abordar esta situación del lácteo.

En un acto simbólico para denunciar la situación de «completa vulnerabilidad» en la que se encuentran, los responsables de una de las granjas afectadas por la decisión, una cooperativa de San Sadurniño, abrieron los tanques para echar a perder los 3.000 litros de leche a los que no pueden dar salida.

Algunas de las granjas damnificadas por la medida —que se produce menos de tres meses después de finalizar la limitación europea de las cuotas lácteas— generaban 90.000 litros de leche al cabo del mes.

«Hundimiento del sector»

Representantes del Sindicato Labrego Galego (SLG) apuntaron desde una de las cooperativas damnificadas que «lejos de ser un problema coyuntural, esta crisis amenaza con ser el hundimiento definitivo del principal motor económico del medio rural gallego, en virtud de las políticas diseñadas fuera de Galicia». «Esta semana le tocó a veintidós granjas que proveían a Leche Río, pero en el futuro le puede suceder a cualquiera», alertaron fuentes sindicales tras el acto.

Durante la concentración en apoyo a las granjas donde Leche Río dejó de recoger leche, los ganaderos criticaron que «no podemos seguir produciendo en las actuales condiciones, con unos precios que nos están llevando a la ruina y con las industrias haciendo de nosotros lo que quieren». Además, denuncian que Leche Río adoptó esta medida «sin previo aviso e incumpliendo un contrato con las granjas en el que no había exigencias sobre la materia grasa».

Nada más darse a conocer la noticia a principios de semana, el empresario y propietario de esa industria, Jesús Lence, defendió su decisión apelando a los estándares mínimos de calidad. «Estamos trabajando ahora con mil explotaciones y estamos hablando de 22 casos; es un porcentaje mínimo de granjas que, además, ya habían sido apercibidas», señaló en contra de la opinión de los ganaderos.