«Moreira es un candidato estupendo, pero las mayorías absolutas son casi imposibles»

Pasados veinte años desde que Juan Luis Pedrosa pudiese alzar el bastón municipal durante su investidura como alcalde de Pontevedra, el hoy director de Salvamento Marítimo recuerda aquella etapa como «la más ilusionante» de su carrera política y lo hace porque, a pesar de los sinsabores inherentes al cargo, «el alcalde tiene la última palabra, propone un modelo de ciudad y lo lleva a cabo». Aquello del antes y el después prefiere dejarlo para otras experiencias vitales, y sí algo ha cambiado en la figura del Pedrosa político es que ha aprendido a ser «más observador y crítico con la ciudad».

—Una aventura política que duró cuatro años, el 5-J le pasó factura (30.000 personas salieron a la calle en defensa de sus intereses).

¿Se equivocó al no secundar aquella marcha?

—Como ya dije en su momento debía haber acudido a la manifestación, pero agua pasada…

—¿Sigue pensando que aquello no tuvo nada que ver con su derrota electoral?

—Nunca pensé eso. Lo que siempre creí es que se valoraría mi gestión de abrir, modernizar y humanizar la ciudad, pero no dio tiempo. Fue demasiado inmediato y los ciudadanos percibieron después el trabajo realizado.

—Aquellas demandas siguen vigentes: el hospital único, la salida de Ence de la Ría, el plan general urbano… ¿Qué ha cambiado durante estos años en Pontevedra?

—Hay cosas que son extra municipales y aún así, repitiéndome, creo que son proyectos realizables y, estableciendo un clima propicio de colaboración, se pueden llevar a cabo. El plan general urbano, por citar un ejemplo, no es más que gestión, gestión, gestión.

—¿Ha asumido Pontevedra la presencia de Ence en la ría?

—Yo sólo puedo dar mi opinión como ciudadano, ya que no estoy en política municipal y no puedo valorar el sentir general. Opino que fue inadecuada su ubicación y eso acarreó grandes problemas y de muy difícil solución, pues hay intereses encontrados.

—¿Cuáles son los desafíos futuros?

—El innegable impulso que se le dio a la ciudad en la legislatura 95-99 no es producto de la improvisación, sino de un planteamiento profundo y un proyecto claro de por dónde deberían ir las actuaciones municipales. En mente, se quedaron otras importantísimas como el saneamiento del rural que inconcebiblemente aún sigue pendiente, el parque y el río de Campolongo, la puesta en valor de edificios de otras administraciones abandonadas a su suerte y que pueden contribuir a dinamizar la ciudad, la recuperación de zonas degradadas, convenios que quedaron sin desarrollar o pendientes, como en el caso de la Once. Los desafíos futuros pasan por poner los medios para que la ciudad crezca y avance. Yo lo veo todo demasiado endogámico.

—Auguró que el PP recuperaría la Alcaldía tras el primer año de Lores y ya lleva cuatro legislaturas.

—El Bloque supo capitalizar los cuatro años de gobierno popular, inaugurando obras de nuestra etapa y embelleciendo la ciudad. Los cimientos y la estructura son obra nuestra.

También hicieron actuaciones radicales que no colaboran en absoluto al buen fluir de la misma. Por no hablar de la falta de austeridad, gobernando con 15 liberados, habiendo criticado los dos concejales que…

—Durante estos años el Partido Popular ha sido siempre el partido más votado, pero reduciendo claramente su distancia el BNG, tan sólo 114 votos menos en 2011. ¿Qué le ha faltado al PP estos años? ¿Unidad interna? ¿Un buen candidato?

—Las mayorías absolutas son casi imposibles. No estoy en el meollo ni tengo opinión de los porqués, es un conjunto de circunstancias.

—¿Es favorable la confrontación política con otras administraciones, incluso si es su propio partido el que las gobierna?

—Desde luego siempre es mejor el entendimiento. Pero gobernar es elegir y tomar decisiones y en eso, y ahora hablo en primera persona, no me arredré y traté de doblegar voluntades férreas. Presenté alternativas posibles, que luego se llevaron a cabo y ahí están.

—¿Cree que tiene motivos Vigo para mirar con recelo a Pontevedra? ¿Y en sentido inverso?

—Yo no creo que Vigo nos mire con recelo, son dos ciudades complementarias. Por meterme en algún jardín, y en beneficio de las economías locales y en los tiempos que corren, sí creo en zonas de gestión más amplias, próximas y operativas.

—¿Está diluyendo Vigo a Pontevedra?

—Pontevedra es la única ciudad gallega que aumenta su población y Vigo es la más grande, se complementan. No percibo ninguna rivalidad.

—¿Qué opina de la candidatura de Jacobo Moreira? ¿Es la adecuada para el Partido Popular?

—Un candidato joven, preparado, estupendo, claro que sí. Pero no hay que olvidar que tiene por delante una ardua tarea, la mayoría absoluta. Casi un imposible, como ya dije antes.

—¿Ha descuidado el PP Pontevedra por preocuparse en exceso de Vigo?

—Hay que reclamar a otras administraciones exponiendo proyectos sostenibles, que pongan en valor la ciudad y resuelvan problemas. La política local no sólo se ocupa de lo estrictamente municipal. Si se tienen proyectos y determinación, hay que proporcionar las condiciones adecuadas para que puedan realizarse y convencer y hacer ver la necesidad de invertir en nuestra ciudad.

—Ha tenido cargos en todas las administraciones, ¿con qué etapa política se queda?

—Sin duda con la Alcaldía. Tiene la última palabra, propone un modelo de ciudad y lo lleva a cabo. ¡Apasionante!