Paco Alcácer, autor del gol del Valencia, recibe la felicitación de Piatti
Paco Alcácer, autor del gol del Valencia, recibe la felicitación de Piatti - EFE
LIGA BBVA

Victoria de oficio del Valencia

Paco Alcácer anota el único tanto de un partido noble, serio, de los de bajar al barro entre un buen Eibar y los de Nuno (0-1)

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Eibar901Valencia

Nunca antes hubo un Eibar-Valencia. Primerizo el partido de ayer en Ipurúa. Campo diferente, con algo especial más allá del asunto de las dimensiones, donde compitieron serios y concienciados del tipo de encuentro que tocaba unos y otros. Se juntó con la lluvia y un verde pesado. Era día de oficio, de bajar al barro, de no perderse en alardes. En ello tenía «ventaja» el equipo local, revelación de la liga -etiqueta bien ganada-, pero la clave para los valencianos, liderados por Parejo, es que se supieron adaptar a las exigencias del guión. Paco Alcácer, de nuevo voraz, resolvió la victoria mínima ante los armeros.

Sorprendió Nuno Espirito Santo sin que los jugadores hubiesen saltado al césped. Cambio de idea en su dibujo táctico como respuesta a la ausencia por sanción de André Gomes, a la idea de juntar arriba a Negredo y Paco Alcácer -ni podía sacar a uno del once, ni seguir dejando fuera al otro- y a un intento por ajustarse a las dimensiones, algo más reducidas de lo habitual, del estadio del Eibar: 1-3-5-2.

Quizá para Gaizka Garitano también pudo ser un dato sorprendente, pero su equipo tiene que no se amilana, que brega siempre y que disputa, compite hasta el final.

No defraudó el primer tiempo en Ipurúa. Bajo la lluvia. En un campo pesado por la lluvia. Entre dos equipos dispuestos a bajar al barro en el duelo de cierre del año. Compitieron bien unos y otros. Notable pugna en la zona ancha, donde se acumularon muchos futbolistas, pero que supieron buscar salida al balón para generar acciones ofensivas. Y la primera de mayor peligro la tuvo el Eibar con un lanzamiento con rosca de Piovaccari que hizo estirarse a Diego Alves para salvar a los suyos.

La disputa por el balón se centralizó en el medio campo. Javi Fuego escudó a Parejo y De Paul, mientras por los costados intentaban vaciarse a modo de carrileros Feghouli y Piatti. Similar se plasmó el equipo local con Saúl, Boateng, Dani García y Arruabarrena. Procuraron manejar raseando, pero de un balón largo el Valencia sacó tajada. Boateng no acertó a cortar el pase, que aprovechó Piatti y en la media salida de Irureta el balón le quedó a Paco Alcácer para adelantar a los valencianistas, que ya llegaron al descanso con ventaja.

Garitano movió ficha. Retiró a un activo Saúl Berjón e introdujo a Abraham. Su equipo se plasmó sobre el verde con una figura táctica similar a la de los de Nuno. Clave fue que unos y otros tenían meridianamente claro cómo se debía disputar el partido y más con lo pesado del césped: el asunto era bajar al barro.

Parejo, lider de nuevo

Y en eso, ambos conjuntos de mostraron cómodos. Costó la producción de acciones ofensivas, pues los sistemas defensivos funcionaron de maravilla, pero el tono de disputa era notable. Bien ajustado el Valencia a la historia, y con la ventaja intacta, Nuno recuadró a su equipo con la salida de Barragán. Pasó a un 1-4-4-2. El propio lateral derecho sacó un centro medido que acomodó Negredo con un gesto técnico brillante a Paco Alcácer, cuya volea dura y cruzada se fue por poco fuera. Replicó al poco el Eibar con una salida rápida, pero Alves se anticipó lo justo a Piovaccari para atajar en un acción que pudo acabar con el empate.

Por noble que fuese el partido, por competitivos que se mostrasen, pasaban los minutos sin que el resultado se liberase de esa mínima. La incógnita respecto a que ni Eibar, ni Valencia dominaban con claridad sobre el otro, advertía de ese detalle que podía dejar la historia en empate o en que los de Nuno rematasen el asunto. Cierto que los valencianistas jugaron con criterio, sabiendo qué debían hacer, cómo se podía sumar donde pocos lo harán.

Ver los comentarios