Explotación ganadera de Zamora
Explotación ganadera de Zamora - ical
Crisis del sector lácteo

Ganaderos «con la leche al cuello»

Casi un centenar de profesionales de la Comunidad ha tenido problemas en los últimos meses con la recogida de su producción

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Son el primer eslabón de una cadena que empieza en la sala de ordeño y acaba en los lineales de los supermercados y centros comerciales. También son el elemento más débil. Los ganaderos llevan meses sufriendo los bajos precios que reciben por la leche que producen, muy por debajo de los costes de producción. En algunos casos, incluso, se han visto indefensos con el líquido en los depósitos esperando al responsable de una recogida que no llega. Aunque no han sido demasiados casos, en los últimos meses sí se han dado situaciones, casi dramáticas, en las que el ganadero ha visto cómo el encargado de comprar su leche no acude a la cita, lo que obligó a movilizar a las organizaciones agrarias y a la Junta para conseguir un segundo receptor.

Fuentes de la Consejería de Agricultura y Ganadería aseguraron a ABC que se acerca al centenar el número de productores afectados de una u otra manera. De hecho, la actividad de este departamento durante el periodo estival que ahora termina ha sido frenética, tanto para conseguir compradores para los ganaderos, como en las muchas consultas diarias que cada día se reciben. En la Comunidad, el 30 por ciento de la leche es gestionada por las cooperativas, mientras que el resto se hace a través de intermediario o directamente con las industrias. Es, precisamente, este hecho, la mayor presencia de la transformación, el que ha permitido que la situación que se vive en Castilla y León sea menos dramática que en Galicia, gracias a que hay un mayor compromiso por parte de la industria, especialmente de la que está asentada en el territorio. De hecho, las organizaciones agrarias, como Asaja, apuntan a industrias como Lactiber y Entrepinares (proveedores de Mercadona), Agropal (Quesos Cerrato), Pascual o la Quesera zamorana Hijos de Salvador Rodríguez como las que mejores precios dan a los ganaderos.

De momento, el próximo miércoles el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente será escenario de la firma de un acuerdo entre todos los agentes del sector lácteo: productores, industria y distribución. Auspiciado por la ministra, Isabel García Tejerina, su objetivo es «la sostenibilidad y transparencia de la cadena de valor». En él, se pide un compromiso a la industria y a la distribución en el que se dice que no se puede comprar leche por debajo de los costes de producción que, sin fijarlo expresamente, se estima que están en los 0,34 euros por litro. Las organizaciones agrarias, que, en principio, firmaran el acuerdo fían precisamente su cumplimiento, dada su ambigüedad, a que el Ministerio sea el garante de su cumplimiento. El tiempo lo dirá.

«Necesitamos un precio mínimo, no ayudas para ir trampeando»

Cuando el 1 de agosto «el lechero» no llegó a su explotación en Barrio de Santa María (Palencia), Luis Mariano Alonso empezó a temer lo peor. Había sido un mes duro, de continuas negociaciones y rebajas de precio (llegó a recibir hasta 18 céntimos) con la Cooperativa Cea Esla que no podía seguir colocando los 25.000 litros de leche que vendía a Río. Esta vez parecía que había llegado el final. Con 200 vacas de leche y una producción diaria de 2.700 litros, Alonso se preguntaba cómo iba a continuar con unos depósitos llenos para los que no tenía comprador.

Finalmente, a través de los contactos de Asaja, llegaron dos: la palentina Agropal y la Quesera Piedra los Mártires, de Boca de Huérgano (León), que se comprometieron a retirar la producción de este ganadero que recuerda que, «gracias a ellos, no hubo que tirar la leche». Llegó a acordar un precio que ronda los 29 céntimos (primas incluidas). Sin embargo, su desasosiego continúa después de unos meses de verano muy difíciles en los que «no conseguía dormir más de tres horas» por la incertidumbre de no saber qué podía pasar con su explotación. Hoy, aunque la estabilidad ha vuelto al menos de manera temporal, recuerda que, sólo en el mes de julio, perdió 10.000 euros por la reducción del precio de la leche a la que se vio obligado para poder vender su producción, unas pérdidas que ha calculado que este año llegarán ya a los 50.000 euros. Desde que, con 17 años, comenzó con la actividad ganadera, hace ya 30 años, no recuerda una crisis tan grave.

«Siempre ha habido momentos malos, pero había margen; mi padre, con 15 vacas, sacó adelante a cuatro hijos», reflexiona. Por eso, ante el acuerdo anunciado para el miércoles en el Ministerio, insiste en que «lo único que queremos es un precio mínimo, en torno a los 0,36 euros; no queremos dinero, porque eso son tapaderas». Este ganadero del norte de Palencia mantiene que «la administración no es consciente de todo lo que se mueve a nuestro alrededor». Prueba de ello son los 30 proveedores con los que trabaja habitualmente, con gastos que en un mes pueden superar los 14.000 euros. A su juicio, hay muchos culpables de que se haya llegado a esta situación pero matiza que ahora tiene más poder la distribución que la industria, que son los que traen la leche de fuera y manejan los excedentes. Por eso, a su juicio, la única salida pasa por fijar precios mínimos porque lo demás es ir «trampeando».

«No te puedes creer que tengas que abrir la llave del tanque»

Sofío Canora tiene una explotación de 120 vacas de ordeño en el municipio abulense de Pedro Rodríguez (La Moraña). Este verano ha sido uno de los ganaderos afectados por la decisión de la industria Ornua, que recoge en 27 explotaciones de Ávila, Madrid y Toledo, de reducir los precios que venía pagando a sus suministradores de leche. El conflicto se calmó después de unas movilizaciones que llevaron a los productores a encerrarse y a bloquear la empresa. Hoy, tras las protestas y un primer acuerdo, la incertidumbre sigue siendo total.

Canora relata cómo todo comenzó cuando la láctea, dedicada fundamentalmente a la producción de mozzarella, quiso obligarles a firmar un nuevo contrato cuatro céntimos inferior al que estaba en vigor hasta marzo de 2016. Su negativa y la de otros cinco ganaderos a aceptar las condiciones les dejó con la leche en los depósitos durante dos días. «Cuando el 1 de agosto no vinieron a recoger la leche, no me lo podía creer», recuerda y se lamenta de cómo estuvo así dos días en los que «ordeña, paga la luz y abre el depósito».

Finalmente, la intervención de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), junto con la mediación al más alto nivel de la Consejería, hizo posible que ambas partes acordasen un precio intermedio (en torno a los 295 euros por tonelada, frente a los 315 que venía pagando) hasta que la Interprofesional Láctea (Inlac) estableciese un arbitraje. De momento, la reunión está prevista para el próximo 24, después de un primer aplazamiento por parte de la dirección de Ornua.

Mientras tanto, este productor abulense denuncia la «indefensión» en la que se encuentran, con un documento en el que se fijan las condiciones, pero que está sin redactar y sin firmar y pendiente de un acuerdo del sector en el Ministerio previsto para el miércoles. «A ver qué se firma», advierte, mientras insiste en que «nosotros no queremos ayudas, sino un precio base justo por encima de los costes de producción».

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