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La policía alemana investiga después de que un refugiado sirio se hiciese explotar en Ansbach, al sur de Alemania - AFP

Los yihadistas de Daesh se valen de los refugiados para atacar en Alemania

El sirio que se hizo estallar en Ansbach proclamó su lealtad al «califato» de Bagdadi

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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El ministro alemán de Interior, Thomas de Maiziere, anunció ayer una mayor presencia policial en estaciones de tren y autobús, aeropuertos y eventos festivos y culturales, tras confirmar los investigadores que el atentado suicida perpetrado por un solicitante de asilo sirio en Ansbach llevaba la firma de Daesh. La policía encontró en su móvil un vídeo en el que amenazaba en árabe con atentar en Alemania en nombre del islam y en el que juraba lealtad al autoproclamado «califa» Abu Bakr al Bagdadi.

Mohammad Deleel, de 27 años y procedente de Alepo, tenía además un ordenador portátil con imágenes violentas del grupo terrorista y en el registro efectuado a la habitación que ocupaba en el hotel Christ, habilitado como albergue de refugiados, hallaron además materiales para fabricar bombas, como carburante diesel, ácido clorhídrico, limpiador de alcohol, un soldador, cables, baterías y guijarros.

Según la alcaldesa de Ansbach, Carda Seidel, en esta ciudad de 40.000 habitantes son acogidos actualmente 600 refugiados. Otros solicitantes de asilo que viven en ese mismo albergue comentaron ayer que no conocían su nombre auténtico, aunque compartían con él espacios comunes, y que entre ellos lo llamaban «Rambo».

Heridas de guerra

Según el informe de la autopsia, tenía heridas de guerra en las piernas y los pies, aunque todavía se está investigando si había participado en combates en Siria. Contaba con antecedentes policiales por delitos de asalto y relacionados con las drogas, había intentado suicidarse dos veces y había estado en tratamiento psiquiátrico, aunque su parte médico psiquiátrico era anoche puesto en duda ante la posibilidad de que haya utilizado un supuesto desequilibrio para permanecer más tiempo en Alemania. Mohammad Deleel llegó hace dos años y su solicitud de asilo fue rechaza hace uno, por lo que debía ser deportado a Bulgaria. Su expulsión no llegó a producirse, según el Ministerio de Interior, precisamente porque presentó un parte psiquiátrico que aconsejaba que siguiera siendo tratado en Alemania.

La agencia propagandista de Daesh aseguró ayer que el suicida actuó a las órdenes de la organización. «Es uno de nuestros soldados», afirma. La bomba casera que hirió a 15 personas en las cercanías de un festival de música al aire libre en Ansbach, localidad de 40.000 habitantes de Baviera, buscaba causar numerosos muertos y heridos, por lo que el ministro de Interior de Baviera, Joachim Hermann, mantuvo desde el primer momento activa esa vía de investigación.

Billetes de 50 euros

El hilo del que tira ahora la Fiscalía son las comunicaciones del terrorista, fundamentalmente a través de las redes sociales. Se ha comprobado que tenía al menos seis cuentas de Facebook, una de ellas con nombre falso. También ha sido hallado entre sus pertenencias «un rollo de billetes de 50 euros con una considerable cantidad de dinero».

Al cierre de esta edición la investigación se centraba en determinar si el suicida realizó una llamada de teléfono inmediatamente antes de perpetrar el atentado, como han afirmado algunos testigos. Todavía no está claro si su teléfono móvil estaba operativo entre las 21:45 y las 22:10 horas, momento en el que hizo detonar la mochila. Medios alemanes han informado de que llevaba con él dos o tres teléfonos que podrían haber servido para activar el detonador, para recibir instrucciones o para contactar con posibles cómplices. El Ministerio de Interior confirmó que en estos momentos está investigando a 59 refugiados o solicitantes de asilo por presuntas inclinaciones yihadistas, en muchos casos por indicios apuntados por compañeros de los propios albergues, y la Fiscalía considera prioritario averiguar si fue el ataque de un «lobo solitario» o si contaba con cualquier tipo de apoyo logístico.

En todo caso, ninguno de los autores de los últimos ataques en Alemania se encontraba entre las personas investigadas, según el portavoz de Interior, que pidió ayuda ciudadana y la entrega a la policía de todos los vídeos y fotografías que los testigos oculares tengan en su poder. También señaló que las pistas suelen llegar a las fuerzas de seguridad desde el entorno más cercano a los refugiados y que las fuerzas de seguridad alemanas han recibido informaciones de alrededor de 400 casos presuntamente sospechosos. Más de 500 personas residentes en Alemania son consideradas potencialmente peligrosas por su pertenencia a círculos islamistas y a otras 360 las describió como «personas relevantes» en esos círculos. A pesar de la sensación colectiva de vulnerabilidad, el ministro De Maiziére aconsejó ayer «seguir haciendo la vida de siempre, quizá con precauciones, pero sin cambiar nuestros hábitos y nuestra forma de vida en libertad y en el respeto los unos a los otros».

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