Uno de los favoritos a vicepresidente, el gobernador de Indiana Mike Pence, introduciendo a Trump en su mitin en Westfield, Indiana el pasado martes
Uno de los favoritos a vicepresidente, el gobernador de Indiana Mike Pence, introduciendo a Trump en su mitin en Westfield, Indiana el pasado martes - AFP

Trump suavizará su imagen con un número dos «combativo»

Newt Gingrich, Mike Pence y Chris Christie, posibles vicepresidentes del magnate

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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«Es un poco como The Apprentice (El Aprendiz). Tarde o temprano quedará sólo uno». El veterano republicano Newt Gingrich se refería con sorna ayer al proceso de elección de vicepresidente que Donald Trump está llevando a cabo estos días, en el que el expresidente de la Cámara de Representantes se halla en el grupo de finalistas. El programa-concurso que citaba era el que llevó a las televisiones durante años el mismo magnate que hoy aspira a ser presidente de Estados Unidos, convención mediante. Se trataba de una pugna entre empresarios en la que el ganador se llevaba 250.000 dólares de premio.

Puede que Gingrich fuera el único en hablar porque sus opciones se han ido reduciendo a medida que pasaba la semana.

El hecho es que en el turno de encuentros bilaterales diseñado por el millonario para elegir a su ticket en la elección presidencial, ayer le tocó el turno a uno de los favoritos: el gobernador de Indiana, Mike Pence. Previamente, mantuvieron reuniones con Trump, el propio Gingrich y el gobernador de Nueva Jersey, el controvertido Chris Christie.

El inminente anuncio responde a la tradición de que el candidato se presente en la convención con quien hará campaña como futuro vicepresidente, en caso de victoria. El peculiar proceso en el que nos encontramos está rompiendo con muchas costumbres, pero Trump no ha querido ser diferente en este caso, pese a que el partido sólo le ha considerado hasta ahora «presunto nominado».

Mike Pencees un conservador de principios firmes pero de formas calmadas, que compensaría el estilo impulsivo del millonario. Aunque ocupa el cargo de gobernador, su experiencia política es menos dilatada que la de los otros aspirantes. Se encuentra en su primera legislatura, desde que ocupara el puesto en 2013, y sólo acumuló previamente trece años como congresista en la Cámara de Representantes.

Newt Gingrich es quien aporta al magnate más experiencia en el Congreso, un mundo ajeno a Trump y donde su labor como vicepresidente sería esencial. Y más después de un mandato de lucha entre la Casa Blanca y el Capitolio como el que ha sufrido Obama. La imagen de Gingrich no es tan diferente de la de Trump. El conservador de Harrisburg (Pensilvania) se caracteriza también por un estilo populista y crítico, y por un buen manejo de la comunicación televisiva. Encaja con el perfil de «combativo» que busca el showman para su número dos. Alguien que le permita exponerse menos y suavizar su imagen radical.

Christie ha sido el más fiel vasallo de Trump desde que se retiró de las primarias. Hábil y rápido en la crítica, arrastra una impopularidad que le puede restar puntos, en especial en su estado, Nueva Jersey.

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