Trump durante su primera reunión con su recién creado «Consejo Asesor Hispano» el pasado día 20 de agosto en la Torre Trump en Manhattan, Nueva York
Trump durante su primera reunión con su recién creado «Consejo Asesor Hispano» el pasado día 20 de agosto en la Torre Trump en Manhattan, Nueva York - REUTERS

Un Trump desesperado busca el apoyo de afroamericanos e hispanos

Retrocede en los sondeos tras prometer la deportación masiva de inmigrantes

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Donald Trump, amante de los desafíos, tiene por delante uno que se antoja imposible: seducir a las minorías raciales de EE.UU. El candidato republicano se impuso en las primarias de su partido tocando la fibra sensible de quienes le podían aupar a la nominación: la clase media blanca descontenta, que se siente olvidada, y convencida de que los valores tradicionales del país están en extinción. Para ello, se sirvió de un discurso divisor y polarizante, donde las minorías raciales parecían quedar al otro lado de la raya que Trump marcó sobre el suelo. No le importó abusar de una retórica agresiva que olvidó el carácter multirracial del país, retuiteó a opinadores racistas, propagó estadísticas falsas sobre los índices de criminalidad de la población negra o titubeó a la hora de condenar a dirigentes del Ku Klux Klan.

Para contentar a esas bases, prometió levantar un muro en la frontera con México y deportar de forma masiva a los once millones de inmigrantes indocumentados, en su gran mayoría hispanos.

A menos de tres meses de las elecciones generales, eso no sirve. Trump necesita captar votos mucho más allá de esa clase media blanca, incluso más allá de los blancos descontentos con el Partido Demócrata o que no confían en Hillary Clinton. El voto negro e hispano, además del voto femenino, será clave. Trump lo sabe e intenta recular en algunas de sus posiciones.

Este sábado se reunió en su Torre Trump de Nueva York con el Consejo Asesor Hispano de su campaña y abrió la puerta a una solución para los millones de inmigrantes indocumentados diferente de la deportación masiva. En las primarias, Trump anunció la salida de todo «ilegal» sin ambages; desde hace unos meses, ha optado por no referirse demasiado al tema; ahora parece que ha cambiado de opinión. El candidato republicano no confirmó que vaya a presentar un plan de regularización de todos los inmigrantes, pero «las preguntas que hizo y las preocupaciones que mostró indican que está abierto a una solución justa y compasiva», aseguró a «The Washington Post» Jacob Monty, un abogado experto en inmigración de Houston (Texas), que acudió a la reunión.

Su nueva jefa de campaña, Kellyanne Conway, fue preguntada ayer en un programa de la CNN si Trump está dispuesto a crear un proceso de regularización para que los indocumentados accedan progresivamente a la ciudadanía estadounidense. «Está por determinar», fue su respuesta, y anunció que Trump dará detalles sobre un plan de inmigración «justo y humano» esta semana. Es posible que sea el próximo jueves en Colorado, donde el candidato ofrecerá un discurso centrado en inmigración.

Durante la semana, Trump también trató en varias ocasiones de establecer puentes con el electorado negro. «El Partido Republicano debe involucrarse mejor con la comunidad afroamericana», dijo el sábado en un mitin en Virginia. «El Partido Republicano es el partido de Lincoln, y quiero que sea el hogar del voto afroamericano otra vez. Quiero un país inclusivo, y quiero un partido inclusivo».

Antes, durante la semana, acudió a Milwaukee para dar un discurso centrado en la población negra, pocas horas después de los disturbios por la muerte de un joven negro a manos de la Policía. «Es hora de que nuestra sociedad se enfrente a preguntas difíciles», dijo. «El Partido Demócrata ha fallado y ha traicionado a la comunidad afroamericana. Las políticas demócratas sobre criminalidad, educación o economía solo han producido más crimen, familias rotas y pobreza».

Llega tarde

Los llamamientos a la minoría negra no han sido tomados muy en serio por esta comunidad. Trump apenas les ha prestado atención, su participación en el equipo de campaña es mínima y la gran apuesta para llegar a ellos ha sido Omarosa Manigault, una famosa de los «realities» de EE.UU., que fue la «mala» del programa que protagonizaba Trump, «El aprendiz».

¿Llega tarde Trump en su cortejo a las minorías? Los números dicen que sí: en el voto hispano, varios sondeos nacionales le sitúan 60 puntos por debajo de Clinton. En el voto negro, las cosas todavía están peor: un acumulado de cuatro encuestas nacionales de «FiveThirtyEight» le da una intención de voto del 2%, incluso por debajo de los candidatos del Partido Libertario, Gary Johnson (4%) y del Partido Verde, Jill Stein (5%), y a una distancia inalcanzable de Clinton, con un 88%.

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