Tony Blair, durante una comparecencia ante los medios el pasado mes de julio
Tony Blair, durante una comparecencia ante los medios el pasado mes de julio - AFP

Tony Blair renuncia a seguir enriqueciéndose y dedicará más tiempo a sus oenegés

El ex primer ministro británico destinará a obras benéficas el dinero que había acumulado su consultora

LONDRES Actualizado: Guardar
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Tony Blair fue un competente primer ministro entre 1997 y 2007, que logró tres mayorías absolutas y firmó la mayor victoria en su historia del Partido Laborista, al que llevó al centro. Pero arrastra en el Reino Unido dos sambenitos que enfangan su figura: el haber llevado al país a la Guerra de Irak, haciendo seguidismo de Bush e invocando supuestas pruebas que luego se revelaron falsas, y la manera en que se ha dedicado a cultivar el dinero tras dejar la política en 2007. La prensa británica asegura que él y su mujer, la prestigiosa abogada Cherie Blair, poseen propiedades inmobiliarias en Londres por valor de 34,5 millones de euros y le atribuyen una fortuna de 117 millones de euros, algo que él niega.

Harto seguramente del sambenito de pesetero, ha decidido dar un giro a sus actividades empresariales para mejorar su imagen. Mediante un correo electrónico ha comunicado a la cúpula de su consultoría, Tony Blair Associates, que a partir de ahora dedicará el 80% de su tiempo a actividades no lucrativas. También ha anunciado que donará a causas filantrópicas las “significativas reservas financieras” de la compañía, que se estiman en 10,5 millones de euros.

Enemigos internos

Con esta decisión trata de poner fin a la controversia que suscitaba su doble cara. Por un lado, Blair mantiene varias fundaciones en favor de buenas causas, como el desarrollo de África y Palestina o la promoción del deporte entre los niños británicos. Por otro, se dedica a ejercer de consultor para multinacionales y gobiernos, con el añadido polémico de que algunos de sus clientes han sido mandatarios con negros historiales en el capítulo de los derechos humanos, como el de Kazajistán o algunas satrapías árabes.

Se estima que no imparte una conferencia o apoya una presentación por menos de 320.000 euros. La prensa británica suele atribuirle una fortuna de 100 millones de libras. En el verano de 2014, en unas raras declaraciones al respecto, lo desmintió: “Cherie [su mujer] me pregunta dónde están los cien millones. Yo no he cambiado, no estoy interesado en hacer dinero. Se ha exagerado mucho. No tengo ni la mitad, ni la tercera parte, ni la cuarta de eso, tal vez la quinta pueda ser”.

Blair, que se convirtió al catolicismo tras dejar el poder, ha recibido este verano un duro revés, con la publicación del esperado informe Chilcot, demoledor con su decisión de ir a la Guerra de Irak y cómo la gestionó. En el plano personal, hace dos años fue acusado de haber mantenido una relación adúltera con la atractiva china Wendi Deng cuando ella estaba casada con Rupert Murdoch. El magnate de la prensa se divorció de Deng a raíz de aquellas revelaciones. Blair, sin embargo, ha logrado mantener a flote su matrimonio. Ahora, pasados los dos grandes sofocos de Chilcot y Wendi, intenta recomponer su prestigio.

“En los últimos años hemos construido un grupo que emplea a 200 personas en más de veinte países del mundo. Es tiempo de llevar esto a un nuevo nivel. Quiero concentrar el grueso de mi tiempo en actividades sin ánimo de lucro. De hecho, así ha sido ya en los últimos dos años, pero deseo que se refleje en la estructura de nuestra organización”, escribió a sus empleados.

Blair es detestado por la izquierda radical de Jeremy Corbyn, que ostenta hoy el poder en el Partido Laborista. El próximo sábado, Corbyn se juega su liderazgo en una votación interna entre militantes contra Owen Smith, ex miembro de su Gobierno en la sombra y que dimitió en la revuelta de diputados moderados contra el veterano líder. Pero Corbyn, que cuenta con el apoyo de la militancia, sobre todo entre los jóvenes, se cree que arrasará.

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