Varios militares del Ejército sirio pasean por Alepo tras reconquistar parte de los barrios del este de la ciudad el pasado 28 de julio
Varios militares del Ejército sirio pasean por Alepo tras reconquistar parte de los barrios del este de la ciudad el pasado 28 de julio - EFE

El sitio de Alepo hace temer una catástrofe humanitaria

Los «corredores humanitarios» obligan a los civiles a elegir entre Al Assad o las bombas

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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A los habitantes de Alepo les han dado a elegir: o quedarse en una ciudad sitiada, bombardeada periódicamente por la aviación del presidente sirio, Bashar al Assad, y sin vías de abastecimiento, o utilizar los «corredores humanitarios» organizados por Rusia que les llevan directamente a los barrios controlados por Al Assad, sin ninguna garantía de seguridad en el trayecto ni sobre su futuro. «La propuesta de Rusia y Siria para establecer los llamados corredores humanitarios al este de Alepo es totalmente inadecuada en términos humanitarios. Una verdadera operación humanitaria no debe coaccionar a la población a elegir entre huir hacia sus atacantes o alojarse en una zona sitiada bajo continuo bombardeo», denunciaron ayer 39 organizaciones humanitarias sirias e internacionales.

Más de 250.000 personas viven en los barrios de Alepo controlados por los insurgentes.

A principios de julio el Ejército sirio, apoyado por milicias chiíes y aviones rusos, cortó su última vía de abastecimiento y organizaciones como Care, Christian Aid, Goal, Oxfam o Save the Children, temen una «catástrofe humanitaria». Un número indeterminado de familias habría salido de los barrios orientales de Alepo a través de los tres corredores rusos. Testimonios de familias que prefirieron quedarse, publicados por medios de la oposición, señalan su miedo a las «represalias» por parte de Al Assad. Activistas sirios han señalado que los corredores humanitarios –organizados sin una correspondiente tregua humanitaria y sin presencia de la ONU– son probablemente un pretexto del Gobierno para organizar el asalto final sobre Alepo.

En una rápida contraofensiva, las fuerzas leales a Al Assad retomaron ayer las posiciones sobre las que los insurgentes habían avanzado el lunes, en «la mayor operación rebelde» desde la toma de parte de Alepo en 2012. Si bien a principios de semana las fuerzas de la oposición, entre las que se encuentran el antiguo Frente Al Nusra (afiliado a Al Qaida, ahora Frente de la Conquista del Levante), celebraban la toma de barrios del extrarradio del suroeste de Alepo, con la intención de reconectar el sector este de la ciudad con el resto del territorio sirio controlado por los rebeldes, ayer retrocedían posiciones y dejaban atrás dos colinas y dos pequeños pueblos.

Medios afines a los rebeldes han publicado imágenes de milicianos evacuando a los civiles en la zona Proyecto 1070 en medio de intensos combates calle a calle. El diario progubernamental Al Watan señala que las fuerzas del régimen «avanzan hacia el sur y el suroeste» tras enfrentamientos con los rebeldes. La lucha se concentró alrededor del estratégico barrio de Ramusa, en el suroeste de Alepo, donde rebeldes de la islamista Alianza Jaish al Fatah y miembros del Ejército Libre Sirio (FSA) fueron rechazados por fuerzas gubernamentales. El control del distrito de Ramusa permitiría a los insurgentes abrir una nueva ruta de suministro a sus barrios, así como bloquear al Ejército sirio un paso de acceso a sus barrios en el oeste de la ciudad.

«El régimen se ha puesto en marcha para derrocar la gran ofensiva de los rebeldes», señaló el director de la ONG pro-oposición Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdel Rahmán, para añadir que la nueva batalla de Alepo es «la última oportunidad para los rebeldes» de romper el cerco, «una cuestión de vida o muerte». Una victoria sobre Alepo sería también clave para Assad, que se vería reforzado en su discurso como única solución viable al conflicto sirio.

Ataques químicos en Alepo e Idlib

Un día después de que grupos de Defensa Civil Siria, voluntarios conocidos como los Cascos Blancos, denunciaran un supuesto bombardeo con sustancias químicas en Saraqueb, en la provincia de Idlib, Rusia informó ayer de otro ataque químico perpetrado supuestamente por un grupo opositor sirio en un barrio residencial de Alepo. «Como resultado de dicho atentado terrorista murieron siete personas y otras 23 con síntomas de asfixia y quemaduras han sido hospitalizadas en Alepo», dijo el general Serguéi Chvarkov a medios locales en la base aérea rusa de Latakia.

Esta denuncia viene después de la confirmación de que EE.UU. está investigando el presunto bombardeo químico en Idlib. Según sostiene la «Coalición siria» en un comunicado remitido a los medios, un helicóptero de las fuerzas del presidente sirio habría bombardeado zonas residenciales de Saraqueb con «dos bombas barril que contenían gas de cloro venenoso». Al menos 30 personas tuvieron que ser hospitalizadas con síntomas de asfixia por inhalación de gases tóxicos y quemaduras en los ojos.

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