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Erdogan gana por un estrecho margen el referéndum de reforma constitucional en Turquía

La oposición critica los cambios en las normas del voto y reclamará el recuento de al menos el 37% de los escrutinios

Corresponsal en Turquía Actualizado: Guardar
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El "sí" al sistema presidencialista impulsado por el jefe del Estado, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha vencido en el referendo celebrado hoy en Turquía con el 51,3 por ciento, cuando el recuento es ya del 98 por ciento, mientras que la oposición ha denunciado "manipulación" electoral.

El voto a favor encabeza el recuento con una ventaja de 1,3 millones de votos frente al "no", lo que le garantiza la victoria, aunque la proporción aún puede variar. Es muy destacable que en las tres principales ciudades de Turquía, Estambul, Ankara y Esmirna, la victoria ha sido para el «no». Vecinos de varios barrios de la ciudad de Estambul han hecho sonar cazos y sartenes desde sus ventanas contra la victoria del 'Sí'. Las protestas se han reproducido en al menos cuatro distritos de la ciudad, según testigos presenciales, y los vídeos y fotografías distribuidos por redes sociales muestran pequeñas protestas en la calle en distintas zonas.

El 'No' ha ganado además en toda la costa mediterránea, en la parte europea de Turquía y en el sureste del país, de mayoría kurda, además de en algunas provincias interiores. En el resto del país el 'Sí' se ha impuesto en el referéndum

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha realizado una ronda de llamadas telefónicas con distintos líderes políticos turcos y en particular ha felicitado al primer ministro, Binali Yildirim, y al líder del nacionalista Partido Movimiento Nacionalista (MHP), Devlet Bahceli, también favorable al 'Sí', para destacar que los resultados están «claros».

Erdogan ha reivindicado el calado histórico de la reforma y ha defendido el carácter civil del cambio, en contraste con los golpes de Estado del siglo pasado. «Por primera vez en su historia Turquía ha decidido un cambio de importancia con el Parlamento y el pueblo. Por primera vez en la historia de la república vamos a cambiar nuestro sistema de gobierno mediante la política civil. Por eso es tan importante», ha afirmado Erdogan desde la residencia presidencial de Estambul.

El mandatario turco ha señalado además la importancia del voto de los turcos en el exterior, mayoritariamente favorables a la reforma constitucional, y también ha destacado que ha crecido el apoyo a la iniciativa en el sureste de Turquía de mayoría kurda, tradicionalmente hostil. Erdogan ha destacado que con este resultado, el país podrá avanzar "más rápido y con más fuerza", aunque ha subrayado que no todos los artículos de la nueva constitución entrarán de inmediato en vigor, sino que algunos no serán aplicables hasta noviembre de 2019.

Más tarde, Erdogan ha comparecido en rueda de prensa y ha hecho un llamamiento a respetar los resultados del referéndum, en particular los aliados de Turquía.

Sin embargo, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), el mayor de la oposición, que ha hecho campaña contra la reforma, ha denunciado que estas cifras, que consideran sesgadas, provienen de la agencia semipública Anadolu y todavía no son los resultados definitivos de la Junta Suprema Electoral.

Erdal Aksünger, un portavoz del CHP, declaró a la prensa que su partido impugnará el 37 por ciento de las urnas escrutadas, porque hay "mucha manipulación". Una de las mayores preocupaciones de la oposición es el comunicado de la Junta Suprema Electoral que a última hora de hoy permitió dar por válidas en el recuento papeletas no previamente selladas por el equipo de la mesa electoral, lo que abre la puerta, consideran, a manipulaciones.

"Dicen que son válidas papeletas y sobres sin sello oficial. Eso es ilegal. Eso quiere decir que se pueden traer votos de fuera", dijo a los medios el vicepresidente del CHP, Bülent Tezcan. El triunfo de la reforma, que se aplicaría a partir de 2019, abriría el camino para que Erdogan pueda gobernar hasta el año 2029, o, incluso, hasta el 2034. Los partidarios de la reforma sostienen que daría estabilidad al país y mejoraría el crecimiento económico y la seguridad, mientras que la oposición teme que Turquía se convierta en una autocracia debido a los enormes poderes que se atribuiría el presidente

Jornada tranquila

La jornada electoral ha transcurrido con relativa calma para un país como Turquía azotado por la violencia de ataques terroristas y la crispación de una sociedad totalmente polarizada.

La incidencia más trágica ha ocurrido en la aldea de Yabanardi, en la provincia de mayoría kurda de Diyarbakir, donde tres personas han perdido la vida tras una discusión que acabó en tiroteo entre dos grupos de personas de diferente ideología.

Durante el día se han registrado otros incidentess, sobre todo en las provincias kurdas.Tres ciudadanos italianos que viajaban con el prokurdo HDP (Partido Democrático de los Pueblos), pero sin autorización oficial para observar el proceso electoral, fueron bloqueados por la Policía y no pudieron visitar ciertos colegios electorales. Mientras, en la localidad de Silvan se ha informado de un corte de electricidad en el momento de cerrar las urnas.

En cuanto a los observadores internacionales, una misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación para Europa (OSCE) ha realizado visitas a ciertos puntos de voto, aunque no han realizado una monitorización completa.

Por su parte, el Gobierno había movilizado a cerca de medio millón de agentes de seguridad para garantizar la seguridad. Una seguridad que, al menos en las grandes ciudades del país, se ha mantenido.

«Aquí es más facil decir no»

«Yo vivo en Kadiköy, y allí es fácil decir que ‘no"», cuenta Aysenur, una joven que trabaja en el sector de la exportación, desde un colegio electoral de Kurtulus, un barrio que mezcla voto conservador y progresista. «Pero aquí, donde vota mi novio, no es tan fácil. Y también la presión en las redes sociales es muy grande. Yo le he dicho a mi novio que no se saque fotos votando, ni en el colegio electoral. Por si pudiera pasar algo después», añade.

No obstante, a pesar de la tensión y la inseguridad que no se consiguen quitar de encima algunos ciudadanos turcos, la afluencia a las urnas ha sido muy elevada. Las primeras estimaciones apuntan a cerca de un 85% del total.

En Fatih, un barrio estambulita de carácter muy conservador, un hombre de avanzada edad era subido en volandas por las escaleras de un colegio electoral. Allí un matrimonio ofrecía sus razones para votar «sí»: «Hasta ahora el presidente ha hecho muchas cosas buenas. Estoy convencido de que después del referéndum, en el que va a salir ‘sí’, Turquía será un país mucho mejor».

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