Duterte junto al ministro chino de Exteriores, en el centro, a su llegada a Pekín
Duterte junto al ministro chino de Exteriores, en el centro, a su llegada a Pekín - REUTERS

El presidente de Filipinas visita China para recomponer sus lazos diplomáticos

Rodrigo Duterte se aleja de la órbita de Estados Unidos, su aliado histórico, para captar inversiones de Pekín y fomentar el comercio bilateral

PEKÍN Actualizado: Guardar
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El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se encuentra de visita oficial en Pekín para recomponer sus maltrechos lazos diplomáticos tras años de disputas territoriales en el Mar del Sur de China. Dejando a un lado sus diferencias sobre las aguas que ambas partes reclaman, Duterte persigue beneficiarse del auge chino captando inversiones y fomentando los negocios bilaterales, como ya están haciendo otros países de Asia. “No, ese asunto no está entre los temas de la agenda. Podría salir pero de forma suave, sin imposiciones”, respondió anoche cuando, tras aterrizar en Pekín, los periodistas le preguntaron por las aguas en liza, según informa la agencia Reuters.

Acompañado de 400 empresarios, entre los que figuran los mayores magnates filipinos, Duterte se reunirá este jueves con el presidente chino, Xi Jinping, con quien tiene previsto firmar diversos acuerdos comerciales.

Uno de los más importantes abrirá Filipinas a los turistas chinos, que podrían alcanzar a finales del próximo año el millón de visitantes y unas previsiones de ingresos cercanas a los mil millones de euros. Por su parte, el autoritario régimen de Pekín permitirá la entrada de las frutas tropicales filipinas a cambio de inversiones millonarias en infraestructuras y construcción, muy necesarias en dicho archipiélago.

“Esta es un visita histórica y presenta una oportunidad para que nuestras relaciones bilaterales empiecen de nuevo con un impulso más fresco y positivo”, se congratuló el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, quien acudió al aeropuerto de Pekín para recibir a Duterte. Para este, su viaje de cuatro días a China es un “punto de inflexión” en sus relaciones bilaterales que podría cambiar la geoestrategia que ha regido en Asia durante las últimas décadas.

Cambio de actitud

Rompiendo su histórica alianza política, el presidente filipino está dispuesto a salirse de la órbita de Estados Unidos para acercarse al autoritario régimen de Pekín. Duterte, cuyo abuelo era chino, no ha dudado en enfrentarse e incluso insultar a EE.UU. y la Unión Europea por las críticas a su sangrienta guerra contra la droga. Desde que tomó posesión a finales de junio, más de 3.500 personas, en su mayoría narcotraficantes y toxicómanos, han sido abatidos por la Policía o por “escuadrones de la muerte” en ejecuciones extrajudiciales que han escandalizado a la comunidad internacional.

Frente a las denuncias por esta carnicería, que es apoyada por la mayoría de los filipinos para acabar con la delincuencia, China ha vuelto a hacer gala de su pragmática diplomacia sin injerencias apoyando a Filipinas en su lucha contra la droga. “Otros países saben que no tenemos dinero, pero, en lugar de ayudarnos, lo único que hacen es criticar. China nunca critica, nos ayuda sin decir nada”, explicó Duterte, en una entrevista con la agencia estatal de noticias Xinhua, refiriéndose a la construcción de un centro de rehabilitación de drogadictos financiado por Pekín.

Aunque Duterte prometió en su campaña electoral que estaba dispuesto a ir en moto de agua hasta las disputadas islas Spratly para clavar la bandera filipina, ahora asegura que “no tiene sentido ir a la guerra por un trozo de agua”. Además de abogar por “hablar directamente con China”, rechaza injerencias de otros países, en clara alusión a EE.UU. o al Tribunal de Arbitraje de La Haya que, a instancias del anterior Gobierno, falló en julio a favor de Filipinas en su pleito contra Pekín por su expansión por el Mar Meridional. Un cambio de actitud que, en una tribuna de opinión de la agencia Xinhua, China ha saludado como una prueba de “buena fe después de años de estancamiento y mala sangre entre Pekín y Manila”.

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