Enrique Peña Nieto, durante su discurso en la ONU
Enrique Peña Nieto, durante su discurso en la ONU - EFE

Peña Nieto pide regular el consumo de marihuana para uso médico en la cumbre sobre drogas de la ONU

Ha defendido un cambio de enfoque internacional en la lucha contra este mal distinto al prohibicionismo

Corresponsal en México Actualizado: Guardar
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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha dado un volantazo respecto a las políticas que habían sostenido sus predecesores en el cargo y, en la cumbre sobre drogas de la ONU que se celebra en Nueva York, ha defendido un cambio de enfoque internacional en la lucha contra este mal distinto al prohibicionismo.

Las propuestas de Peña Nieto en la cumbre incluyen la regulación del uso de la marihuana para fines médicos y científicos. Según anunció, «en próximos días, el Gobierno de México expondrá las acciones específicas que se tomarán en esta dirección, en apego a los principios de salud pública y derechos humanos».

«Se impone un nuevo enfoque que combata decididamente a los criminales, pero que, en lugar de criminalizar a los consumidores, les dé oportunidades y alternativas», dijo Peña Nieto en su discurso.

«Con firmeza, debemos continuar haciendo lo que ha funcionado. Con flexibilidad, debemos cambiar aquello que no ha dado resultados».

Sostenía su planteamiento con un hecho comprobado: «El esquema basado esencialmente en el prohibicionismo, la llamada guerra contra las drogas, que inició en los años 70, no han logrado inhibir la producción, el tráfico, ni el consumo de drogas en el mundo». Y se refirió a la situación de México debida al narcotráfico: «Mi país forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas».

El presidente no perdió ocasión de mencionar el extremo de la cadena de este padecimiento, los países consumidores, a los que pidió «un mayor compromiso, tanto en la reducción de su demanda, como en la lucha contra el crimen organizado transnacional». Su discurso concluía: «Transitemos de la mera prohibición, a una efectiva prevención, y a una eficaz regulación. Miles de vidas dependen de ello».

El pasado noviembre, cuando la Suprema Corte de Justicia mexicana tomó la decisión inédita de conceder a cuatro personas el amparo que solicitaron ante ella para poder consumir y cultivar marihuana con fines recreativos, el propio Peña Nieto convocó a un debate público sobre el tema. «El criterio expresado este día abrirá un debate sobre la mejor regulación para inhibir el consumo de drogas, un tema de salud pública», publicó aquel miércoles a través de su cuenta de Twitter.

El último presidente mexicano que se pronunció sobre las drogas en estos términos fue Lázaro Cárdenas, casi al final de su mandato, en 1940, cuando entró en vigor un reglamento que establecía que los toxicómanos no eran delincuentes, sino enfermos, y como tales había que tratarlos. La norma duró unos pocos meses: a manera de presión, Estados Unidos, que desde 1914, con la prohibición del consumo de opio, había ido restringiendo el uso de drogas, suspendió las exportaciones de medicamentos a México y el gobierno cardenista no tuvo más remedio que dar marcha atrás.

La propuesta de Peña Nieto se enmarca dentro de una tendencia que se va imponiendo poco a poco en América Latina y que supone un cambio radical respecto a la visión del vecino del Norte. Por ejemplo, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien también asistirá a la cumbre de la ONU, tiene previsto presentar un modelo «más efectivo, duradero y humano» para luchar contra las drogas.

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